Se orilla el auto a un costado de Fernanda, mujer transgénero. El conductor pregunta cuánto, ella responde 600 y él acepta. Finaliza el servicio sexual, el hombre le dice “no traigo dinero, acompáñame al cajero”, llegan al banco detiene la circulación y le grita “ya valiste… dame tu bolsa, el celular”. Al mismo tiempo le golpeaba el rostro.
Fernanda suma casi cuatro años dedicándose al trabajo sexual entre la calle Bajío y Nuevo León sobre Insurgentes, con dirección al sur de la Ciudad de México. Distintos comentarios de discriminación ha vivido toda su vida pero esa noche fue la peor porque policías de la entonces Secretaría de Seguridad Pública no la quisieron ayudar.
Pasaban de la una de la mañana, bajó corriendo para escapar de su agresor, llevaba el rostro ensangrentado y lloraba. Temía que la alcanzara. Entre la oscuridad no sabía hacia dónde dirigirse. A lo lejos observó una patrulla y se les puso enfrente, el conductor detuvo la circulación.
“¿Quién te pegó, señorita, tu novio?”, le preguntaron los desde la ventana. “No es que yo me dedico al sexo servicio y me acaba de asaltar y golpear un cliente, ese es auto, deténgalo”, dijo ella. “No la podemos ayudar”, respondieron los elementos.
Fernanda no es la única persona que recibe este trato en la Ciudad de México. Aunque prefirió no denunciar a los elementos hay quienes sí se atreven por lo que existen mil 612 carpetas de investigación que registró la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México de 2014 a 2019 por el delito de discriminación, 548 fueron cometidas por servidores públicos.
En 2018 se alcanzó el nivel más alto con 501 denuncias. A este repunte le sigue 2016 con 450, y en 2017 se presentaron 398. En lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo -que inició en diciembre- suman 224 denuncias.
"ME HUMILLABAN Y GRITABAN"
Los principales motivos de discriminación, según detalla el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), son en lo laboral. Algunos por condición de salud, discapacidad, orientación o preferencia sexual.
Este es el caso de Marcos López Hernández, cuando lo cambiaron al área de taquillas en Cinemex en la alcaldía Tláhuac sufrió hasta cuatro ataques epilépticos a la semana a pesar que en su contrato aclaró que no podía trabajar bajo presión por su salud.
“Puedo hacer de todo pero con precaución, él no entendía (su gerente Alejandro), entonces me gritoneó, me humilló, me dijo que a él no le interesaba y que ese no era su problema y si no me gustaba pues que buscara otro trabajo”, narró.
A partir de este desencuentro le dieron más días de descansos para que así ganara menos sueldo. La empresa tomó la queja, aumentaron sus horas de trabajo y lo cambiaron al área de dulcería. Mañana acudirá al Copred para seguir el proceso de la denuncia.