La Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México y Griselda González Cardoso, especialista en sistemas de gestión ambiental, reconocieron que no deberían realizarse las cremaciones con bolsas de plástico porque provoca daños por la liberación de emisiones, pero por la Covid-19 el gobierno federal impuso esta regla para la seguridad del personal de salud y el de las funerarias.
Después de que vecinos de la alcaldía Azcapotzalco denunciaron a El Sol de México malos olores y caída de cenizas a sus viviendas provenientes del crematorio San Isidro, Lilian Guigue, directora general de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, aseguró que van a revisar que el inmueble esté cumpliendo con la normatividad aplicable.
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“Vamos a tener un reunión con ellos para tratar de que no se les pase el mantenimiento, de que estén dando todas las previsiones a los hornos que tiene, que las cámaras de combustión estén funcionando adecuadamente, es algo que vamos a seguir trabajando con el crematorio, pero evidentemente no podemos descartar cosas, lo que la empresa nos ha demostrado es el cumplimiento de la norma”, garantizó.
“El humo puede tener características de alarma y que tiene que ver con la características de las emisiones del humo negro que se da en un periodo de tres a cinco minutos en lo que se consume la bolsa de polietileno que se está utilizando en los cadáveres por razones de la contingencia sanitaria, este es un protocolo que se debe cumplir por salud y que se impuso a nivel internacional y nacional, y la Ciudad de México está cumpliendo este protocolo”, respondió.
Aclaró que por el momento no cuentan con los suficientes elementos médicos como para decir que no hay riesgos de infección para el personal encargado de trabajar los cuerpos, por eso ahora se usan las bolsas para cremar cadáveres.
Griselda González Cardoso, especialista en sistemas de gestión ambiental, auditoría ambiental y aire, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo que desgraciadamente con la pandemia los hornos crematorios ahorita están laborando casi las 24 horas haciendo entre 10 y 14 cremaciones, lo que lleva a que el horno trabaje de manera exhaustiva y no le den tiempo de recuperarse por lo tanto sí hay una mala combustión.
“No podríamos afirmar que pudiera ocasionar un problema de salud, sabemos que las partículas es un contaminante y afecta la salud, pero eso va a depender del tiempo y la exposición a lo que esté la población, habría que hacer el estudio toxicológico para poder hacer una afirmación que está afectando”, declaró.
Recomendó a los vecinos de la colonia San Pedro Xalpa solicitarle a la Sedema y a la Secretaría de Medio y Recursos Naturales (Semarnat) un monitoreo perimetral de partículas de PM10 y PM2.5 para saber cómo están las emisiones.
“Las emisiones de partícula son de 40 miligramos por metro cúbico, son los límites máximo permisibles, los hornos crematorios tienen que realizar estas mediciones una vez al año para que puedan reportarlos en la Licencia Ambiental Única de la Ciudad de México, sin embargo, por este emergencia se podría monitorear para saber si estamos rebasando estos límites máximos permisibles que establece la norma”, recomendó.
Cada crematorio tiene una Licencia Ambiental Única por año, para estas fechas los casi 40 crematorios con los que cuenta la capital mexicana tienen la del 2019 con la cual han garantizado el cumplimiento, aún no les han ingresado la del 2020 por la misma contingencia sanitaria y todavía se les permitirá que hasta el primer trimestre del 2021 les entreguen este estudio.
"Huele raro, huele a muertos", dicen vecinos
"Huele raro, huele a muerto”, dijo Andrea de 10 años de edad, quien desde que iniciaron los días difíciles de la pandemia -desde mayo a la fecha-, percibe ese olor proveniente del crematorio San Isidro y observa la ceniza que llega a su casa ubicada en la colonia San Pedro Xalpa, alcaldía Azcapotzalco.
Para evitar mayores contagios de Covid-19, los cuerpos que se incineran son enviados a los crematorios envueltos en dos bolsas de polietileno junto con materiales médicos que utilizó la persona finada en vida y todo eso se quema.
La menor platicó a este diario que a diario percibe este aroma por vivir a un costado del crematorio, pues no sólo es el olor, sino que es un malestar constante en la garganta, pero el doctor le dijo que no era por el humo, contrario a lo que le diagnosticaron a su vecina.
Guillermina Estrada, habitante del edificio San Isidro, tuvo una audiencia virtual con el alcalde de esta demarcación, Vidal Llerenas: “Le denuncié que era muchísimo humo el que estamos inhalando por parte del crematorio y él lo que me dijo era que no nos preocupáramos, que este humo no nos hacía daño”.
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