Las romerías instaladas en las inmediaciones de los 336 mercados públicos de la Ciudad de México ofertan una gran cantidad de productos a precios económicos, pero incumplen con normas de seguridad como tener instalaciones eléctricas bien establecidas para evitar un incendio, respetar el área definida de trabajo y no vender bebidas alcohólicas.
Los establecimientos están ubicados en calles aledañas a mercados públicos parecidos a los tianguis, y son permitidos por las autoridades capitalinas en épocas como Día de Muertos, Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes, pero deben cumplir con normas de seguridad para evitar que ocurran accidentes.
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De acuerdo con las Normas para la realización de Romerías en los Mercados Públicos, publicadas el 28 de noviembre de 2002, los comerciantes deben seguir lineamientos como no vender bebidas embriagantes ni cualquier otra en envase de cristal; no hacer uso del servicio de luz de los mercados y de otras instalaciones públicas; no vender o distribuir cohetes; no sujetar los puestos a paredes, árboles, postes o cualquier estructura que pueda provocar un accidente; ni vender artículos piratas.
Estas medidas son para evitar incendios, ya que, incluso la Secretaría de Desarrollo Económico ha tenido pláticas con autoridades de las alcaldías, responsables de supervisar que las normas sean acatadas, y han puesto a disposición un equipo técnico especializado en energía eléctrica para apoyar a las demarcaciones.
Pero la mayoría de los locales comerciales instalados en las romerías incumple con las mínimas normas de seguridad y ejemplo de ello es la ubicada a un lado del Mercado Río Blanco, en la alcaldía Gustavo A. Madero, ya que los puestos roban la luz de los postes públicos y sus conexiones están reparadas con cinta adhesiva.
En esa romería los espacios de los puestos están bien definidos, además, los dedicados a la venta de alimentos cumplen con usar tanques menores a 10 kilos y focos menores a 100 watts, además de prohibir la venta de bebidas alcohólicas.
En este lugar los comerciantes ofertan desde pinos, series de luces, nacimientos, estructuras luminosas, juguetes, esferas, sidra, ropa navideña, alimentos y hasta accesorios para mascotas.
En Jamaica, en la alcaldía Venustiano Carranza, otra de las romerías más visitadas es la que más seguridad tiene en cuanto a conexiones eléctricas, pues cerca de 50 por ciento de sus locales las tiene cubiertas con tubos plásticos, cuenta con no brake independiente para evitar cortos circuitos y los espacios están definidos.
Jorge Alejandro, quien vende en la romería del Mercado de Jamaica, aseguró que invirtió alrededor de tres mil pesos para instalar las conexiones eléctricas, así como el no brake, para evitar un corto circuito que ocasione un incendio, ya que en la zona comercializan árboles navideños altamente flamables.
Apenas la semana pasada un incendio en el Mercado de Jamaica consumió en su totalidad un local dedicado a la venta de adornos de follaje seco.
Otra de las romerías que cumple a medias las normas es la ubicada afuera del Mercado de Sonora, que en noviembre de 2021 registró un incendio en el área de cocinas. Aquí no se respetan los espacios definidos, pues no están delimitados; además, hay locales colgados de los postes de luz y venden espuma en aerosol, aunque lo prohíbe el inciso XI del Capítulo Sexto de la Norma.
Esta romería cumple con algunos lineamientos, como que los locales dedicados a vender comida cuentan con un tanque menor a los 10 kilos, no hay venta de bebidas alcohólicas ni de pirotecnia y los focos utilizados son menores a 100 watts.
En tanto, en la romería ubicada en Oriente 30 y Carpancho, en la alcaldía Venustiano Carranza, funciona una chelería, que en un carrito de supermercado oferta vasos de micheladas en 70 pesos.
En este sitio del comercio navideño también hay basura, lo que viola la norma vigésima séptima, que prohíbe dejar desperdicios tras concluir el horario autorizado, pero cumple con otros lineamientos, como vender productos de temporada.
Durante el recorrido realizado por este diario en las romerías ubicadas en ambas alcaldías de la capital, no hubo funcionarios que vigilaran el correcto funcionamiento de estos espacios dedicados en estas semanas a las fiestas decembrinas.
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Las romerías son una tradición en la capital del país para los capitalinos y visitantes para encontrar, en este caso, precios accesibles en diversos productos de la temporada navideña, aunque también entre quienes asisten por el incumplimiento de las normas de los locatarios.
“Me gusta mucho venir a estos lugares por la gran cantidad de productos y precios, pero cercanos los días 24 y 31 de diciembre hay demasiada gente en los pasillos, y sí preocupa que los locales incumplan con las normas de seguridad”, señaló Iván Librado, habitante de la alcaldía Gustavo A. Madero.