El año nuevo lunar chino inicia este viernes y el animal que lo regirá es el buey de metal o búfalo, que representa el orden, la disciplina, el esfuerzo y el trabajo, y es así como los empleados de los diferentes establecimientos del Barrio Chino de la Ciudad de México empezarán este nuevo ciclo para sacar adelante no sólo a los negocios a los que pertenecen, sino a sus familias.
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En esta ocasión no habrá dragones ni juegos pirotécnicos para celebrar el también llamado Festival de Primavera, como cada año solía realizarse en la calle de Dolores, en pleno Centro Histórico de la capital del país; por ahora para evitar mayores contagios de Covid-19 el arreglo con las autoridades es evitar las aglomeraciones, utilizar esta calle peatonal para sacar las mesas de los restaurantes y atender a los clientes en la puerta de los establecimientos, que lo mismo venden cerámica, artículos de cocina o amuletos para la suerte.
Ramón Vargas, encargado de piso del restaurante Hong King, donde ha trabajado durante 40 años, en entrevista con El Sol de México señaló que cuando la pandemia acabe, en este lugar piensan hacer una celebración con la danza del león, la danza del dragón y juegos pirotécnicos, pero por ahora hay que trabajar en las condiciones que les pide el gobierno para evitar mayores contagios.
Indicó que es muy bueno que ahora le permitan las autoridades la atención al cliente hasta las 21:00 horas, para que los dueños puedan pagar los sueldos de los trabajadores. En el restaurante son 28 los empleados, de los cuales 14 trabajan y 14 descansan durante dos semanas consecutivas para seguir manteniendo el empleo.
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Mencionó que con la reapertura han buscado la manera de acercarse más a los clientes: “Se han hecho menús especiales, más económicos, más accesibles para toda la gente, en redes sociales, en reparto de Didi, Rapid tenemos los servicios para la gente que quiera pedir para llevar”.
En la víspera del nuevo año lunar chino, la calle de Dolores se veía transitada con cuatro o seis comensales por restaurante. Estaba adornada con los mismos objetos de hace un año: paraguas pequeños y candiles redondos en rojo desteñido, colocados en líneas horizontales sujetas de frente a los negocios en cada lado de la acera.
En ese lugar no sólo hay restaurantes, sino tiendas que venden artesanías y objetos para la suerte en este año que inicia, según la tradición china. Tani, de casa Yane, se veía atareada atendiendo clientes que pedían objetos de la suerte, para que este año del buey ponga orden al caos que trajo consigo el año de la rata.
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En una plática con este diario pidió a las personas que quieran asistir al Barrio Chino que no lo saturen para evitar aglomeraciones y así las autoridades les permitan seguir trabajando. Por ahora lo que más está vendiendo son costalitos rojos con semillas de la abundancia para el nuevo ciclo de primavera que traerá retos diferentes.
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