Sin una planta de termovalorización, a la Ciudad de México le espera un futuro negro, porque estará sujeta a chantaje, “nos va ahogar la basura” y los mexicanos le demostrarán al mundo que no son capaces de pensar en el futuro, pronosticó el químico Luis Manuel Guerra.
En entrevista con El Sol de México, el especialista en temas medioambientales le recomendó a Claudia Sheinbaum, próxima jefa de Gobierno local, reconsiderar su decisión de no seguir adelante con ese proyecto, bajo el argumento de que su costo es mayor a lo que la ciudad puede pagar.
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Aseguró que eso ya se comprobó que es improcedente y que dicha opinión es esgrimida por una persona que no es del Bordo Poniente, donde se planea construir la planta, sin interés jurídico, pero con falta de conocimiento y carente de un análisis objetivo válido.
Explicó que actualmente la renta de los predios, donde se entierra la basura, asciende a dos mil millones de pesos anuales y el costo de la transportación es de 600 millones de pesos al año; mientras que la inversión en la operación de la planta será de dos mil 500 millones de pesos por año. “La ciudad no se queda endeudada, eso está perfectamente definido”.
El químico egresado de la UNAM agregó que con una planta de termovalorización se evitaría completamente la vulnerabilidad política de la capital del país, porque depende de la voluntad política de los estados de México y Morelos y en el momento que sus autoridades lo consideren conveniente no le van a permitir a los citadinos ir a tirar sus desperdicios.
“Es sujetar a la Ciudad de México a ser un rehén, eso es inaceptable. Eso es un chantaje para obtener más recursos”.
En segundo punto, resaltó que la capital debe abandonar perentoriamente el enterrar la basura, porque eso es generar bombas de tiempo ecológicas inaceptables.
Con las debidas proporciones, comentó que la suspensión de este proyecto es parecido a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aunque en este caso había una segunda opción, que es Santa Lucía.
Sin embargo, en el caso del tratamiento de la basura no hay alternativa porque el enterrar los residuos definitivamente, recalcó, es inconveniente.
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Guerra, quien tiene un posgrado en Alemania sobre medio ambiente, añadió que otro beneficio para la Ciudad de México, aparte del costo que mencionó, es tener energía para las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC), es algo que no se puede despreciar.
Con base en lo anterior y las descalificaciones que son políticas, señaló que Claudia Sheinbaum, quien tiene antecedentes técnicos y científicos importantes por ser investigadora del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en energía, precisamente, “debe entender que esta es una tecnología probada a nivel internacional, que es un paso hacia adelante en el manejo de los residuos y hay que sacarle provecho para la energía eléctrica”.
Proyecto de Mancera
El proyecto fue delineado el 4 de septiembre del año pasado por Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quien dijo que su construcción costaría 12 mil millones de pesos, que serviría para convertir cuatro mil 500 toneladas diarias de basura en 965 mil megawatts hora necesarios para movilizar toda la red del Metro y beneficiar a seis millones de pasajeros.
Al comunicador ambiental -como se autodefine- se le preguntó: ¿Los motivos son políticos, precisamente, no se quiere seguir con un proyecto impulsado por Miguel Ángel Mancera, exjefe de Gobierno?
A lo que Luis Manuel Guerra respondió: “Pues, ese es el tema que subyace en esta decisión, pero yo considero que no es un tema del señor Mancera, es un tema de la ciudad, la salud, la razón, de la objetividad y de la sensatez.
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El especialista le aconsejó a Sheinbaum seguir con la planta de termovalorización, con algunas adecuaciones, como en todo proyecto, por ejemplo el que las cenizas resultantes, las escorias, no se saquen del confinamiento y se procesen ahí mismo a fin de producir materiales para la construcción de vivienda popular.
Asimismo, tener un programa de educación ambiental para todos los niños de las escuelas primarias y secundarias de la zona norte de la Ciudad de México, por ejemplo las alcaldías Gustavo A. Madero e Iztapalapa, a fin de que los alumnos vean el avance tecnológico que se tienen en el manejo de los residuos sólidos urbanos e inorgánicos.
Destacó que la operación de la planta de termovalorización permitirá al STC ahorrarse 300 millones de pesos anuales en el pago de energía eléctrica, lo cual se podría emplear en el mantenimiento del Metro, que le hace una falta tremenda y, por ejemplo, a programas sociales para los trabajadores de ese medio de transporte.