La Bodega Nacional de Arte y Talleres de Artes y Oficios, la cual forma parte del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura, no tiene avances en su construcción, debido a que el terreno en el que será construida aún no ha sido limpiado de metales tóxicos que hay ahí.
La Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (Sobse) suspendió muchos de los trabajos de construcción, a pesar de que algunos de ellos debían estar listos este año.
La cuarta sección de Chapultepec tiene concentraciones de plomo, cromo y mercurio en un perímetro de 9.97 hectáreas del polígono destinado a la construcción de la bodega, según datos de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México.
El 6 de diciembre fue dada a conocer la adjudicación directa para realizar un estudio sobre la presencia de metales en la cuarta sección de Chapultepec, justo donde se ubicará la bodega. Es decir que en el lugar aún no se han realizado trabajos de remediación de suelos y estabilización de material.
La Sobse informó en la duodécima sesión ordinaria del Comité Central de Obras y Servicios de la CDMX que siete trabajos están en “suspensión por caracterización ambiental”.
Uno de los trabajos suspendidos y que debían estar listos desde agosto de 2022 es el de demolición y desmantelamiento de edificaciones existentes para la posterior construcción de la Bodega Nacional del Arte. Según el informe, con actualización de obras al 30 de noviembre de este año, el avance era de 49.89 por ciento antes de su suspensión.
Otro caso es el de “la construcción del edificio 5 y primera etapa de los edificios 6 y 7 (cimentación y estructura) de la Bodega Nacional de Arte”, obra de la que no reportan porcentaje de avance.
Los servicios de supervisión técnica, administrativa y financiera de la construcción de los edificios 5, 6 y 7 de la Bodega tenían un periodo de ejecución del 27 de julio al 31 de diciembre de este año. El avance de éstos es de cero por ciento, por suspensión.
También están suspendidas las obras de rehabilitación del edificio A de la bodega, trabajos que debían estar listos en diciembre de este año. Lo mismo ocurre con la construcción del edificio 1 de la Bodega Nacional.
La maestra en arte Ximena Apisdorf Soto explicó que en la Ciudad de México todos los museos tienen una historia anterior, es decir que, al no ser inicialmente construidos con ese fin, sus condiciones son complicadas en cuanto al resguardo de las obras dentro de las bodegas, las cuales suelen ser muy pequeñas.
“Las bodegas son espacios muy chiquitos donde en realidad no cabe la cantidad de obra que puede llegar a albergar un museo. Por lo tanto, las cosas que son técnicas para mantener la obra dependen mucho no solamente del museo que es, sino también de la clase de obras que tienen que guardar: es muy diferente guardar una pintura a un óleo; un dibujo, una textura, una cuestión de textil, cada una tiene sus propias complicaciones”, detalló en entrevista con El Sol de México.
Comentó que dada la problemática por la falta de espacios en las bodegas de los museos y de la falta de inversión para aquellas que requieren reparaciones, el proyecto de la Bodega Nacional de Arte representó una alegría; sin embargo, la experta detecta dos problemáticas en torno a su construcción.
La primera es que, mientras más obras pretendan resguardar, mayor será el riesgo de que “algo llegue a suceder”.
Como ejemplo, recordó el caso de un incendio ocurrido en Brasil en uno de los museos más importantes de Latinoamérica. “Poner todas las piezas, todos los huevos en una sola canasta, en un solo museo para mí resulta conflictivo, porque qué pasaría si algo como un incendio llega a suceder”, opinó.
En segundo lugar, manifestó que es preocupante la ubicación de la bodega, porque a estas alturas del proyecto no se sabe con claridad dónde se ubicará, sólo saben que estará en la cuarta sección de Chapultepec, donde estaba la antigua fábrica de pólvora y explosivos.
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“A mí me entra la duda de si van a construir una Bodega Nacional de Arte en la que se está presumiendo que nada más se van a construir tres edificios nuevos en instalaciones que antes albergaban cuestiones relacionadas con reacciones inflamables, como es la pólvora, obviamente hace que me preocupe muchísimo más, porque es un factor que genera incertidumbre, ya que la pólvora no pierde su carácter explosivo con el paso de los años”, comentó.
Sobre las condiciones del terreno, comparó la construcción de la bodega con lo ocurrido en su momento en la construcción de la nueva sede de la embajada de Estados Unidos, en una zona donde estaba una fábrica de Colgate-Palmolive. “Para que construyeran, creo que se tardaron como cinco años, porque los químicos que usaban para fabricar los detergentes eran tan tóxicos que no podían acabar de construir. Si eso pasó con una fábrica que no tuvo la cantidad de químicos que podría tener una fábrica de armamento, la verdad es que resulta muy precipitado, como todo el proyecto de Chapultepec”, opinó.
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