El ambiente era cercano al festivo, no llego a ser así porque la alegría de regresar a casa también se combinaba con la tristeza de recordar cómo el pasado 19 de septiembre 25 personas, entre ellas 19 niño no lograron salir del Colegio Rébsamen en Tlalpan.
Pero los vecinos se saludaron y sonreían. Entraban a sus casas con algunas pertenencias mientras caminaban entre los pocos escombros que quedaron luego que ayer una cuadrilla de bomberos, comandada por la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), demoliera la parte colapsada de la escuela.
Ayer laboraron hasta que dejaron despejada la entrada a un edificio departamental que se encuentra a un lado y que había impedido a los vecinos ingresar a sus viviendas. La demolición aún no está concluida, para protección vecinal se colocó una manta y se espera que en breve se reanuden las obras.
En tanto, los habitantes empezaron con la rehabilitación de sus vidas cotidianas, empezando por la limpieza. Sacar lo que pudrió en refrigeradores y alacenas, la basura que se había quedado en los botes, barrer, sacudir, limpiar, lavar... una labor pesada, pero que saben que los regresará de a poco a sus vidas normales.
Entraban a sus hogares, abrían las ventanas para que entrara la poca luz solar y volteaban a ver lo que quedaba del colegio. A un lado el auto que quedó bajo los escombros y que también fue liberado, pero que quedará ahí por algún tiempo más mientras se deslindan las responsabilidades, pues hay una denuncia contra Mónica García Villegas, dueña de la escuela, quien está prófuga. Con información de Ernesto Muñoz