La alcaldía Iztacalco planea invertir en la Ciudad Deportiva para modernizarla, incorporar nuevos eventos que la hagan atractiva, recuperar áreas para beneficio colectivo gratuito, una vez que mejore la pandemia de Covid-19 y no haya recortes presupuestarios, anunció su titular, Armando Quintero Martínez.
Durante una entrevista, el funcionario dijo que sigue pendiente de resolver en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCM) la denuncia que se presentó por las irregularidades en que incurrió Horacio de la Vega, extitular del Instituto del Deporte local.
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La demarcación, advirtió, seguirá dicho litigio para que el daño a los recursos, que debieron haberse utilizado en beneficio de la Ciudad Deportiva y los habitantes de dicha demarcación, se recuperen y se resuelvan los juicios a favor de ese centro recreativo.
Recordó que los estacionamientos fueron concesionados en la administración de ese exfuncionario a una empresa filial de OCESA, pero que solamente espera que se venzan a finales de este año para obtener ingresos de ellos e invertirlos en la modernización de la Ciudad Deportiva y mantenerla en buenas condiciones.
Sin embargo, la situación no está fácil, admite el alcalde, tras 16 meses de que las instalaciones han estado cerradas y se ha tenido que echar mano de recursos públicos para pagar a los empleados y no despedirlos.
El 13 de agosto del año pasado El Sol de México dio a conocer el estado lamentable en que estaba la Ciudad Deportiva y el alcalde reportó la serie de irregularidades en las cuales incurrió Horacio de la Vega y ahora advirtió que el lago artificial que se construyó definitivamente no tiene salida, porque recordó no cuenta con una obra hidráulica para hacer circular el agua y su mantenimiento costaría 240 mil pesos mensuales.
En cambio, el Parque Aéreo, ubicado en la Puerta 6 y que se construyó en los terrenos de un estadio infantil de beisbol, consideró que es viable rescatarlo y reutilizarlo, aunque requiere de una inversión mínima y revisar en qué condiciones se encuentra.
Recordó que el juego tiene al menos 10 metros de altura, se compró con recursos públicos, luego se lo dieron gratuitamente a administrar a un particular que no pagaba nada a las autoridades, eso sí cobraba 50 pesos, y al que, cuando asumió el cargo, trató de cobrarle algo y se negó a eso.
Agregó que el señor rechazó seguir con la prestación del servicio y se fue, pero se llevó los cascos, guantes y rodilleras y deja las instalaciones abandonadas.
"Fueron puras concesiones a modo para sus cuates a los que les privatizaron los espacios y negocios", resume así Quintero Martínez las irregularidades cometidas por su antecesora Elizabeth Mateos.