Lo que empezó como una protesta de comerciantes en vía pública y taxistas, terminó en un enfrentamiento entre los inconformes y personal de resguardo del Congreso de la Ciudad de México.
Los ambulantes, provenientes de las alcaldías de Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco e Iztapalapa, principalmente, exigían al grito de “queremos entrar, queremos entrar” una reunión con los legisladores.
Sin embargo los ánimos se calentaron y los comerciantes ambulantes, así como los taxistas quienes convocaron también a una protesta en el recinto de Donceles y Allende agredieron a los guardias del Congreso.
Debido a que no lograron su objetivo y el acceso principal estaba cerrado, los inconformes se apostaron en uno de los acceso laterales donde también agredieron a personal del Congreso, hasta que éste logro dispersarlos descargando un extinguidor.
En la agresión por lo menos dos integrantes del personal de resguardo fueron fuertemente golpeados, tirados al piso y agredidos por la turba que incluso portaba palos y algunos objetos que lanzaron contra el personal del Congreso.
Desde el interior del recinto el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Ricardo Ruiz, manifestó su disposición al diálogo con todas las voces, pero rechazó que sea a través de la violencia como se exijan las reuniones con los legisladores.
Y es que desde antes de las 9:00 horas los comerciantes y taxistas comenzaron a llegar al cruce de Allende y Donceles, impidiendo el paso de la mayoría de los diputados, por lo que incluso no había condiciones para realizar la sesión ordinaria convocada para hoy.
Los inconformes, principalmente los comerciantes ambulantes, amagaban con irrumpir en el Congreso si no salían los diputados para instalar una mesa de diálogo. Amenazaron con cada 10 minutos con ausencia de los legisladores, subir un escalón hasta entrar por la fuerza al recinto.