Los participantes en la Pasión de Iztapalapa enfrentarán este año tres grandes retos por la contingencia sanitaria derivada del Covid-19, de los cuales el principal es el rompimiento con una tradición de muchos años, de representar los últimos días de Jesucristo a puertas abiertas, afirmó Tito Emeterio Domínguez, vicepresidenta del Comité Organizador del Viacrucis de esa alcaldía.
Obligados por la emergencia que vive el país y su capital, esta vez no se verá pasar por los ocho barrios iztapalapenses al Nazareno camino al Calvario, atosigado por una turbamulta iracunda.
En entrevista, el integrante de dicho organismo resaltó que la Pasión regresa a su punto de origen, que es el Santuario del Señor de La Cuevita, hoy convertido en Catedral de Iztapalapa.
El segundo reto consiste es que no será un evento masivo. “No se interrumpe la tradición, porque la vamos a seguir llevando a cabo pero de manera confinada, pero sí se interrumpe la tradición en el sentido de que no va a ser masivo. Ese es el reto fundamental en que nos encontramos”, subrayó.
El tercer reto es que el cuadro de actores no pudo ensayar en los escenarios tradicionales y ahora están en uno distinto, que es el atrio de dicho santuario, donde el domingo próximo iniciará la representación de la entrada triunfal del Mesías a Jerusalén y otros pasajes evangélicos, como la expulsión de los mercaderes del templo.
En el caso de centuriones romanos, fariseos, judíos, nazarenos y otros extras, comentó que se habló con ellos para sensibilizarlos de que por esta ocasión no podría participar porque se vive una situación grave de mucho peligro, pues el Covid-19 es una pandemia internacional “y que la responsabilidad estaba sobre nosotros”.
Insistió en que se les reiteró que el problema exige estar separados, dispersos socialmente y no juntos, a fin de que no se genere un brote de coronavirus en Iztapalapa; si bien reconoció que muchos aceptaron, otros en las redes sociales manifestaron su interés de participar.
Aclaró que el Comité no controla a todos los nazarenos, que muchos llegan de otras entidades que son los más discordantes y, como otros sectores sociales, no creen en esta situación, pero insistió que es preferible tomar todas las precauciones como ellos lo hicieron en los ensayos, en los que se restringió el saludo de mano y beso, así como los brazos y respetaron su sana distancia.
El organizador aseguró que la mayoría de la comunidad ha respetado la decisión, que les ha dado el apoyo total, su solidaridad y les han reconocido que han actuado de manera madura, clara y consciente.
Así, este año solamente participarán los personajes que tienen diálogo y el Domingo de Ramos llegarán 32 actores directamente al Santuario del Señor de la Cuevita, donde se caracterizarán y quienes, desde luego, no harán recorrido por los ocho barrios de Iztapalapa que era como iniciaba la representación de la Pasión de Cristo.
Finalmente, llamó a las personas a que se queden en casa, porque será una escenificación simbólica y que pueden seguir por la televisión y las redes sociales.