El Zoológico de Chapultepec debe jubilarse. Es un espacio que ya no cumple con su función de conservación y recuperación de especies, y tampoco aporta de manera educativa a las familias y al público que lo visitan, afirmó la exdirectora de este espacio, Marielena Hoyo Bastien.
“No tenemos realmente un impacto en conservación, investigación ni educación, más que celebrar con fiestas y globos debieron invertir en un estudio científico que nos diga el impacto real que ha teniendo Chapultepec a 100 años de vida y qué huella ha dejado en la gente”, comentó en entrevista con El Sol de México.
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Señaló que Chapultepec y todos los zoológicos urbanos deben actualizarse, jubilarse o ir de salida, pero no pueden seguir existiendo si no cuentan con las condiciones adecuadas de mantenimiento y presupuesto para que los animales tengan una vida digna.
“Ya tenemos otra forma de educarnos y otra forma para conservar a los animales, ya cumplieron honrosamente su papel”.
En el marco del aniversario 100 del Zoológico de Chapultepec, Hoyo Bestien consideró que éste dejó de ser el centro de conservación y reproducción más importante del país, lo que abre la oportunidad y necesidad para que se convierta en un museo de fauna silvestre nativa o en una reserva de animales.
“Con fauna que requiera el apoyo del cautiverio para poder salir adelante, y me refiero con ello a fauna nativa que generalmente no es la más atractiva para el público, el público quiere ver los elefantes, las jirafas y los bisontes, pero creo que el futuro de Chapultepec es concentrarse en ya no meter nuevos animales y trabajar con la fauna nativa”, argumentó.
La exdirectora manifestó que hoy las formas de acercar a las personas a la fauna silvestre es a través de las nuevas tecnologías.
“No sólo existen imágenes en tercera dimensión, sino en cuarta dimensión en las cuales los niños se pueden educar con base en todo lo digital, pueden conocer a los animales mucho mejor que como los ven en un zoológico y no en pésimas condiciones”, dijo la exdirectora.
Aseguró que es momento de despedir al zoológico para que en los próximos 25 años la fisonomía de Chapultepec cambie a un centro de conservación y educación donde a través de salas interactivas y otras actividades los visitantes conozcan y aprendan sobre el verdadero comportamiento de los animales.
También planteó la posibilidad de que los zoológicos se conviertan en santuarios o reservas en donde los animales no sean exhibidos y vivan en espacios grandes y lo más parecidos a su ambiente natural.
Hoyo Bastien subrayó que aunque Chapultepec no cuenta con las características para ser un santuario, algunas especies que habitan ahí podrían ser trasladadas a esos otros espacios para que tengan una mejor calidad de vida, como es el caso de la elefanta Ely, la cual está en el Zoológico de San Juan de Aragón.
“Un santuario es un área limitada, pero enorme. Son lugares que rescatan animales en crisis, pasan por un periodo de adaptación, de rehabilitación y de liberación controlada, realmente no hay conservación, procuran que ya no haya reproducción, pero rehabilitan a los animales para que ellos vuelvan a sentirse en su hábitat natural”, destacó.
Explicó que en estos espacios no son de exhibición ni con horarios, pero los animales tienen programas de rehabilitación muy duros, y aunque el área tiene un límite, los espacios son libres y cuentan con una infraestructura para atenderlos.
Abandono, deterioro y maltrato animal
Hoyo Bastien recordó que en 1994 el Zoológico de Chapultepec era un espacio moderno para los visitantes y los animales, pero en su centenario de vida se ve anticuado, descuidado y altamente contaminado no sólo ambientalmente, sino lumínica y sonoramente, además, de ser un espacio que ya no puede crecer.
“Mi viejito hermoso ya cumplió con su papel, ya merece una jubilación con todos los honores en beneficio de los animales y dar un salto más importante para educar, de verdad, sobre el comportamiento de la fauna silvestre”, dijo.
El 13 de enero de 1983, Hoyo Bastien fue la primera mujer en ocupar la dirección del Zoológico de Chapultepec, ella vio nacer, crecer y hasta crío durante siete años a los famosos orangutanes Toto y Jambi-izq, a pandas como Xin-Xin, que actualmente tiene 33 años, así como a diversos chimpancés.
“Me da mucho orgullo, no sólo fui la primera mujer en ocupar la dirección del zoológico, también me tocó su remodelación total de 1992 a 1994. Vi nacimientos muy importantes de grandes primates como de gorilas, orangutanes y pandas, entonces, creo me tocó la mejor época del zoológico”, contó.
La remodelación consistió en un proyecto de "Rescate Ecológico del Zoológico de Chapultepec" que reunió un grupo multidisciplinario de expertos como ingenieros, biólogos, médicos, veterinarios y diseñadores para la intervención de varias áreas de Chapultepec.
Con esta remodelación la fauna silvestre se agrupó conforme a las zonas bioclimáticas de acuerdo con su hábitat natural, representado en bosque templado y litoral, pradera, selva húmeda tropical y zonas áridas y sabana.
“El tiempo que yo estuve se le daba mantenimiento continuo y había una inversión constante para sostener el zoológico. Cuando murió Jambi regresé a Chapultepec y todos los pisos estaban cuarteados, las áreas de noche de los animales ocupadas con cuartos de juego para los trabajadores, entonces que Chapultepec se haya venido abajo es absoluta responsabilidad de las administraciones que ha tenido y que no le han invertido en mantenimiento”, acusó Hoyo Bastien.
Lamentó que los últimos años el zoológico registró las muertes de muchos animales debido a que no cuenta con un programa de conservación, ni las autoridades invierten para el mantenimiento y cuidado de la fauna silvestre.
En abril pasado, la secretaria de Medio Ambiente capitalina, Marina Robles García, informó que entre 2012 y 2018 en promedio morían más de 400 animales cada año en los tres zoológicos locales, cifra que se redujo a 376, en promedio, entre 2019 y 2022.
“Los animales tienen alterados sus horarios de descanso y de alimento, además de estar limitados en su hábitat natural”.
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“Casi toda la fauna es de hábitos crepusculares, son activos al anochecer y es cuando los tienen encerrados en una caja de cemento, les dan de comer en el horario de los trabajadores, no en el horario que el animal requiere.
“Ellos pasan 16 horas encerrados en una jaula hasta que burocráticamente abren el zoológico”, dijo Hoyo Bastien, aunque autoridades de Chapultepec afirman que las especies están bien atendidos y se les atiende de la mejor manera.