Tras cinco años de hostigamiento a la familia Vázquez, un grupo de invasores la despojó de su terreno, ubicado en la alcaldía Tláhuac, en 2021.

A tres años, su propiedad y la de otras familias víctimas de este delito se convirtieron en casas de una colonia irregular, frente al Metro Tlaltenco de la Línea 12.

Desde 1930 el terreno, compuesto de casi 100 metros de largo y más de 25 metros de ancho, fue otorgado a los Vázquez por el grupo de ejidatarios del poblado con la ley agraria y fue legalizado a través de escrituras. Durante más de 90 años el predio fue utilizado para sembrar elote y cempasúchil.

“El terreno fue dado a mi suegro en los 30. En los 50 yo me casé con su hijo, y todas las tardes iba a dejarles su comida, mientras ellos trabajaban sembrando.

Después el terreno quedó a mi nombre, y mis nietos eran los que sembraron cempasúchil”, relató una integrante de la familia Vázquez.

El acoso para abandonar esta tierra inició desde 2016, cuando una madrugada, vecinos les avisaron que un pequeño cuarto donde guardaban herramienta, fue quemado. “No había nada que provocara el incendio. Todo fue a propósito”, indicó.

Después, varias personas comenzaron a rondar el terreno y en una ocasión le dijeron a la familia que ya no les pertenecía.

Los Vázquez denunciaron los hechos ante el comisario ejidal y éste les recomendó acudir ante las autoridades por el delito de intimidación directa y despojo.

Pero nunca se resolvió nada a su favor y abandonaron su patrimonio, “Amenazaron a mis nietos. Eran muchas personas y fueron violentas. Sentimos miedo (...) Ahí decidimos no regresar y dejárselo a los invasores, a pesar de que yo tengo el papel que prueba que es de nuestra familia”, relató.

Actualmente lo que fue el ejido de la Ciénega es una colonia irregular, donde en julio del 2023, la Guardia Nacional, Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y el Instituto de Verificación Administrativa (Invea), realizaron un operativo para evitar la construcción de más viviendas y la detención de Melda N por vender lotes ilegalmente.

Sin embargo, a un año d e estos hechos las casas de la zona continúan teniendo electricidad y servicio de agua potable por tandeo. Tláhuac ocupa el segundo lugar en este delito, al reportar 240 carpetas de investigación y una tasa del 61.17 delitos por cada mil habitantes, sólo por debajo de la alcaldía Cuauhtémoc que suma 447 carpetas y una tasa del 81.88, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del Inegi.

Rodrigo Meneses, especialista en temas de informalidad, ilegalidad y criminalidad e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), define el delito de despojo como "la toma forzada y violenta de la propiedad que le pertenece a alguien más. Hay una definición, de acuerdo a la clasificación estadística de delitos del Inegi, que nos señala como la ocupación ilegal de bienes inmuebles mediante el empleo de la violencia, el engaño o la furtividad”.

El experto explicó que uno de los móviles en estas zonas es la urbanización que atraviesan.

“Hay ciertos barrios de la ciudad que de pronto han concentrado muchas denuncias de despojo en algunos casos asociadas a los mismos cambios que ha experimentado la ciudad, la apertura de líneas del Metro, apertura de nuevos aeropuertos,apertura de nuevas calles o vías de comunicación”, refirió.

A partir de la pandemia, Meneses identificó la descentralización de los despojos, es decir, que ya no sólo se concentran en la Cuauhtémoc y Benito Juárez, sino que este delito comenzó a desplazarse a alcaldías periféricas. Mientras que en las zonas ejidales ha sido complicado tratar el tema para los tribunales, ya que los ejidos funcionan como una comunidad.

Incluso en esta zona, señaló que la creación de la Línea 12 del Metro aumentó el valor del territorio.

Apuntó que en los últimos 12 años este delito ha crecido en la CdMx, tanto que se encuentra en segundo lugar a nivel nacional, sólo por debajo del Estado de México. Y las colonias más afectadas son Centro, Roma, Doctores, Santa María la Ribera, del Valle, Narvarte, y comienza a crecer este problema en las colonias Obrera, Guerrero, Agrícola Oriental, Morelos, Portales y Juárez; debido al alto valor que tiene el metro cuadrado de vivienda en estas zonas.

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De acuerdo con el especialista, las autoridades fallan al no garantizar a los afectados que, a través de la denuncia, puedan recuperar su propiedad.

“Las grandes preocupaciones que hemos expresado es qué pasa con las personas que son víctimas del delito de despojo y qué pasa con aquellas legislaciones que sólo prescriben el delito. No aseguran un procedimiento de recuperación y de retorno, es un gran pendiente”, puntualizó.