Luego de funcionar un año y dos meses, la Casa del Migrante, inaugurada por Sandra Cuevas en la alcaldía Cuauhtémoc, cerró sus puertas por obras de reparación; sin embargo, se desconoce si operará nuevamente.
Este espacio, el cual atendió a la población migrante que se concentró en la zona en los últimos meses, ni siquiera cuenta con una administración a cargo.
De acuerdo con la demarcación, encabezada por Raúl Ortega Rodríguez, el lugar fue desalojado hace dos semanas para realizar tareas de reparación, ya que el paso de miles de personas deterioró el mobiliario, dormitorios, baños y comedores.
“Hace dos semanas se desalojó para hacer mantenimiento, las literas estaban en malas condiciones, los colchones llenos de chinches, los sanitarios rotos y las regaderas igual, los espacios para lavar ropa igual”, dijo la alcaldía a El Sol de México.
“Ahora con la conclusión de administración e inicio de transición de gobierno y la decisión del gobierno central y gobierno federal de desalojar la Plaza Giordano Bruno desconocemos si se mantendrá en operaciones la casa”, agregó.
Antes de 2020, este lugar ubicado en el número 40 de la calle Roma, en la colonia Juárez, fue el parque Jesús Reyes Heroles, pero ese mismo año fue cercado con vallas metálicas por la alcaldía, y para el 22 de abril de 2023,
Cuevas inauguró la Casa del Migrante, con la intención de atender la gran concentración de personas en esa zona, principalmente provenientes de países como Haití, Venezuela, Guatemala y Colombia.
“Se abrió en apoyo de los migrantes y para evitar que estuvieran en la calle. Su uso es solamente para pernoctar y bañarse además de lavar su ropa. (...) Preferentemente las camas se destinaron para mujeres y niños”, comunicó la demarcación.
El albergue tuvo un costo de 2.5 millones de pesos, y según la ex alcaldesa, estuvo compuesta de un consultorio médico, consultorio psicológico, dormitorios, área de juegos infantiles, casilleros, baños y regaderas para mujeres y hombres, bodega, oficina administrativa, cocina, comedor, oficinas de servicio social y un jardín con bancas y mesas.
La alcaldía explicó que, mientras funcionó, se alojaban diariamente a 200 migrantes, dando preferencia a mujeres, niñas y niños, pero no precisó los recursos utilizados para su reparación, el tipo de arreglos que hará ni la fecha en que terminarán los trabajos. .
En un recorrido se constató que las instalaciones están vacías y son reguardadas por policías.
En los alrededores y en el resto de la colonia tampoco existe presencia de población migrante, luego de que el INM desalojara a 500 personas que acampaban en la Plaza Giordano Bruno, lugar que la semana pasada comenzó a ser remodelado por el gobierno capitalino.
Asimismo, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) dejó de atender en su sede de la calle Versalles, en la misma zona, desde el 29 de mayo pasado.
Para el Grupo de Monitoreo Frontera Centro, un colectivo que da seguimiento a organizaciones, albergues y académicos dedicados al estudio de la migración en la CdMx, la ausencia migrante en la zona responde a la presencia policial.
“La gente ya se fue moviendo, no se ven en la Juárez porque la policía no está dejando que se queden en la calle, o sea, todo el tiempo hay presencia policial y en cualquier momento los quitan, pasan las patrullas y les dicen que no se pueden quedar a dormir ahí.
“Estarlos moviendo, estarlos quitando que no estén en la calle, que en estos momentos no están dormidos allá (en la Casa del Migrante), que estén sobreviviendo pagando en cualquier lugar, claro que tiene que ver con una cuestión de limpieza social”, indicó Andrea Paula González, integrante del organismo.
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El Grupo de Monitoreo Frontera Centro consideró que la Casa del Migrante es necesaria en la actualidad, ya que la población migrante continúa presente en otras partes de la CdMx. .
“Como sociedad civil nunca pudimos tener acceso al espacio, nosotros varias veces nos acercamos con las personas encargadas para decirles que si podíamos tener acceso para ver cómo están las cosas o si había algo que se podía hacer en colaboración y pues siempre nos dijeron que hacía fuera tenía que ser el apoyo no. Entonces realmente nunca lo conocimos por dentro”, lamentó la activista.