La secretaria Ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos capitalina, Nancy Pérez García, dijo que en 2018 el gobierno atendió, principalmente, llagas en los pies y problemas estomacales de migrantes, pero ahora son problemas derivados de enfermedades crónico-degenerativas por la llegada de familias con adultos mayores.
La directiva del organismo local dijo a El Sol de México que hace dos décadas, jóvenes en edad productiva y laboral dejaban sus hogares para cruzar el país rumbo a Estados Unidos, pero la situación cambió y ahora en las caravanas que vienen de Centroamérica y el Caribe hay niñas y niños, adultos mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas.
Lo anterior, planteó, demanda que las autoridades brinden otro tipo de servicios, pues hace cinco años los temas de salud preocupantes eran la deshidratación de niñas y niños, males estomacales y las heridas en los pies.
Pérez García comentó que, en ese momento, a los refugios les bastaba medicamentos básicos, suero y vacunas para atender a los migrantes.
Actualmente la situación es distinta, porque ahora vienen mujeres embarazadas y adultos mayores, quienes sufren enfermedades crónico-degenerativas.
Al llegar a los albergues, estas personas requieren una atención más especializada cuando presentan una crisis.
“Los migrantes con enfermedades crónico-degenerativas necesitan otro soporte, además, a un poco más largo plazo o al menos requerirán alguna coordinación con otros estados para que se continúen con el tratamiento que tienen en la Ciudad de México”, dijo la especialista.
La secretaria en la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la Ciudad de México además afirmó que los flujos migratorios continuarán y podrían aumentar porque la situación de pobreza en países centroamericanos y caribeños no mejora ni cambiarán las políticas migratorias de Estados Unidos.
El repunte en la llegada de migrantes a la Ciudad de México inició entre febrero y marzo pasados cuando el Instituto Nacional de Migración emprendió un Procedimiento Administrativo contra 445 y 505 extranjeros, respectivamente, quienes no acreditaron su estancia migratoria.
El Boletín Estadístico, elaborado por el organismo, precisó que el inicio de un procedimiento es una presentación y luego dio cuenta de una baja en abril con 386 presentaciones de migrantes sin documentos, mientras que en mayo fueron 288 y repuntó en junio con 525.
Pérez García mencionó que la temporalidad de estadía es otra diferencia de los flujos migratorios actuales con respecto a 2018, pues, explicó, anteriormente las personas pasaban máximo tres días en la capital para seguir viaje y ahora, quienes llegaron en noviembre permanecen en Ciudad de México.
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“Esto es un reto, es todo lo que se llama política de inclusión social para este grupo de población, que, dicho sea de paso, muchas mujeres migrantes entraron embarazadas a México, sus hijos ya nacieron en México y desde ahí ya hay una serie de derechos que tienen por haber nacido en nuestro país”, opinó Pérez García.
Frente a esta situación, la especialista se manifestó a favor de diseñar una política migratoria integral para atender la problemática y que no responda únicamente a situaciones de emergencia.
