Amas de casa, comerciantes, productores, profesionistas y conductores de mototaxis protegen las más de 14 mil hectáreas del Área Natural del Lago de Texcoco, el único vaso regulador hídrico del oriente del Estado de México.
Cuatro brigadas son las encargadas de vigilar y monitorear la llegada de aves migratorias, detectan incendios y limpian y dan mantenimiento a la zona para preservar más de 600 especies de flora y fauna.
Los 43 pobladores participantes, seleccionados a través de una convocatoria de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas Naturales (Conanp), cuidan desde hace dos años el lago ubicado en los municipios de Texcoco, Atenco, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl.
La brigada de vigilancia y monitoreo comunitario, por ejemplo, está integrada por 11 personas que se dedican a observar y registrar la llegada de más de 250 mil aves migratorias.
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Cuatro días a la semana recorren en bicicleta alrededor de 22 kilómetros del área protegida para monitorear y registrar la visita de los distintos tipos de aves, además de reportar la existencia de algún delito, como la cacería de estas especies.
“Nos reunimos en el parque de los ahuehuetes para comenzar el recorrido y en el transcurso del camino vamos observando, si vemos un ave, hacemos su registro, la anotamos e identificamos. Si hay ilícitos ambientales o algún tiradero lo reportamos”, explicó Blanca Ramírez.
Contó que la idea de formar esta brigada se debió a la importancia de cuidar el lago más importante de la entidad y aunque ninguno contaba con el conocimiento de las especies de aves, recibieron capacitaciones por parte de la Conanp, así como una remuneración económica
“No tenemos un conocimiento avanzado en cuanto a las especies y estas cosas, pero por eso tuvimos capacitaciones con Profepa, Conabio y la Conanp y ellos son los que nos dicen cómo actuar en casos de ilícitos, así como la identificación de aves”, agregó.
En febrero pasado se registraron dos incendios en el perímetro del Lago de Texcoco que consumieron 50 hectáreas, por ello la brigada contra incendios debe permanecer alerta.
“Nosotros somos cinco integrantes y todos tenemos otro empleo además de esto, somos mototaxistas. Tenemos dos años en este proyecto en donde hemos aprendido mucho de las capacitaciones y lo hacemos con mucho orgullo”, contó Ricardo Islas, integrante de ese grupo.
Cuatro hombres y una mujer son los encargados de vigilar diariamente el área, desde el cerro Tepetzingo, para detectar algún conato. Monitorean columnas de humo o los incendios provocados por fogatas de los visitantes.
“Luego acude gente que hace sus fogatas, pero esas pequeñas fogatas se salen de control y es lo que ocasionan el incendio. Entonces también en nuestros recorridos platicamos con las personas que están haciendo una carnita asada para que tengan prevención de no dejarla prendida. En algunos otros casos es gente maldosa que a propósito viene a prender la hierba”, señaló Victor Sánchez, otro de los brigadistas.
Con una mochila aspersora de más de 20 litros en la espalda, herramientas como pulaski, rastrillo y segador recorren el terreno de pasto, agua y lodo para actuar de manera inmediata en caso de alguna quema.
Además, realizan brechas cortafuegos que consisten en la limpieza y remoción de material combustible como el pasto y vegetación. Con esto, indican, ayudan a crear franjas que controlan la expansión del fuego.
En otro punto del lago, la brigada de recuperación de hábitat se dedica a recolectar la basura que los vecinos y visitantes tiran.
De lunes a viernes, 11 personas -la mayoría estudiantes- apilan llantas, sillones, muebles y costales de residuos y supervisan que los recolectores se los lleven.
Juntan y separan la basura, el pet, vidrio, plástico y ropa. En el caso de los animales muertos hacen un hoyo donde los entierran.
“Esta es una zona que la han ocupado como tiraderos clandestinos, hay muchos vecinos que son los que vienen a tirar la basura. Es mucha basura del hogar como pañales, papel higiénico y lo que se genera en la casa”, precisó Paula Juan García.
Con palas, azadones y machetes quitan el carrizo y reforestan algunas áreas verdes con nopales.
“Lo que limpiamos es el carrizo, ya que es una planta invasiva Lo que limpiamos es el carrizo, ya que es una planta invasiva, la tratamos de quitar de aquí para que obtengamos pasto, y también plantamos un muro verde que está plantado por nopales para dividir el área protegida”, explicó.
Los humedales del Lago de Texcoco son importantes para conservar la reproducción de algunos alimentos nativos, así como la conservación de aves por lo que es necesario preservar y proteger diversas zonas.
Para ello, desde las seis de la mañana, la brigada de bordeo y limpieza realiza zanjas y mantenimiento a los humedales, para evitar que la maleza los desaparezca con plagas de palma, tule y navajilla.
“Esta hierba es una plaga, poco a poco va cerrando los humedales hasta que se pierden, de hecho algunos humedales que ya se perdieron, por ese tipo de plagas, entonces lo que hacemos es tratar de abrir espacios y cortar la hierba desde abajo para que no se sigan cerrando”, refirió Rafael Villanueva, uno de los 16 integrantes de la brigada.
Sus herramientas son el machete, guadaña, pala y rastrillo, las cuales sirven para retirar las plagas y recuperar los cuerpos de agua donde existen especies como el ajolote, el pato mexicano y el pez blanco.
“Si no hay espacios ni cuerpos de agua no hay existencia de aves, no es trabajo sencillo, pero sacamos un ingreso y además podemos aprovechar las especies que se dan, que nos dan otra fuente de empleo”, resaltó.
La labor de las brigadas también contribuye a la preservación de los alimentos nativos que se producen en el lago, donde los productores lacustres pueden seguirlos vendiendo.
El ahuautle, uno de los platillos tradicional de las comunidades de Texcoco y denominado como el Caviar azteca es el alimento que más se produce, así como el mosco, tequesquite, artemia, alga espirulina, gusano blanco, chipirin, quelite, entre otros.
Porfirio Pineda, productor lacustre, contó que este afluente daba de comer a todas las comunidades y pueblos cercanos; sin embargo, debido a que la gente ya no lo trabaja se han ido perdiendo esas especies.
“Este lago es el más rico del mundo, pero ya se está acabando todo lo que producía”, lamentó.
De acuerdo con la Conanp, estas convocatorias son publicadas dos veces al año, donde puede participar cualquier persona que viva en alguno de los municipios que conforman el Área Natural Protegida, prioritariamente las personas campesinas que tengan producción agrícola.
Estas brigadas se pueden conformar con un mínimo de cinco personas, a través de una solicitud de apoyo, donde el organismo selecciona las solicitudes de los grupos.
Posteriormente, cada brigada recibe capacitaciones de la Comisión Nacional de Recursos Naturales para realizar sus actividades y se les entrega su equipo y herramientas de trabajo, además de un apoyo económico de aproximadamente 300 pesos por jornada.
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En marzo de 2022, el gobierno federal declaro el Lago de Texcoco como Área Natural protegida con carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, tras frenar la construcción del nuevo aeropuerto.
En ese entonces, las autoridades federales expusieron que en el manejo del lugar participarían, de común acuerdo, los habitantes de toda la región y reiteró