Ubicadas al norte, sur y oriente de la Ciudad de México, las delegaciones Gustavo A. Madero, Tlalpan e Iztapalapa no sólo comparten que son las tres más pobladas, sino que además son las que más inundaciones padecen durante la temporada de lluvias.
Como informó ayer El Sol de México, de 2010 a la primera quincena de junio de este año la capital ha sufrido 297 inundaciones, sin embargo, a partir de 2016 el problema se agravó, pues desde entonces a la fecha ocurrieron 91% de las anegaciones pluviales, sin que el nivel de lluvia aumente.
Iztapalapa, Tlalpan y Gustavo A. Madero–en ese orden- son las demarcaciones que más se inundan, ya que solamente entre estos tres territorios se concentran el 43.7% de las 297 anegaciones ocurridas desde 2010, de acuerdo con datos de la Secretaría de Protección Civil.
El problema en Iztapalapa se focaliza en tres colonias que acumulan 21 de las 49 inundaciones sufridas en esta demarcación en los últimos ocho años: la Unidad Habitacional Vicente Guerrero, con 10 anegaciones, la Zona Urbana Ejidal de Santa María Aztahuacán, con seis y Santa Martha Acatitla con cinco.
Esto ha obligado al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) a realizar obras de mitigación como la construcción de un colector, una planta de bombeo y una laguna de regulación en la Unidad Vicente Guerrero o un cárcamo de bombeo en Santa Martha Acatitla.
En Tlalpan las colonias que más han padecido inundaciones son la zona de San Lorenzo Huipulco con cinco y Héroes de Padierna con cuatro, aunque el problema es más disperso, pues se han inundado puntos de 30 colonias.
Al igual que en Tlalpan, en GAM las inundaciones son dispersas, pues se han registrado en 24 colonias, aunque de manera reiterada en Granjas Modernas, Casas Alemán y San Felipe de Jesús. En esta última colonia el Sacmex realizó la reconstrucción de tres colectores.
De acuerdo con Óscar Roa, exdirector de Prevención en la Secretaría de Protección Civil capitalina, en Iztapalapa el hundimiento del suelo provocado por la extracción de agua del acuífero fractura los tubos del drenaje y afecta su pendiente, evitando con ello que se desaloje correctamente la lluvia.
En Tlalpan, explicó, las inundaciones ocurren porque es donde más llueve, ya que se encuentra cerca del Ajusco y ahí hay más humedad que en el resto de la capital; sin embargo, la pésima condición del drenaje, aunado a su sobresaturación, son el detonante de las inundaciones.