Jorge Arturo, el artesano de La Pasión en Iztapalapa

Le lleva meses trabajar el latón con el que se hacen los cascos de los romanos y los resplandores de la Virgen

Alejandro Aguilar | El sol de México

  · domingo 7 de abril de 2019

El señor Hidalgo muestra los cascos que ha realizado para los soldados romanos / Alejandro Aguilar

Jorge Arturo Hidalgo, residente al oriente de la capital, desde hace más de 20 años moldea el latón para darle forma a los cascos que año con año portan los nazarenos durante la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.

Aprendió el oficio gracias a su padre, quién le mostró las técnicas y la pasión por ser parte de las festividades de Semana Santa en aquella alcaldía.

En su taller ubicado en la colonia Mixcóatl nos muestra parte del trabajo que ha realizado durante los últimos años. Cascos, resplandores para la Virgen o e imagen religiosa, él se adapta a los gustos de cada cliente.

“Desde que veo a las personas sé lo que quieren porque es algo que uno va aprendiendo con el tiempo”, nos comenta el señor Hidalgo con una sonrisa amistosa.

A sus 62 años de edad el señor Hidalgo nos cuenta que en el año de 1993 decidió dedicarse de lleno a la orfebrería.

“Para hacer un casco se lleva su tiempo, tiene su chiste. Por ejemplo, para terminar uno me lleva tres días”. Enfatiza luego de mostrarnos algunos ya hechos.

Además de los cascos elabora los resplandores que utiliza la Virgen y algunas imágenes. Para ello tienen una técnica ya definida.

La creación empieza desde el dibujo hasta que tiene en sus manos las herramientas para comenzar a darle forma al latón que terminará en resplandores que llevará la Virgen María este año.

"En el caso del resplandor lo empiezo a definir desde enero y me tardo mes y medio más o menos para acabarlo, aunque esos son a los que más le dedico tiempo, porque primero los dibujo y se los presento a las personas para saber si les gusta.

Originario de Iztapalapa, Jorge Arturo se siente orgulloso de su profesión y espera que sus hijos continúen la tradición de fe que año con año ha llevado a Iztapalapa a ser la mejor representación en Semana Santa.