La fiesta electrónica sumergida en una extensa área verde de la zona del Ajusco-Tlalpan, en el kilómetro 13.5, ahí donde se forma la famosa y peligrosa Y, que ha sido denunciada por víctimas de diversos delitos, es de donde no emerge Pamela Gallardo Volante, de 23 años.
Han pasado 13 días desde el último que despertó en casa, arropada por su familia, por su hermano Esteban, que a esa distancia hoy se ha convertido en el principal activista para dar con Pam, como amorosamente le dicen sus seres queridos.
"Las primeras 24 horas son cruciales para localizar a una persona", alerta Karla Michelle Salas", abogada y defensora de víctimas de la violencia de género y de familias de mujeres desaparecidas, quien ya fue contactada por la familia para que los apoyen para dar con la joven, quien asistió hasta esa zona del sur de la ciudad acompañada de una pareja de esposos, amigos de ella y su novio.
Los primeros dejaron de ver a Pam antes del mediodía del domingo 5 de noviembre. Una foto, compartida con El Sol de México, perpetua esa estancia en uno de los pulmones de la capital del país.
En la imagen se percibe solaz mañana. La fiesta no decae, tras la foto que se toman del recuerdo aparece el escenario: decenas, centenas que quizá suman miles de jóvenes y millones de hojas verdes que pueden ocultar a personas.
A la fiesta le faltaron elementos de vida o muerte: vigilancia policiaca, servicios médicos que prestaran auxilio en caso de accidentes y protección civil. Nadie, en la delegación Tlalpan, adonde pertenece este territorio, ha buscado o se ha sumado a la búsqueda de Pamela, que fue a divertirse como tantos jóvenes a una fiesta rave por el Día de Muertos.
"La estructura corrupta es la que no busca a las personas. A las autoridades no les interesan las mujeres", señala Michelle Salas a El Sol de México.
Para activistas, diputados y abogados, las desapariciones de mujeres o crímenes de ellas deben ser investigadas con perspectiva de género. Es decir, por el simple hecho de ser mujer.
Madre clama por Yareli
En tanto, desde el pasado domingo Yareli Hernández, de 13 años, desapareció de su casa, luego de que un hombre la contactó vía Facebook, quien aprovechó que la menor le confesó que sus padres saldrían de casa.