Además de estar a punto de ser secuestrada en el Metro, Zúe Valenzuela, defensora de los derechos humanos, acusó ayer a la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local de filtrar a los medios de información la declaración que rindió ante el Ministerio Público (MP) y dio a conocer que ha sido amenazada.
Durante una conferencia de prensa, dijo que lo anterior es parte de la revictimización que ha sufrido, al igual que otras afectadas que lograron escapar de un secuestro con el sistema “cálmate mi amor”, del cual se tienen datos de que se aplica desde 2001, pero adquirió relevancia este año tras su visibilización en las redes sociales.
Apuntó que las autoridades primero dijeron que no intervenían, porque carecían de denuncias y ahora ya hay demandas formales, pero en su caso la respuesta de la PGJ fue filtrar a los medios de comunicación la información de pruebas, las declaraciones rendidas ante el MP y detalles que solamente ella conoce.
Sin embargo, a ella no le ha dado ningún reporte del avance de la investigación de su caso ni de las otras víctimas, precisamente a un mes de que estalló mediáticamente el problema, y tampoco reportó los resultados de su campaña de emergencia ante el acoso sexual a mujeres en el Metro.
Es más, aseguró que desde que denunció ese intento de secuestro y encabezado la lucha de otras mujeres ha recibido amenazas e insistió en señalar que las autoridades la revictimizaron.
A su vez, Adriana Lecona, representante de la Colectiva las del Aquelarre, dijo que dichos casos fueron abordados por la PGJ como “tentativas de robo”.
Sin embargo, las dos activistas reconocieron no tener los elementos a la mano para afirmar contundentemente que las secuestradas terminaron en redes de trata de personas, pero el perfil de las raptadas así lo indican pues son jóvenes de 18 a 20 años de edad y universitarias, entre otras características.