Desde hace más de un año Leonardo Gómez está en pie de lucha para defender lo único que tiene: su vivienda y un negocio de venta de abarrotes. Su casa será expropiada por la ampliación de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
En entrevista con El Sol de México lamenta que el gobierno de la Ciudad de México pretenda pagarle su casa, ubicada en Avenida Central, manzana 14, lote 6, colonia Primera Victoria, con base en el valor catastral y no en el valor comercial.
Además, acusó que en el pago de indemnización el gobierno capitalino no quiere incluir el lucro cesante, es decir, el daño patrimonial o la pérdida de ganancia, pues desde que iniciaron las obras ha disminuido la venta en su tienda y si se le expropia corre el riesgo de perder el negocio.
“No me han querido reconocer mi negocio, el daño que me hacen moral, social, económico, por todos lados me afecté; de la tienda dependemos tres familias, es mi vida, mi esfuerzo. Desde 1980 aquí estamos, la construimos con mucho esfuerzo y de repente vienen y acaban con tu vida”, lamentó Leonardo.
Lejos de recibir un buen trato por parte de las autoridades, denunció a este diario que la atención ha sido con prepotencia; “en mi última reunión con José Castro, de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Obras, se me pusieron en un plan muy altanero”.
“Me dijeron que yo estaba pidiendo que me dieran cuatro departamentos y que yo ni siquiera era el dueño; yo les aclaré que no estoy pidiendo que me regalen nada, sino que me integren al programa de vivienda”, recordó.
Agregó que José Castro le dijo que “no importaba con quién fuera, porque el diputado Leonel Luna (presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF) nos prometió que nos iban a pagar a valor comercial, que la obra se iba a hacer porque se iba a hacer y no quería violentar las cosas”.
La vivienda que está junto a la suya, ya fue deshabitada pues los propietarios aceptaron la expropiación y el gobierno ya les pagó la indemnización; en ambos predios se colocará una salida de emergencia y un cuarto de máquinas, según el propio Leonardo Gómez.
De hecho justo en frente de su vivienda está una de las lumbreras a través de las que la Secretaría de Obras construye el túnel que conectará Mixcoac con Observatorio; este punto es intermedio entre las estaciones Valentín Campa y Delegación Álvaro Obregón.
Gómez deja en claro que no pide nada regalado al gobierno capitalino, sino simplemente que se le pague lo justo a cambio de la expropiación y se le pueda integrar al programa de vivienda del Invi, pues su familia y tres más que habitan ahí quedarán sin un lugar donde vivir.
“No puedo pelear contra el gobierno, pero por lo menos puedo exigir mis derechos, el derecho a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la seguridad”, subrayó.