Tlatelolco tiene restos de siglos pasados combinados con las costumbres de las nuevas generaciones, empezó como una colonia sólo para burócratas, añadió a vecinos de sectores populares y actualmente tiene muchos inquilinos jóvenes, las cosas han cambiado. Hoy esta unidad de la alcaldía Cuauhtémoc cumple 60 años.
La unidad habitacional Nonoalco Tlatelolco, conocida originalmente como Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos, es un proyecto del arquitecto Mario Pani, cuya construcción comenzó en 1960 y su inauguración fue el 21 de noviembre de 1964.
El objetivo principal del conjunto urbano fue regenerar zonas informales con un conjunto habitacional que tuviera vivienda, servicios, comercios y áreas de esparcimiento, de modo que los habitantes tuvieran una mejor calidad de vida. Sus edificios han sido testigos de sucesos históricos como los de 1968 y el sismo de 1985.
Habitantes originarios perciben que ya no hay la misma unión entre los colonos, las calles ya no son tan limpias como en la década de los 60 y 70, por eso coinciden en que la zona debe ser dignificada.
Margarita Pineda Acevedo es de las vecinas más conocidas en la unidad, todos los días recibe a personas en su papelería: le piden orientación sobre trámites, le avisan si no sirven las luminarias, si hay tiraderos clandestinos o si hay algún perro maltratado por su dueño. Es tan conocida que en cada proceso vecinal para tener representante, ella es de las que tiene más votantes.
Llegó en el 67 a Tlatelolco por intermediación del entonces presidente López Portillo, de quien era secretaria. Su departamento era nuevo, alfombrado, “precioso” según recuerda, fue como sacarse la lotería.
“Tlatelolco en sí era una belleza y nadie me dejará mentir: había unos prados súper cuidados, con flores de ornato y había vigilantes con el uniforme del ejército y con silbatos para sacar a los niños que se metieran a los prados (…). Como los edificios del ISSSTE eran para la burocracia, pues, había de todo aquí, había gente de alto nivel, había gente muy poderosa y muy conocida, ya fuera en términos de política o de artistas, de aquí salieron varias gentes, como boxeadores o de natación”, expuso.
En entrevista con El Sol de México señaló que ahora Tlatelolco está devastado, olvidado por los gobiernos, tanto nivel alcaldía como local y federal, lo cual se traduce en falta de servicios y mantenimiento.
“Ha muerto mucha gente en Tlatelolco, por la edad, por la pandemia, por muchas cosas, y entró gente que no valora lo que es Tlatelolco. La empatía entre los vecinos se ha perdido mucho”, expuso.
Las generaciones que han vivido en Tlatelolco
Actualmente, hay familias que van por la cuarta generación de habitantes, vecinos cuentan que antes de ser un complejo de edificios, era zona de patios de la estación de ferrocarriles de Buenavista y alrededor había tugurios, jacales, viviendas consideradas en decadencia. Así lo cuenta Luis Arellano Mora, quien vivió en Tlatelolco durante 40 años y que hasta la fecha mantiene su interés por investigar sobre la historia del complejo.
“Había ciertas partes donde alrededor había tugurios, Mario Pani lo llamaba vivienda decadente y había de todo, jacales, tugurios (…), él estudió los tipos de vivienda, porque la idea era ir creando vivienda y los primeros beneficiarios iban a ser ellos”, agregó Luis.
En entrevista comentó que un distintivo de Tlatelolco era la unión de la comunidad. Recuerda cuando era niño, como alumno de uno de los primeros jardines de niños que estuvo en la unidad, que Tlatelolco estaba lleno de juegos infantiles. Ya más grande, dijo, él y sus amigos entraban a las ruinas de la plaza de las Tres Culturas, antes no había rejas.
“En ese entonces estaba el mito de que había túneles que nos llevaban hasta Palacio Nacional y siempre buscamos ese túnel y no lo encontramos; búsqueda inútil, pero divertida para nosotros. Luego había vigilancia, pero no era tan estricta que digamos, entonces, en cuanto nos pitaba el policía, pues echarse a correr”, detalló.
Aceptó que Tlatelolco cambió para mal al paso de los años, hubo muchas dificultades y uno de los errores, a su parecer, fue el permitir la renta de los departamentos, práctica que va en aumento, ahora con la modalidad Airbnb, esos inquilinos están de paso y no les interesa formar comunidad y, al contrario, son fuente de conflicto. Aunado a ello, falta mantenimiento en los edificios, relacionado también con que quienes rentan y no pagan.
Señaló que la llegada de diferentes partidos a la administración de la alcaldía Cuauhtémoc dificulta la atención a las problemáticas, basta con ver los adoquines que requieren su renovación con base a la composición original de los corredores. Con el cambio de gobierno, hubo problemas de recolección de basura, el cual persiste, de los problemas más graves está el desgaste de la red hidráulica.
Fue una zona de tugurios
Juan Manuel Parada Ramírez, vecino de la primera sección de Tlatelolco, comentó que su familia paterna es fundadora de la Unidad Habitacional, vivieron en la época de los tugurios de Tlatelolco y ahora la cuarta generación de su familia habita ahí.
La familia de Juan siempre vivió en vecindades, su abuelo era originario del barrio de Tepito y su abuela vivía en una vecindad frente al parque de Santiago Tlatelolco, ambos provenían de familias numerosas y de escasos recursos, por lo que desde pequeños tenían la necesidad de trabajar. Cuando la unidad ya estaba lista y llegaron los habitantes, quienes provenían de las vecindades, crearon fuertes lazos de amistad.
“Una vez fundada la unidad, las familias como la mía que tuvieron la oportunidad de conseguir un arrendamiento formaron aún más grandes vínculos vecinales, era como vivir en una vecindad en vertical. Yo soy tercera generación y aún me tocó vivir este vínculo, tengo recuerdos de cómo mi abuela subía a lavar la ropa a mano y eran horas y horas de plática con las vecinas, mis papás formaron un vínculo de amistad muy fuerte con las segundas generaciones, todos se conocían y convivían como amigos (...). Se vivía unidad y unión vecinal que aún perdura en las familias que seguimos en Tlatelolco”, aseveró.
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El vecino indicó que siempre existieron inquilinos buenos y malos, pero antes eran más unidos y participativos, la gente formaba comunidad.
Afirmó que Tlatelolco debe ser dignificado con un buen proyecto de reestructuración. Las áreas que urge intervenir son los andadores ya que el techo que cubre estos están en malas condiciones y sin iluminación; los parques de juegos o "cuadros", muchos están rotos y mal iluminados; y los módulos de policías.