Amairany Roblero González desapareció el 1 de agosto de 2012 en la alcaldía Iztapalapa. Desde entonces circula su ficha de búsqueda en las calles de la Ciudad de México.
“Cara ovalada, tez morena clara, ojos café oscuro, estatura 1.56 metros, nariz recta y labios medianos” son algunas de las especificaciones de la joven, quien fue vista por última vez con 18 años de edad.
Cecilia González, madre de Amairany, sospecha que Miguel N, el presunto feminicida serial de Iztacalco, está implicado en la desaparición de su hija. Por ello, exige a la Fiscalía capitalina esclarecer si algunas de las pertenencias halladas en el departamento del químico son de ella.
“Cuándo yo veo en las llamadas que él le hace y él declara que fue la última persona que la vio, desde ahí lo vimos como principal sospechoso”, cuenta la mujer afuera del domicilio del imputado, donde demanda justicia en compañía de otros familiares.
Cecilia desconoce la manera en que Amairany conoció a Miguel N, involucrado en al menos seis feminicidios desde 2012, además de un intento de feminicidio, de acuerdo con información de la Fiscalía capitalina.
“Quiero que se esclarezca todo y quiero que me informen si hay algo de mi hija en las cosas que encontraron y exijo que me las dejen ver”, demanda.
La mujer también reprocha que desde hace ocho años las investigaciones por el caso están estancadas.
Con pancartas, veladoras y consignas como “justicia para Amairany” trascurrió la manifestación en la colonia La Cruz Coyuya, lugar en que el sujeto fue detenido el pasado 16 de abril tras perpetrar el feminicidio de María José, de 17 años, y atacar a su madre.
Alegre y goleadora
Cecilia recuerda a su hija como una joven muy alegre y con muchas ilusiones de estudiar la licenciatura en derecho para poder defender a las personas.
Amairany es la tercera de cuatro hermanos con quienes, afirma, se llevaba muy bien, convivía con ellos y compartía momentos alegres y el gusto por ver películas.
“Le gustaba escuchar de todo, más la música ranchera y marimba. Cuando había fiesta y había mariachi se ponía a cantar”, cuenta.
También la recuerda apasionada por el fútbol, chiva de corazón y considerada por sus compañeros como una de las mejores goleadoras.
“Iba a jugar con su hermano y sus compañeros, su hermano tiene una discapacidad auditiva es sordomudo y la propusieron como la mejor goleadora”, detalla.
Mario Alberto, padre de Amairany, comparte a El Sol de México que la joven había terminado sus estudios en el CETIS 42 y estaba tomando un curso para poder ingresar a la universidad.
➡️ Únete al canal de El Sol de México en WhatsApp para no perderte la información más importante
Mario agrega que su hija era divertida y le gustaba bromear. Además atesora los momentos que solían compartir juntos, como salir a correr.
“Desafortunadamente sucedió esto y todos los planes se vinieron abajo, incluso para nosotros nos cambió la vida drásticamente porque ya no podemos continuar con nuestra vida normal”, lamenta.