Un grupo de ocho asociaciones, organismos de padres de familia y de la sociedad civil, encabezadas por la Unión Nacional de Padres de Familia y Educación con Rumbo, anunciaron que buscarán interponer un amparo en contra de la vigencia de los libros de texto impulsados por el gobierno federal pues mencionan que incitan “la rebeldía y con una ideología marxista y socialista”.
Luis Arturo Solís, presidente de la Unión Nacional de Padres de familia dijo que preocupa la falta de profesionalismo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) pues asegura, se trata de procesos opacos, asambleas, foros y mesas “a modo con los cuales pretenden mantener engañados y confundidos a los maestros”.
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“Como padre de familia no estoy de acuerdo con que a mis hijos los quieran ideologizar y mucho menos en primera infancia. Estamos hablando de niños de entre seis y siete años que desde ese momento se les quiera ideologizar a través de estos contenidos y pedagogía, es lamentable. Como organismo nacional vamos a levantar la voz”, dijo.
“Educación con Rumbo, Unión Nacional de Padres de Familia, Alianza de Maestros, Suma por la Educación y todas las asociaciones no vamos a parar mediáticamente, ni jurídicamente hasta que conozcamos los libros, el fundamento pedagógico, pero sobre todo hasta que dejen de adoctrinar y jugar con la educación de nuestro país”, destacó Paulina Amozurrutia.
Explicó que en la revisión que se realizaron han encontrado un grupo de errores de forma en los libros sino y la supuesta intención de “adoctrinar a los niños”.
Resaltó que no se conocen los otros libros en sus diferentes niveles, “lo cual es delicadísimo. Por ello todas las asociaciones que estamos representadas exigimos a la Secretaría de Educación Pública, en un ejercicio de transparencia informar de manera puntual sobre el diagnóstico del plan de estudios de 2017 que no impulsaba la formación adecuada de los estudiantes”.
Explicó que en medio de la pandemia se decidió cambiar el modelo educativo y hay un estudio permanente para modificar el anterior.
Pidió conocer el estado de la elaboración del resto de los libros de texto y no sólo los de primer grado, así como conocer porqué no se convocó a los diversos actores a participar, “urge conocer el resto de los libros, los tienen en la opacidad, porque sabemos claramente que la sorpresa del libro de español lo encontraremos en otras y haremos una estrategia jurídica para pararlo”.
Cuestionó el porqué hasta ahora la SEP no sometió a revisión de académicos, profesores y organizaciones de padres de familia los cinco libros del primer grado de primaria. Aseguró que desde Educación con Rumbo se ofreció apoyo para el desarrollo de los libros.
“Queremos que dejen de jugar con la educación de nuestros niños, queremos que la educación tenga un sustento real de lo que marca el artículo 3 de la Constitución: educación científica, gratuita y laica”.
Francisco Landeros, de Suma por la Educación, dijo que hay consecuencias graves en la desigualdad que viven las escuelas, dado que el nuevo modelo y los libros de texto se podrá aprovechar de mejor manera en las escuelas con mayores recursos o con profesores y directivos mejor capacitados.
Aseguró que los contenidos promueven la ignorancia, dado que la información científica se deja de lado para abrir espacios a la militancia social.
Otra grave consecuencia es que “promueve el aumento de la polarización, donde los alumnos deben asumir roles sociales antagónicos, promoviendo la rebeldía, la confrontación. Estrategia que ha permeado desde la presidencia de la república hasta los libros de Texto”.
Marco Esponda, agregó que se da como un hecho que todos los alumnos de primero están conectados a internet y a dispositivos para ingresar a códigos QR y consultar recursos complementarios, lo peor es que eso códigos no llevan a ningún sitio, son incluso caducos o espacios en redes sociales como Facebook.
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José Antonio Cabello, comentó que las consecuencias pedagógicas es que supone una visión de educación limitada a la recuperación de saberes sociales e informales y que es la escuela el espacio donde se establece la diferencia con esos conocimientos de la familia o la comunidad.
Afirmó que la inclusión de esos contenidos termina por desplazar contenidos fundamentales de conocimiento científico fundamental para el desarrollo de niños y jóvenes.
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