Una fuerza de mil elementos armados tendrá la Policía del Transporte en la Ciudad de México para mejorar la seguridad de los pasajeros, anunció ayer Jesús Orta Martínez, secretario de Seguridad Ciudadana.
Durante una conferencia de prensa, el funcionario dio a conocer que de enero de 2017 a diciembre de 2018 fueron reportados mil 387 robos en el transporte público, de los cuales en Iztapalapa se registraron 539, lo que representa 38.9% de los casos.
En la sede de la corporación, su titular dio a conocer el Plan de Seguridad para el Transporte, mediante el cual se aplicarán operativos especiales en seis zonas y 12 avenidas con 36 rutas a partir de la próxima semana.
Por ejemplo, entre las líneas a vigilar están las que circulan por Calzada Ermita Iztapalapa, Calzada Ignacio Zaragoza, Canal de San Juan y Periférico, en total son 19; otras seis que usan Francisco del Paso y Troncoso y Circuito Interior; igual número que transitan en Centenario y Martín Carrera; y cinco más en la parte de Calzada México Tacuba, Calzada Legaría, Marina Nacional y Aquiles Serdán.
De hecho, el programa ya se aplica en la mencionada alcaldía que, junto con Gustavo A. Madero, Iztacalco y Miguel Hidalgo son las que más casos presentan, 71% de ellos.
Agregó que el perfil de los ladrones del transporte público es de jóvenes de 17 a 30 años de edad, usan por lo general armas réplica o verdaderas y de todas maneras las utilizan para amenazar a sus víctimas y robarles sus pertenencias.
Actualmente, la Policía del Transporte tiene 200 efectivos y se tiene previsto que otros 800 se sumen a la tarea de proteger a los pasajeros de camiones, microbuses y peseras que circulan en la Ciudad de México.
La vigilancia también se efectuará en los Centros de Transferencia Modal (Cetram) de Indios Verdes, Pantitlán, Chapultepec, Tacubaya, Taxqueña, Buenavista y Constitución 1917.
Los policías de transporte, como ya se hace en Iztapalapa, podrán viajar en las unidades o revisar a los pasajeros y choferes siempre, aseguró el funcionario, con apego a los derechos humanos y explicó que el objetivo es disuasivo y preventivo.
Un sistema similar fue aplicado en otras administraciones perredistas, luego de escandalosos asaltos al transporte publico, por ejemplo en el Cetram Taxqueña los policías, poco después de que salía el microbús del paradero, conminaban a bajar a los usuarios para ser revisados.
Asimismo, se prevé que el transporte público tenga cámaras conectadas con el C5, las cuales serán costeadas por las alcaldías y su protección correrá a cargo de los permisionarios. El secretario informó que el precio de esos aparatos es de 200 dólares aproximadamente.
El secretario de Seguridad Ciudadana reconoció que este es un delito de alto impacto, el cual genera una percepción de inseguridad entre los ciudadanos y que lamentablemente se dejó crecer por la impunidad y falta de atención policíaca.