México.- El pulque mexicano, bebida que data de la época prehispánica e incluso de los años 1900 a 900 A. de C., está en peligro de desaparición, son pocos los lugares en donde se produce y se comercializa debido a su baja venta ante las cervezas, aunque en tianguis y ferias los jóvenes lo toman en diferentes sabores, a través de los “curados” de frutas de temporada o de sabores artificiales; sus productores continúan en espera del apoyo de las autoridades para comercializarlo y exportarlo.
En la región de los volcanes promueven su venta a través de la Feria del Pulque y en lugares turísticos de fin de semana, donde acuden cientos de visitantes de la Ciudad de México, quienes degustan el "néctar de los dioses" en forma de "curados" de sabores, como avena, fresa, piña colada, coco, piñón, guayaba, y el natural entre otros, que van de 18 pesos hasta 35 pesos el de sabores.
En algunos tianguis como el de Santa Elena, en Cuautitlán, jóvenes buscan rescatar esta bebida de entre las micheladas y cervezas y venden pulque curado de sabores diversos y que tienen bastante aceptación entre la juventud. “Aquí lo toman 50% jóvenes y 50% adultos, hasta se lo dan a los niños porque el que vendemos es dulce, no es fuerte, tiene menos de cinco grados de alcohol”, señala uno de los jóvenes, que asegura que además de buscar un ingreso económico trata de rescatar una parte de la historia mexicana.
CHABELITA, TODO UNA VIDA EN EL NEGOCIO
En Ixtapaluca El Sol de México entrevistó a doña Chabelita, quien a sus 74 años atiende una de las pulquerías tradicionales en el pueblo de San Francisco Coatepec, nos cuenta cómo desde los cinco años ella iba en ancas del burrito, propiedad de su abuelo a “raspar” los magueyes y sacar el aguamiel que era depositado en un “cuero” de borrego para posteriormente mezclarlo con el pulque que tenían en los tinacales y hacer diferentes grados de pulque.
“Era muy niña, mi abuelo era el caporal del rancho de la Mesa y era pulquero, él traía conejo o tlacuache, a veces coquitas (palomitas silvestres) que cazaba en Tlalmanalco donde vivíamos, los echaba al fogón a cocer asaditos y nos los daba con un jarrito de pulque bien espumoso, tierno dulce, era una mejor época”.
Ella produce curados con fruta natural, el más caro es de piñón que cuesta 60 pesos el litro, también los elabora de cereza, pistache , almendra y jitomate que son más baratos, a 40 pesos.
PIDEN APOYO DE LA UNESCO
Desde el 2014 productores como Anselmo Román Álvarez, representante de los productores de aguamiel, y Erasmo Zamudio García, productor en Tlalmanalco, han pedido que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declare el pulque como patrimonio de la humanidad al ser una bebida prehispánica original de México; de igual manera en mayo pasado productores de la región de los volcanes y de Teotihuacán solicitaron apoyo al gobernador mexiquense Alfredo del Mazo, para rescatar la producción de este néctar y su comercialización nacional, así como internacional, a través de la exportación.