Habitantes del pueblo originario de San Lorenzo Acopilco, en Cuajimalpa, afirmaron que en el lugar “nunca falta el agua”, por lo que la escasez en la ciudad no los afecta, pues el líquido proviene de un manantial.
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Para que no haga falta, los vecinos del pueblo protegen el agua que nace de los mantos acuíferos, humedales y represas que se forman con la naturaleza.
Los lugareños aseguraron a El Sol de México que defienden el líquido de quienes buscan arrebatarles sus recursos naturales, de huachicoleros de agua, así como de las autoridades capitalinas que permiten proyectos inmobiliarios que invaden sus tierras.
De acuerdo con el Comité de Agua Acopilco, “el tesoro de los comuneros” es un tanque que está entre la reserva ecológica El Zarco y la carretera federal México-Toluca, pues abastece de agua a 90 por ciento de los habitantes del pueblo.
Desde hace 11 años, Mario Vargas Nava es el representante del comité, organización de comuneros que nació desde hace más de 80 años para cuidar el recurso de sus manantiales, los cuales, afirmó benefician al lugar en medio de la crisis hídrica en la ciudad.
“Las líneas que tenemos en nuestro poblado pertenecen a nuestros bosques y a nuestros mantos acuíferos, no son de la alcaldía, pertenecen al pueblo originario, un pueblo que se ha mantenido por usos y costumbres, y el agua está dentro de nuestras tierras comunales”, mencionó el hombre de 79 años de edad.
San Lorenzo Acopilco está ubicado en los límites de la capital y el Estado de México, entre una franja boscosa que forma parte del Parque Nacional Desierto de los Leones y La Marquesa, por lo que está entre reservas naturales que cuentan con sus propios recursos.
Los pobladores aseguraron que el avance de la mancha urbana los ha afectado debido a los asentamientos irregulares en zonas cercanas o a los desarrollos inmobiliarios en Santa Fe. También mencionaron la construcción del Tren Interurbano México-Toluca. Todos ellos, dijeron, buscan quitarles agua.
De acuerdo con la alcaldía Cuajimalpa, el pueblo de San Lorenzo Acopilco está conformado por ocho colonias que se abastecen de agua de manantiales de la Presa de Leones y Ajolote, las cuales son La Pila, San Miguel Xalpa, Tianguillo, Maromas, Teopazaculco, La Reposadera, Cruz Blanca, Lajas y al casco del poblado.
La demarcación informó a este diario que la conducción del agua que se junta del escurrimiento de la Presa de Leones y Ajolote está a cargo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, que la distribuye a las colonias por medio de siete tanques, entre ellos La Pila. Los habitantes dicen que el tanque es suyo.
LA FAENA
Cada domingo Vargas Nava se reúne con los vecinos que integran el Comité de Agua para dar mantenimiento a los seis kilómetros y medio de tubería, que va del paraje El Zarco hasta al Tanque de La Pila, que tiene una capacidad de 500 mil litros de agua para entre 900 y mil familias.
A las 08:00 horas, niños, jóvenes, adultos y abuelos se juntan en la Iglesia La Pila para ir a cuidar el manantial.
Las personas cargan con palas, machetes y picos para reparar cualquier desperfecto que pueda dañar la tubería, pero también como una especie de ofrenda y convivencia llevan alimentos para aguantar la pesada jornada.
Afuera de la iglesia, los pobladores suben a la parte trasera de camionetas de rediles y después de 10 minutos de camino por calles empedradas hacen la primera parada en San Bernabé.
En este punto se quedan los autos, pues la única manera de continuar el camino es a pie. Aquí los comuneros aprovechan para tomar café, atole y comer pan. Después inician con los trabajos de mantenimiento en los que supervisan que la tubería no esté dañada o expuesta.
Recorren más de 45 minutos a pie por zonas boscosas, terracería, pasto y carretera para llegar al paraje donde nace el brote de agua.
“El agua es de quien la trabaja y todos tendríamos que regalar un pedacito de nuestro tiempo para cuidar el agua, porque muchas veces abrimos la llave en la casa, pero no le damos el valor que se merece, por eso aquí nosotros no sufrimos de escasez de agua como en otras partes de la ciudad”, expresó Gustavo Díaz, quien lleva más de 10 años en el Comité.
Actualmente el almacenamiento del Sistema Cutzamala está por debajo de 40 por ciento de su capacidad, por lo que algunas alcaldías, entre ellas Cuajimalpa, atienden la escasez con pipas.
El comunero contó que su padre fue quien lo motivó a unirse al comité, pues también fue uno de los defensores de estas líneas de agua que con el paso del tiempo los pobladores han mejorado.
La convocatoria de cada faena depende de la cantidad y dificultad del trabajo que se requiera hacer. En algunas ocasiones se concentran hasta 200 personas, pero en esta ocasión eran cerca 25 pobladores quienes cavaron, limpiaron, recogieron basura y colocaron costales alrededor de la tubería.
“Esta línea ha sido la más celada por la población, por nuestra historia, porque a nuestros padres y abuelos les ha costado y cuando se trata de esta línea la gente sigue teniendo ánimo de defenderla, por eso se le ha complicado a las personas que han querido alterar de alguna manera nuestro suministro”, dijo Gustavo Díaz.
Explicó que las revisiones también son para prevenir y reparar cualquier toma ilegal, pues hay habitantes de otras zonas o personas ajenas al poblado que roban el recurso natural.
El integrante del comité mencionó que el objetivo es que el agua del manantial sea sólo de San Lorenzo Acopilco. Los pobladores, dijo, son quienes deciden compartir o no el recurso con terceros.
La tubería de cuatro pulgadas de diámetro está dividida en dos líneas: la nueva y la vieja, pero no cuenta con ninguna infraestructura que la proteja.
Los pobladores reparan y protegen la tubería, ya sea con costales llenos de tierra, rocas o piedras.
Una vez que el agua llega al tanque La Pila, los vecinos son quienes habilitan la infraestructura hidráulica dentro de sus hogares para llegue a sus cisternas.
El sitio web Agua en tu Colonia, del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, indica que al menos 33 colonias reciben agua de manantiales en cuatro alcaldías: Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Tlalpan y Miguel Hidalgo.
En el caso de Cuajimalpa son 13 colonias las que reciben agua de manantiales y una del Sistema Cutzamala.
CUIDADOS Y CONEXIONES
Emmanuel Flores, Ingeniero en Sistemas y habitante del pueblo de San Lorenzo Acopilco, consideró que en este pueblo las faenas de los domingos se convirtieron en una tradición, que además de reunir a los pobladores y de pasar un día agradable de convivencia, enseña a los adolescentes y nuevas generaciones a cuidar el recurso.
“Hacemos reparación de fugas, cambio de nueva tubería, porque la que ya está deteriorada y que ya cumplió su vida útil; hacemos limpieza y damos mantenimiento a los registros, porque tenemos agua que se desperdicia en estos receptores que ya cumplieron su vida útil.
“Cuando llegas a casa y ves que tienes agua, que no te falta ningún día y que en otras alcaldías están careciendo de este líquido, vale muchísimo más la pena trabajar por ella”, comentó.
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De acuerdo con los integrantes del comité, el único requisito para que los habitantes se conecten a esta línea de agua es que la cuiden y dediquen un día para participar en las faenas.
“Todo ha sido por base de cooperaciones de la gente que viene a trabajar con nosotros, aquí no hay goce de sueldo, aquí hay que cooperar para lo que nos haga falta, para un tubo, para estructuras, un costal de cemento o hasta para un comer, pero esto todo es voluntario, aquí no habido ningún recurso de ningún índole gubernamental”, dijeron los pobladores.