Fue 2017 el peor año en 14 para los pulmones de quienes vivimos en el Valle de México. De 365 días sólo 81 fueron considerados “limpios”, 13 días se decretaron contingencia ambiental, y a partir de octubre se presentaron inversiones térmicas.
Ayer el Sistema de Monitoreo Atmosférico reportó que se pronosticaban condiciones moderadamente desfavorables para la dispersión del ozono. “La mayor concentración de este contaminante se registrará sobre la zona suroeste del Valle de México. Las condiciones atmosféricas descritas serán desfavorables para la dispersión de las partículas suspendidas, por lo que el índice máximo de este contaminante se ubicará dentro del rango de MALA”.
De hecho son estos dos contaminantes, el ozono (O3) y las partículas suspendidas (PM10) las que se acumulan en mayor medida y que son producidas principalmente por autos, pero también por fábricas.
Los municipios de Ecatepec y Chalco, conurbados con la Ciudad de México, son los que generalmente presentan mayores concentraciones de contaminación, en especial en las primeras horas de la mañana y tarde, mientras que en el caso de la capital son Venustiano Carranza y Tláhuac los más afectados.
El primer día del año inició con mala calidad del aire en cinco municipios del Estado de México y tres delegaciones de la capital, informó el Sistema de Monitoreo Atmosférico.
Tultitlán amaneció como el municipio más contaminado con 114 puntos por partículas suspendidas, seguido de Coacalco con 112, Tepotzotlán con 107, Ecatepec con 106 y Tlalnepantla con 101 unidades.
En la Ciudad de México, las delegaciones más afectadas por las concentraciones de ese contaminante son Tláhuac con 109 puntos; Venustiano Carranza con 103 y Cuauhtémoc con 102.