Vecinos de la colonia Jacalones, una de las más afectadas en Chalco por las inundaciones, denunciaron que ayer, el personal de apoyo comenzó a desconectar el sistema de bombeo al drenaje ubicado en la calle Alfredo del Mazo.
“Ayer la desconectaron y se inundó una casa que ya habían secado, otra vez está brotando el agua de la alcantarilla. Les exigimos que la prendieran y no lo hicieron, están ahí sentados nada más (el personal)”, declaró Carmen, residente del lugar.
Además, se quejaron de que el agua, la cual aún es bombeada desde algunas calles de Culturas de México, está siendo depositada en la vía 2 de marzo, la cual entronca con la avenida Solidaridad y eso ocasiona que en la parte baja de la avenida, el nivel alcance medio metro e ingrese de nuevo a las casas.
“Nos dijeron que iban a hacer un cárcamo, porque si nos molestó que ahora también nos avientan el agua de Culturas, como si no fuera suficiente con la de nosotros, pero pues nos explicaron que era para quitar todo más rápido de un solo punto”, declaró Raquel, una vecina de Jacalones.
La mujer señaló que han tenido que ir directamente con los encargados de Protección Civil, la Comisión del Agua del Estado de México y autoridades federales para que atiendan sus peticiones, ya que consideran que toda la ayuda se ha ido a Culturas de México.
“Les hemos cerrado las carreteras, hemos ido al municipio, yo tuve que traer arrastrando a una reportera de la televisión a mi casa hace como dos semanas para que nos voltearan a ver. No era posible vivir así, nosotros dormíamos entre aguas negras, salíamos en lanchas, y no había ni una tercera parte de la ayuda que estaban recibiendo allá”, declaró Raquel.
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“Ya nos contestan muy groseros, uno de Protección Civil nos dijo que nos ha de gustar vivir en aguas negras porque nos dan todo. A mi que no me den nada, solo que trabajen y arreglen lo que tengan que arreglar para que no se me vuelva a inundar mi casa. Otros tantos se burlan de que nos plantamos frente a las bombas para que no las apaguen, pero no nos importa, nosotros queremos vivir bien”, acotó.
Los vecinos también manifestaron molestias durante los censos realizados por la Dirección del Bienestar, pues en el caso de Raquel, dijo que, al compartir un predio dos familias diferentes, los encargados del censo sólo estaban contemplando a una de ellas.
Raquel y su cuñada comentan también sobre las trabas que les pusieron los encargados de realizar el censo, pues al no tener agua su domicilio, les solicitaron fotografías.
“Mi cama estaba chorreando agua y todavía se atrevieron a decirnos que las fotos se pueden editar y que no veían muchos daños. Pero yo guardé todo, y tenía videos, y nada más así nos tomaron el censo. Lo metimos hasta el último cuarto para que vieran cómo estaba la situación en la casa”, comentó la cuñada de Raquel.
Recuento de los daños
Pese a la incertidumbre ante nuevas inundaciones, los vecinos de Jacalones, al igual que en Culturas, han tenido que sacar muebles, electrodomésticos y ropa de sus hogares tras quedar inservibles.
En las calles de Culturas de México, donde el agua ya ha permitido el acceso de los recolectores de basura, se ven desfilar sillas, bases de cama, ropa, muebles de la cocina, colchones y kilos de ropa.
Una vecina de la calle Zempoaltecas, al volver a su domicilio rompió en llanto al observar su patio lleno de lodo y calídra que las brigadas de limpieza vertieron para evitar el mal olor.
Una licuadora y otras pertenencias que pudieron resguardar en la parte alta de su domicilio fue todo lo que lograron sacar con ayuda de las brigadas. A un lado de su hogar, un señor de la tercera edad observaba cómo los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional continúan retirando en la medida de lo posible restos de aguas negras y lodo con palas y jaladores.
Raquel y su cuñada han comenzado a desinfectar y a lavar la ropa que no se encuentra tan afectada, sin embargo, mencionan que otra tanta se llenó de aguas negras y moho por el líquido que entró en los roperos luego de las inundaciones.
Un refrigerador que era nuevo, cuatro colchones y tres muebles fueron el saldo de cosas que tuvieron que sacar de sus cuartos para ver qué se podía salvar o tirar.
“Lavamos los colchones y los tuvimos que subir a que se sequen, ya veremos si son funcionales o ya no. Tiramos unos muebles, otros los tenemos aquí en el patio pero estamos esperando que pasen por ellos. Mi cuñada se acababa de comprar un refri y pues ahora ya no enfría”, declaró Raquel.
Raquel y su familia estiman un aproximado de más de 20 mil pesos en todo lo que han tenido que tirar, lo cual significa un gasto fuerte, situación que se agrava al tener que hacer una pausa en sus labores pues estuvieron pendientes de no ser víctimas de rapiña, la cual los ha azotado también.
Comentan que muchos vecinos de la calle Juan Fernández Albarrán, donde ellas residen, se fueron de sus hogares por el nivel del agua, de más de medio metro, por lo que la delincuencia ha aprovechado y se han metido a saquear las casas que se encuentran solas.
Raquel, sus vecinas y los residentes de Culturas de México no ven hasta cuándo podría terminar toda la labor de limpieza y desinfección, mucho menos saben el tiempo que les costará recuperar su patrimonio, pues además los cimientos de las casas también se vieron afectados tras un mes bajo el agua.
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En el caso de la familia de Raquel, fueron 26 los días que vivieron y durmieron entre aguas negras. El piso de sus cuartos, comentan, se está carcomiendo por la humedad; varias de las columnas se hincharon por el agua y su domicilio presenta goteras, además hay zonas donde sigue brotando agua de las grietas que se formaron en el piso.
Exigen que además del censo, los elementos de Protección Civil valoren casa por casa la situación en la que se encuentran, pues temen que con el desgaste por las aguas negras se hayan debilitado y puedan derrumbarse, ocasionando una desgracia.