Autoridades aseguraron que urge tomar medidas de largo plazo, como mejorar la planeación urbana; entre las que destaca la idea de dividir la megalópolis en siete ciudades donde se tengan garantías de empleo y estudio para evitar que la actividad se concentre en la Ciudad de México.
La Unión Industrial del Estado de México (UNIDEM) que aglutina a las marcas más importantes del país, respaldó las medidas de las autoridades ante contingencias ambientales, aunque llamó a tomar acciones concretas a largo plazo señaló su director general Francisco Cuevas Dobarganes, quien consideró que la crisis originada por incendios sirvió para perfeccionar los protocolos de respuesta ante este tipo de emergencias.
“La restricción para vehículos con hologramas 0 y 00, es una medida de emergencia, que aunque es impopular, finalmente busca tener una respuesta ante un riesgo inminente para los habitantes de la zona centro del país”, sin embargo, estas medidas sólo ayudan a mejorar las condiciones de contaminación ante una crisis y no ataca las causas reales del problema como el crecimiento urbano desmedido y el deficiente transporte público.
“Lo que debe hacerse, es mejorar la planeación urbana, gradualmente dividir la megalópolis en al menos 7 ciudades nuevas que podrían ser: Chalco, Nezahualcóyotl, Ecatepec, Izcalli y Tlalnepantla en el Estado de México, y Tláhuac e Iztapalapa en la CDMX”, detalló.
En estas nuevas ciudades se tendrían que generar por medio de incentivos, las condiciones para que sus habitantes allí estudien, trabajen, se diviertan y compren, para evitar traslados. La idea es que cada región desarrolle las condiciones de empleo e infraestructura que inhiban los desplazamientos.
Para la UNIDEM es necesario limitar el crecimiento de la megalópolis, mejorar y ampliar el sistema de transporte público para evitar el uso de automóviles particulares, realizar acciones de reforestación y castigar las quemas intencionales en los cultivos.
Adicionalmente se sugiere intervenir con reforestación de especies compatibles con suelo salino, en la zona donde se pretendía construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y que hoy es un punto crítico por la tierra suelta que hay y contribuye por el efecto de los vientos dominantes, a que se produzcan las PM10.