La contingencia ambiental por ozono que se activó ayer para el Valle de México no fue influenciada por las actividades de la refinería de Tula.
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“Tenemos el dato de que durante el día de ayer las 24 horas en todas las estaciones que miden el dióxido de azufre -que podría ser un trazador de esa actividad de Tula- estuvo dentro de norma, los valores estuvieron todo el tiempo dentro de norma y por lo tanto pensamos que no, en este caso de esta contingencia no hubo una injerencia de ese complejo”, dijo Victor Hugo Páramo, titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe)
La tarde del miércoles se activó la primera contingencia por ozono en lo que va del año. Por ello, la CAMe estableció el paro parcial de las actividades de la refinería en Hidalgo para bajar los niveles de contaminación por ozono.
Es la primera ocasión en la que se aplica la restricción que entró en vigor en mayo de 2019 con el nuevo Programa para Contingencias Ambientales Atmosféricas.
Desde esa fecha sólo se han activado tres contingencias: el 25 de diciembre de 2019 por partículas PM2.5, el 11 de noviembre de 2020 por ozono y la del pasado miércoles, también por ozono. Sin embargo ésta última es la única en la que la CAMe hizo el llamado directo a la zona industrial de Tula.
“Ordenamos la reducción al 75 por ciento de actividad y ese es una medida que fue acordada desde el nuevo programa de contingencias y se aplican en automático y quien está encargado de ver que se cumplan es la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) ellos nos informan a la CAME, nos mandan informe posterior sobre el cumplimiento de la medida”, agregó Páramo.
Además de la refinería, la restricción también aplica para la termoeléctrica pues mientras esté activa la contingencia debe reducir 30 por ciento del consumo de combustóleo.
Posponen estudio ambiental
La región de Tula es considerada como una de las zonas más contaminadas del planeta pues concentra las operaciones de una refinería, una termoeléctrica, cinco plantas cementeras que incineran residuos, tres caleras y múltiples fábricas de alimentos, plásticos y productos agrotóxicos.
Las emisiones de estas instalaciones se han vinculado a la mala calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México. Distintas organizaciones en defensa del ambiente han denunciado cómo 20 millones de personas que habitan en ella respiran aire contaminado por bióxido de azufre y partículas finas provenientes de este complejo industrial.
Incluso, la agencia Reuters reveló en agosto pasado cómo la termoeléctrica violó por al menos cuatro años una medida de seguridad para evitar emisiones de contaminantes mortales.
Por ello el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc) encargó investigar el impacto de Tula en la región, según documentos consultados por El Sol de México. La meta es diseñar una estrategia que contribuya al mejoramiento de la calidad del aire y protección de la salud de la población de Tula y la Zona Metropolitana del Valle de México.
Sin embargo el plan está en pausa hasta que existan condiciones “normales”
“Hemos tenido que ir posponiendo el arranque de los estudios, estamos viendo después del periodo de lluvias si pudiéramos hacer el arranque de los estudios. Lo que sí ratifico es que el estudio está vigente nada más que la etapa intensiva de monitoreo, diría yo, se tendrá que hacer cuando las condiciones sean casi normales porque hay una parte del estudio en donde va a haber la exposición de diferentes estratos de población con monitoreo personal en la región de Tula.
“Para ello, por ejemplo, se están contemplado hacer las mediciones con estudiantes en su actividad diaria normal, entonces si no están yendo a la escuela pues el estudio no se puede llevar a cabo porque alguien nos decía ‘¿por qué no ponen robotitos para simular?’ pero no es lo mismo una persona pues su comportamiento es muy particular”, explicó Páramo.
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¿Qué provocó la contingencia?
Sergio Zirath, director general de calidad del aire en la Ciudad de México, detalló que además de las emisiones de los vehículos, procesos industriales y el uso de solventes en los hogares, lo que propició la concentración de ozono fue la radiación solar, los incendios y el viento ligero.
“Los incendios en los alrededores del Valle de México en algunos momentos del día, sobre todo cuando el viento sopla al Valle, transporta aire con carga de contaminante como de partículas y compuestos orgánicos volátiles de tal forma que al llegar se suma a las reacciones y se produce una mayor cantidad de ozono. Las plumas (de aire) que transportan contaminantes provenientes de incendios incrementan 11% la concentración promedio (de ozono) que tienen las ciudades”, dijo.
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Así, para el Valle de México se pronostican de 7 a 12 días con mala calidad del aire, al menos hasta mayo.
“No solo los incendios externos al Valle, también los que se generan al interior. Ayer hubo un incendio en un tiradero de basura y eso se registró partículas PM 2.5 y además volátiles, que se suman a la contaminación de diversos sectores, y ello provocó una mayor generación de ozono lo cual sumado a que durante la tarde tuvimos viento ligero, de estancamiento de la masa de aire en la zona norte, motivó no sólo una mayor formación de ozono sino la concentración del mismo en esa parte especial en nuestro valle”, agregó.
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