Dos horas de tormenta bastaron para que los ríos Coporo y Palma se desbordaran e inundaran con aguas negras las viviendas de la cerrada de San Bernardo, en el fraccionamiento Condesa, de Atizapán.
Eran cerca de las 18:00 horas del pasado lunes cuando la tormenta arreció, ninguno de los habitantes de esa privada estaba preparado para un evento de esa naturaleza, muchos de ellos se encontraban de camino a casa y los que estaban en sus viviendas narraron el miedo que los embargó.
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Yessi Valery, de la casa 14A, comenta a El Sol de México, que aún se encontraba en su trabajo cuando comenzó la tormenta. Ella y su hija apenas tienen tres meses que se cambiaron a vivir a esa casa.
En el chat de whatsapp los vecinos empezaron a alertar sobre la crecida de los afluentes de los ríos Coporo y Palma, que se unen en uno solo en esta zona, específicamente del lado izquierdo de las viviendas de la Cerrada San Bernardo. A las 20:00 horas no daban crédito que el agua emergía por todas partes.
En ese momento la hija de Yessi, que estaba en casa acompañada del perro únicamente, comenzó a subir algunos objetos que consideró de valor hacia el segundo nivel de la casa. Estaba aterrada, hablaba por teléfono con su mamá, comenzó a gritar y a pedir ayuda.
Yessi pidió auxilio a los vecinos a través del chat, hubo quien le dijo a la joven de 22 años que saliera de la casa y que la ayudarían, pero ella encontró atascada la puerta, el mismo peso del agua le impedía llegar al exterior, además estaba latente el peligro de que si el agua llegaba al nivel de los conectores de electricidad, podría electrocutarse.
Otra situación que la mantuvo en casa era la posibilidad de que si lograba abrir la puerta, las aguas negras inundarían aún más la primera planta. La decisión de la joven fue quedarse en el segundo nivel junto con su mascota.
Una situación similar vivió Claudia Rebeca que reside en la casa con el número 30A. En el momento de la inundación se encontraba con su hermana Renata. Dice que veía desde una ventana que da hacia el río, cómo éste llegaba con fuerza arrastrando todo a su paso.
Hubo un momento en el que el temor la invadió y pensó que debía salir de ahí, pero la reflexión fue mejor porque podría ser arrastrada por la corriente, además del temor que prevaleció en el chat de vecinos de no acercarse a la zona inundada porque podría haber una descarga eléctrica.
Cerca de las 7:00 horas del martes, una vez que llegó Protección Civil del municipio de Atizapán , cuadrillas de trabajadores se encargaron de desazolvar, por lo que el agua bajó y sólo el lodo quedó en muebles, pisos y paredes.
Claudia Rebeca comenta que posiblemente en dos horas de lluvia intensa perdió cerca de 50 mil pesos en muebles de la cocina, sala y comedor, además de que su auto quedó inservible, era pérdida total.
Para Denisse, quien vive cinco casas adelante de Claudia, las pérdidas materiales se pueden recuperar con trabajo, quizá la basura se llevó 80 mil pesos convertidos en muebles y electrodomésticos inservibles, pero lo más importante es que su familia está bien y a salvo. Ella y su esposo estaban en el trabajo, mientras la niñera y su hijo de cinco años estaban en casa.
Llegó a su casa hasta el día siguiente de la inundación. Fue tortuoso intentar llegar, porque había calles y avenidas cerradas e inundadas. Ella y su esposo se fueron a casa de un familiar, pero estuvo en constantes videollamadas con la niñera.
Con el fin de evitar más inundaciones indica: “Nos vamos a organizar para solicitarle al municipio que nos dé el apoyo para entubar el río, esto se vivió hace más o menos 10 años”.
Pero no han sido las únicas inundaciones, porque, según los vecinos, otra parecida la vivieron hace más de 30 años, por lo que ya es necesario trabajar con el municipio para evitar una más.
La tormenta registrada en Atizapán, Zumpango, Tlalnepantla, y Cuautitlán Izcalli, Estado de México, durante la tarde noche del lunes dejó preliminarmente afectaciones en 431 viviendas -incluidas las de Claudia y Denisse- 15 negocios, nueve vehículos y un hospital.
Además, un hombre de alrededor de 40 años quedó atrapado en un bajo puente de Tlalnepantla por la inundación y murió. En entrevista con La Prensa, peritos del centro de justicia de esta localidad informaron que el hombre no murió por hipotermia, como se conoció en los primeros reportes, sino por asfixia por sumersión, ya que por la inundación en cuestión de minutos el agua entró a su auto, lo llenó completamente y lo dejó atrapado sin posibilidad de que se pudiera salir y ponerse a salvo.
Los peritos señalaron que el auto de dicho hombre se llenó en cuestión de minutos completamente de agua, quedó atrapado y por más esfuerzos que hizo por salirse no pudo hacerlo pues la desesperación y la angustia que sufrió al sentir que se ahogaba lo bloqueó y ya no pudo reaccionar. Sus movimientos ya no fueron los normales y en cuestión de cinco minutos murió ahogado.
Jorge Joaquín González, vocal Ejecutivo de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), reportó durante una conferencia de prensa que en el caso del Hospital de Atizapán de esas localidades se logró contener la inundación y en coordinación con Protección Civil mexiquense se trasladaron algunos pacientes.
Agregó que la situación en dicho centro de salud es estable, por lo que inició la limpieza y desinfección del inmueble, lo cual continuó ayer para estar en condiciones de regresar paulatinamente a sus actividades.
Recordó que personal de la CAEM comenzó su intervención a las 20:00 horas del lunes y que una hora después ya se habían abatido los niveles de agua con camiones de bombeo, pero el problema estuvo en los taponamientos y que el granizo empezó a acumularse, lo cual provocó que el agua se metiera en el hospital.
El funcionario mencionó que el colapso del tráfico provocado por la lluvia hace más difícil la llegada de las brigadas de emergencia.
Tras llamar a la población a no tirar basura en las calles porque se tapan las coladeras, dio a conocer que de noviembre de 2020 a finales de junio de este año se han retirado cuatro mil toneladas de basura en los municipios conurbados a la capital.
QUIEREN PLAN DN III
Ruth Olvera Nieto, alcaldesa de Atizapán de Zaragoza, pidió a la Secretaría de Gobernación declarar al municipio como zona de desastre, para que el Ejército aplique al Plan DN III y pueda acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
En conferencia de prensa, informó que elementos de la Guardia Nacional ya se encuentran en el territorio municipal para ayudar a la limpieza en más de 227 casas que resultaron afectadas con la tromba de granizo.
También pidió al gobierno estatal recursos del Programa de Acciones para el Desarrollo (PAD) en apoyo de los habitantes de la localidad.
Olvera confirmó que no se registraron personas lesionadas o pérdidas humanas ante el fenómeno natural, sin embargo, alrededor de 4 mil habitantes de 24 colonias tuvieron severas afectaciones en su patrimonio debido a las inundaciones.
En tanto se tiene respuesta del gobierno de México, la presidenta municipal afirmó que se está apoyando a la población en lo prioritario, además de que en esta semana se citará a una sesión extraordinaria de Cabildo para buscar la posibilidad de redireccionar el presupuesto a esta causa que requiere de la atención inmediata.
Explicó que este fondo económico será adicional a los 18 millones de pesos aprobados recientemente por el Ayuntamiento de Atizapán para atender la emergencia por las intensas lluvias registradas el pasado 22 de junio.
“Necesitamos que los tres niveles de gobierno, de una manera seria y responsable, ayudemos a las familias afectadas”, puntualizó.
Con información de Manuel Cosme y Álvaro Velázquez