Que la Zona Metropolitana del Valle de México aporte una abrumadora cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional y que sea un monstruo cuya superficie es cinco veces el tamaño de la gran región de Londres o que sea el soporte para 18% de los empleos formales a nivel nacional no la hacen la más competitiva y sostenible del país.
El banco Citibanamex, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), el Centro Mario Molina y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) recién dieron a conocer el Índice de Ciudades Sostenibles 2018, cuyos resultados deberían prender las alarmas en los gobiernos que conforman el Valle de México (16 alcaldías de la Ciudad de México, 59 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo).
Y es que con todo y que la Zona Metropolitana del Valle de México es el monstruo más poblado del país, no es el más sostenible. De acuerdo con el Índice, es la Zona Metropolitana de Guadalajara la más sostenible, seguida de la Zona Metropolitana de Aguascalientes. Por supuesto, no hay punto de comparación en superficie y población, y ahí el reto.
Los datos indicaron que el principal talón de Aquiles del Valle de México sigue siendo la sustentabilidad hídrica, ya que es de las zonas metropolitanas con el peor índice, compartiendo puesto con la Zona Metropolitana del Valle de Toluca y de Ocotlán. Otros indicadores en los que reprobó la urbe, en comparación con Guadalajara, son acciones por el clima, la salud y el bienestar.
En el tema de desarrollo sostenible Agua y Saneamiento de la Agenda 2030 de la organización de las Naciones Unidas (ONU) -que forma parte de la evaluación del Indiy- el Valle de México exhibió su gran debilidad en la materia.
Reprobó en todos los indicadores, como son disponibilidad de agua, población con acceso a agua entubada, ciudad del agua, eficiencia física, agua proveniente de otra cuenca, porcentaje de volumen de agua residual tratada.
Otros objetivos en los que el Valle de México quedó abajo son fin de la pobreza, salud y bienestar, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, acción por el clima y alianzas para lograr los objetivos.
SIN TRACCIÓN
Por si los resultados del Índice de Ciudades Sostenibles 2018 no fueran suficientes, cabe recordar que en 2015 el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, lanzó la alerta: el Valle de México es la locomotora del desarrollo económico de México, “sin embargo ha estado perdiendo tracción”.
Fue en la presentación de los Estudios Territoriales, que incluye a varias zonas metropolitanas del país, donde Gurría advirtió que entre 2003 y 2010 en la Zona Metropolitana del Valle de México el crecimiento económico anual promedio per cápita fue de sólo 0.5%. “Aunque la marginación se ha mantenido en niveles bajos, las desigualdades siguen siendo elevadas”.
Y, en sintonía con lo que arrojaron los resultados del recién presentado Índice de Ciudades Sostenibles 2018, el secretario general de la OCDE llamó la atención en 2015 sobre que el Valle de México “enfrenta un desajuste en la ubicación de los puestos de trabajo y la localización de las viviendas asequibles y de calidad”.
Y cerró advirtiendo que esta región “enfrenta problemas críticos vinculados al abastecimiento de agua, la calidad del aire y la gestión de los residuos. Por ello, es necesario poner en marcha directrices medioambientales y normas en materia de ordenación del territorio, movilidad, regeneración urbana, vivienda e infraestructuras urbanas que reduzcan el impacto de la zona en el medio ambiente”.