- Caminaba de su mano para “romper el techo de cristal”
- “Suspirantes” y Latinoamérica sufren por efecto DonaldTrump
Primera de dos partes
Como carambola que cruza el Río Bravo, el triunfo de Trumpafecta a varios aspirantes de los partidos políticos a ocupar LosPinos. Mucho más a Margarita Zavala, porque avanzaba “tete atete” con Hillary Clinton, con la idea de romper “el techo decristal” y ser la primera mujer en la Presidencia de laRepública en México, en la cuna del machismo, donde ha sidoarrullado y arropado por siglos.
También impacta a Ricardo Anaya porque, abiertamente, desdeAcción Nacional se hizo campaña en nuestro país y en la UniónAmericana a favor de la aspirante demócrata.
Y Andrés Manuel López Obrador no se salva, las similitudes conel magnate, en el rechazo a las instituciones y las normas, sonrepudiadas entre los mexicanos de este lado de la frontera. ¿Ono?
Al mismo tiempo fortalece a todos aquellos suspirantes“antiestablishment” o más bien independientes: JorgeCastañeda, Jaime Rodríguez “El Bronco”, Pedro Ferriz de Con yeventualmente Juan Ramón de la Fuente, por más que en formainédita los jóvenes de las zonas urbanas estadunidenses realicenmarchas en contra del presidente electo y el artífice de lacampaña del magnate, Rudolph Guliani los llame “crybabies”,(para el pueblo mexicano; “chillones”).
Sin efectos nocivos, pero tampoco benéficos, permanecen losdemás: Miguel Ángel Osorio Chong, Miguel Ángel Mancera, EruvielÁvila Villegas, Rafael Moreno Valle, Graco Ramírez y SilvanoAureoles.
¿Pero qué pasó ahí? Mientras la rebelión contra el“establishment” en Estados Unidos es un hecho consumado, enMéxico y en América Latina el rechazo a la democracia electoraltradicional está en marcha, aunque se defiende "como gato bocaarriba".
En febrero pasado, la Unidad de Inteligencia del diario "TheEconomist" dio a conocer el Índice Democrático 2015, en el cualquedó asentado que entre las democracias imperfectas México ocupael sitio 66 por debajo de Panamá y Brasil, pero arriba deArgentina, Colombia, El Salvador y Paraguay, mientras que Uruguaynavega en el primer sitio y Costa Rica también está catalogadacomo democracia plena.
Cuba, Haití y Venezuela están peor al ser catalogados comoregímenes autoritarios. Asimismo, Ecuador, Honduras, Perú yGuatemala son calificados como “híbridos”.
En adelante, desde el Río Bravo hasta la Patagonia nadietendrá la certeza de un triunfo asegurado. ¿Antes lo tenían?
Un análisis de Latinobarómetro da luces:
En cuanto a la economía, su impacto en la política y lasexpectativas, dice que “… el fin del súper ciclo económicogenerado por los altos precios de las materias primas produjocambios importantes en la percepción de los latinoamericanos. Seestima que el crecimiento del PIB de América Latina tendrá en2016 una contracción de -0.8 por ciento, arrastrado por eldesempeño de la economía de China y, a nivel local, de Brasil yVenezuela, que según la Comisión Económica para América Latinay el Caribe (CEPAL) caerán este año en torno al -2.5 por ciento y-8 por ciento, respectivamente”.
De la cuestión política precisa en su documento ÍndiceDemocrático 2015 (dado a conocer en septiembre pasado), que entre2015 y 2016 tuvieron lugar cuatro elecciones presidenciales en laregión: Guatemala, Argentina, Perú (las dos últimas con segundavuelta electoral) y República Dominicana, que se definió enprimera vuelta con la reelección del Presidente en ejercicio, conel 61.74 por ciento de los votos para su segundo mandatoconsecutivo.
En México, en el Senado de la República legisladores del PAN ydel PRD presentaron, apenas el pasado 8 del actual noviembre, unainiciativa de reformas al artículo 81 de la Constitución parainstaurar en México la "segunda vuelta electoral", en caso de queen una primera votación ningún candidato obtenga el 42 por cientode los sufragios válidos emitidos. En esa segunda ronda, solopodrían participar los dos candidatos que hayan obtenido el mayornúmero de votos, y la misma será convocada conforme a lo queestablezca la ley secundaria.
De acuerdo con Angélica Hernández Reyes, investigadora “B”del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias,en su trabajo “Segunda Vuelta”, explica que la adopción de lasegunda vuelta electoral en Latinoamérica, se da en los setentas araíz de los movimientos democratizadores en varios países,incorporándola inicialmente Costa Rica y Ecuador; en los ochentasy noventas es plasmada constitucionalmente en trece de losdieciocho países más importantes con sistema de GobiernoPresidencial: Uruguay, Brasil, Chile, Guatemala, El Salvador,Nicaragua, Panamá, Bolivia, Perú, República Dominicana yArgentina.
Ante la historia políticoelectoral que ha registrado México,desde 1988, en materia de comicios presidenciales, ella espartidaria de la segunda vuelta. Su implementación, dice, podríagarantizar Gobiernos de mayoría, además de evitar lapartidocracia y moderar el ejercicio de la política, ya que a lolargo de la historia se ha comprobado que funciona para elegirtanto al Presidente, como a los integrantes del Congreso.
“Adicionalmente a que las últimas elecciones han sidocompetidas, también creemos que la presencia de los tres partidosmás importantes en nuestro país (PAN, PRI y PRD), genera unagran fragmentación del voto y que se alcancen mayorías relativasmuy reducidas, y que tal como lo hemos podido comprobar, impidenuna función productiva en el Poder Legislativo, lo que se traduceen trabas para el impulso de iniciativas y poca posibilidad denegociación y por lo tanto, poco avance en todos los sentidos paraun país”, recalca. LAS ALTERNANCIAS POR AQUÍ Y POR ALLÁ
Latinobarómetro, en su texto, hace notar diversos sucesos enAmérica Latina:
“En Bolivia el presidente Evo Morales convocó un referéndumpara modificar la Constitución y poder ser electo por cuarta vezconsecutiva, que perdió con el 51.3 por ciento de los votos encontra. En Venezuela hubo elecciones legislativas a fines de 2015,que ganó la oposición con un 56.22 por ciento de los votos. EnGuatemala, Argentina y Perú hubo alternancia en el poder. A estose suman las elecciones de Bolivia y Venezuela, cuyos resultadostambién fueron adversos para los Gobiernos en ejercicio. Salvo elcaso del reelecto presidente Danilo Medina en RepúblicaDominicana, se observan en la región mayorías contrarias alGobierno de turno. Esto sucede en un conjunto variado depaíses”.
Sin embargo, en lo general consideró que los resultados sonalentadores para la democracia porque indican que loslatinoamericanos usan el voto para lo que sirve, esto es,“elegir”. “Es decir, le asignan valor al voto y losresultados muestran que la soberanía reside en la gente. Losniveles de participación electoral fueron en general altos, lo queindica que los países de la región tienen un sistema políticoque se valida a sí mismo legitimando sus decisiones”,precisó.
Respecto a los motivos de las alternancias que se presentaron,la explicación es que los motivos fueron locales, específicos decada país. Además, hace la observación de que “no importaquién esté en el poder, si se somete a elecciones puede perder,aunque sea popular o crea tener el triunfo asegurado. El poder delas urnas valida la democracia”.
Resalta algo que saben muy bien los gobernanteslatinoamericanos:
“Nadie recibe hoy aplausos con facilidad. En el informe 2015se apuntó el fin del hiperpresidencialismo. Hoy la dinámica esdiferente, con una hiperparticipación, en que los ciudadanos salena las calles a protestar y exigir sus derechos. Las democracias hanempoderado a los ciudadanos y éstos se lo han tomado en serio. Hoydefienden sus derechos a todo evento”.
(Y aunque no sea exactamente lo mismo, ni pertenezca aLatinoamérica, llega de inmediato a la memoria el caso de DonaldTrump en Estados Unidos, donde los trabajadores más afectados porproblemas económicos dieron su voto al único que les ofreció encampaña levantarlos de la postración, con todo lo que la llegadadel magnate signifique en otros aspectos políticos y de derechoshumanos: una amenaza mundial). EL CASO DE BACHELET
Para Latinobarómetro, el caso más emblemático sobre laintensa participación en elecciones en América Latina es el deMichelle Bachelet en Chile, quien culminó en 2010 su primermandato con un 80 por ciento de apoyo y en 2014 inició una segundaPresidencia, pero en una coyuntura diferente.
“Asume el segundo mandato con un ambicioso programa dereformas, justo al finalizar el ciclo de altos precios del cobre,que financia la economía chilena, y se contrae el PIB de lospaíses de la región. Esto redujo los recursos disponibles parareformas que terminaron siendo incomprendidas por las mayorías. Sesuma el destape del financiamiento ilícito de la política y unescándalo en que está involucrado su hijo. Todo lo anterior seconjuga en que, a dos años del inicio de su segundo Gobierno,Chile atraviesa el momento más crítico de su desarrollo políticodesde el inicio de la transición en 1990. La misma mandataria queen el primer periodo llegó a la cima de popularidad, hoy alcanzaun piso inédito de índices negativos”.
El comentario al respecto es: “Son los signos de estostiempos: nada está garantizado, el pasado no cuenta y comogobernante hay que ganar cada día”.
Alude a este problema que lleva más de veinte años, aunqueahora, dice, el déficit de confianza sucede por vez primera enmomentos donde se mezclan las bajas perspectivas económicas de laregión con las altas demandas de los ciudadanos hacia losGobiernos.
Y ante ello, precisa una gran realidad: ningún mandatariolatinoamericano cuenta hoy con capital político acumulado paragastar.
A juicio de los analistas de esta institución la probabilidades que las redes sociales y el inmediatismo de internet esténrelacionados con este sentido del tiempo, donde el pasado parece noexistir. “Lo que sucedió hoy en la mañana ya es añejo en latarde, y la gente busca ansiosa lo que sigue. La velocidad delmundo ha cambiado, pero no así la celeridad de la política, quetransita al mismo paso cansino de antes.”
Dicha disparidad, señala, “produce impaciencia yfrustración, y los movimientos y protestas sociales estánrelacionados con este malestar y la velocidad de los cambios. Loque 5 años atrás era tolerable, hoy no lo es. Las personasaspiran, sobre todo, a que haya soluciones concretas para problemasconcretos, y que se apliquen de inmediato porque no está dispuestaa esperar las soluciones prometidas para pasado mañana”.
(Continuará)