Manrique Gandaria / El Sol de México
Ciudad de México.- Durante siete años, consecutivos, laministra Olga Sánchez Cordero fue considerada la mujer másinfluyente de México, y desde la tribuna de la Suprema Corte deJusticia de la Nación (SCJN) la ministra debatió, defendió,rechazó, apoyó y criticó temas como la dependencia judicial,la protección de la salud en México, la cultura de la legalidad,mejores accesos a la justicia, el derecho a la inocencia, lasextradiciones, igualdad y discriminación, servicios deinteligencia del Estado y el último, la aprobación de lamarihuana con usos recreativos.
Una de las dos mujeres con que cuenta la Corte, se retira elpróximo 30 de noviembre, dejando tras de sí un legado de 56publicaciones, 157 conferencias, 24 discursos ofrecidos durante suparticipación en ponencias, simposios, presentaciones de libros ydemás, lo que le ha valido el otorgamiento de 19 premios, entremedallas, galardones, “honoris causa” y reconocimientos.
Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas,nació en la Ciudad de México, licenciada en Derecho por laUniversidad Nacional Autónoma de México y obtuvo el títulorespectivo el 17 de julio de 1970 con la tesis: “Una Revoluciónen la Interpretación del Derecho”.
Cursó el posgrado en Política Social y Administración, en elUniversity College of Swansea, Gran Bretaña. Es doctora “HonorisCausa” por la Universidad Autónoma de Morelos y por laUniversidad Autónoma de Nuevo León.
Cordero es la novena mujer en ocupar un sillón del TribunalSupremo y la primera mujer Notaria Pública de México, desdeentonces ha destacado como una de las abogadas y juristas másimportantes de México, siendo en su carrera judicial magistradadel Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, además hasido profesora en la UNAM y de diversas universidades delpaís.
Fue el presidente Ernesto Zedillo quien la nominó como ministradel Tribunal Supremo para llenar la vacante en 1995, quedandoadscrita a la Primera Sala Civil y Penal, por lo que fueconfirmada por el Senado, y desde entonces es considerada una delas ministras más liberales de la Corte y ha competido en diversasocasiones para ser presidente de la Suprema Corte.
A lo largo de los 20 años que ocupó un lugar en la SCJN, laministra siempre salió al paso de las críticas que le cayeroncomo cascada cuando le tocó analizar, discutir, proponer y aprobartemas delicados y torales como la reglamentación de las casas deapuestas en nuestro país.
Esto hizo que fuera considerada uno de los integrantes liberalesdel Alto Tribunal, y se reafirmó con casos como liberación de lafrancesa Florence Marie Cassez Crepin, a quien la PGR la acusabadel delito de secuestro en agravio de dos personas, donde Corderofue la encargada de elaborar el proyecto que señalaba que Cassezdebía quedar en libertar, lo que la convirtió en blanco decríticas.
Tras la andanada de críticas por parte de organizacionesdefensoras de derechos humanos, la ministra atino a decir: “si yovolviera a tener el asunto lo volvería a resolver en el mismosentido que lo resolví, no podemos resolver conforme a la opiniónpública, o de acuerdo a las encuestas”. Nueva polémica
De nueva cuenta, Sánchez Cordero levantó polémica cuandomostró su apoyo a la despenalización del aborto lo que causómolestia en grupo de pro-vida y del clero, pese a esto dijo estar afavor de esta medida durante las doce primeras semanas degestación.
Desde su percepción, el DF (en 2007 la ALDF aprobódespenalizar el aborto durante las 12 primeras semanas degestación) fue una “punta de lanza” en temas tan sensiblescomo este de la despenalización del aborto o muchos otros temasque no están siendo con la perspectiva que lo hace el legisladordel Distrito Federal, en otros lugares de la República, opinó laministra.
“Hasta el último día yo defenderé la despenalización delaborto hasta las 12 semanas”, respondió Cordero a susdetractores.
A estos temas se le suman el voto que dio para otorgar amparo acuatro personas para que puedan sembrar consumir y trasportarmarihuana con fines recreativos.
En sus argumentos, Olga Sánchez Cordero calificó dedesproporcionada la Ley General de Salud, al considerar que genera“una protección mínima a la salud y al orden público frente ala intensa intervención en el derecho de las personas sobredecidir qué actividades lúdicas quieran realizar”.
Por ello, “mi decisión es con el sentido del proyecto y conlos efectos mismos de los quejosos por los efectos lúdicos yrecreativos”, dijo el día de la votación.