A veces las lesiones son craneoencefálicas, con rupturas de los vasos sanguíneos, hematomas del lóbulo temporal y lesiones en el tallo cerebral. En ocasiones son en el tórax y lo más común es que resulte afectada la arteria aorta, unida a la columna vertebral y la muerte sea inmediata. Hay casos en que se causan afectaciones en el abdomen: riñones, intestino grueso, intestino delgado, bazo e hígado (laceración).
Son los accidentes de tránsito los responsables. México continúa en el séptimo lugar mundial. Cada día mueren más de 43 personas, mientras que más de 86 quedan heridas. Anualmente fallecen 16 mil 500 mexicanos y por ello estos percances se constituyen en la primera causa de muerte en niños entre los cinco y 14 años.
Y hay que dar gracias si las lesiones, en un encontronazo o volcadura, fueron de las menos lesivas: raspones, contusiones, esguinces, luxaciones, fracturas y laceraciones. Pero esto no sucederá si el o los accidentados están entre los 15 y los 29 años de edad. No, en ese rango, de acuerdo al INEGI las lesiones causadas por los accidentes de tránsito son la segunda causa principal de muerte.
QUINTA CAUSA DE MUERTE
Asegura México Previene que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, en México un millón 462 mil 900 personas sufren de una discapacidad a consecuencia de los accidentes en general. Las lesiones producidas generan más de tres millones de consultas en los servicios de urgencias y ocupan cerca de dos millones y medio de días-cama en los hospitales del sistema de salud del país.
Esta asociación civil también ha venido advirtiendo que la tipología de estos incidentes indica que el 94% ocurre en zonas urbanas y suburbanas y el 6% en carreteras de jurisdicción federal.
Ante tan lamentable realidad, surgió en la República el Observatorio Nacional de Lesiones que, durante 2015, logró completar la instalación de 26 observatorios estatales, quedando pendiente aún en Colima, Chiapas, Nayarit, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
Tal como sucede con los COEPRA no solo es suficiente que sean instalados, sino que operen y generen información desde el nivel local que les permita utilizar los datos para la identificación de prioridades, diseño y focalización de intervenciones, así como su monitoreo y evaluación.
Desde 2009, la Organización Mundial de la Salud envió un mensaje para todos los países del mundo, pero específicamente para los enlistados como los de mayores problemas en la materia.
La OMS advertía que, a menos que se ejecuten medidas inmediatas y efectivas, las lesiones por accidentes de tránsito se convertirán en la quinta causa de muerte en el mundo.
A su vez, ha insistido en los factores de riesgo. El enfoque sobre éstos, precisa que “la piedra angular” son las carreteras y los arcenes seguros, las velocidades seguras, los vehículos seguros y los usuarios de carreteras seguros, todo lo cual se deberá abordar con miras a poner fin a los accidentes mortales y reducir el número de lesiones graves.
Sobre la aceleración expone que el aumento de la velocidad promedio guarda relación directa con la probabilidad de que ocurra un accidente de tránsito y con la gravedad de sus consecuencias. Por ejemplo, un incremento de 1 km/h de la velocidad media del vehículo se traduce en un aumento del 3% en la incidencia de accidentes con lesiones, y un 4% a 5% en la incidencia de accidentes mortales.
Además, el riesgo de defunción de un peatón adulto atropellado por un automóvil a una velocidad de 50 km/h es inferior al 20%, pero es casi del 60% si el atropello se produce a 80 km/h.
ALCOHOL Y DROGAS AUMENTAN RIESGO
Algo en lo que hace hincapié es en que conducir bajo los efectos del alcohol o de cualquier sustancia
sicoactiva o droga aumenta el riesgo de un accidente con desenlace fatal o lesiones graves.
Y resalta: “En casos de conducción bajo los efectos del alcohol, el riesgo de accidente de tránsito comienza incluso con bajos niveles de concentración de alcohol en sangre (BAC) y aumenta considerablemente cuando el BAC del conductor es 0,04 g/dl”.
En cuanto a manejar bajo los efectos de drogas precisa, el aumento del riesgo de accidente de tránsito en diversos grados en función de la sustancia psicoactiva. “Por ejemplo, el riesgo de accidente mortal de un consumidor de anfetaminas es unas cinco veces mayor que el de uno que no consume drogas”, advierte.
Otros riesgos son: para los motociclistas no usar casco y para los automovilistas no colocarse el cinturón de seguridad. Si este último se usa disminuye entre un 40% y un 50% el riesgo de muerte de los ocupantes delanteros de un vehículo, y entre un 25% y un 75% el de los ocupantes de asientos traseros.
La distracción es otro grave problema para un conductor, sobre todo el uso de teléfonos móviles mientras manejan porque tienen cuatro veces más probabilidades de verse involucrados en un accidente, que los conductores que no lo hacen. Ya que este artefacto reduce la velocidad de reacción (especialmente para frenar, pero también la reacción ante las señales de tránsito), y hace más difícil mantenerse en el carril correcto y guardar las distancias correctas.
La OMS considera que “si las normas de tránsito relativas a la conducción bajo los efectos del alcohol, el uso del cinturón de seguridad, los límites de velocidad, el uso de cascos y los sistemas de sujeción para niños no se aplican, esas normas no pueden lograr la reducción prevista de defunciones y lesiones por accidentes de tránsito relacionados con comportamientos específicos.
“Por consiguiente, si no se hacen cumplir las normas de tránsito, o si se percibe que no se hacen cumplir, es probable que no se las respete y, consiguientemente, será muy poco probable que influyan en los comportamientos.
La aplicación efectiva incluye el establecimiento, la actualización periódica y la aplicación de normas de prevención de los factores de riesgo mencionados, en los niveles nacional, municipal y local. Ello incluye también la definición de sanciones apropiadas”.