/ lunes 9 de abril de 2018

Despliega INE un ejército de paz: Cardiel

Elección en manos de ciudadanía, consigna ante presiones sociales y dudas sobre filtración electrónica de datos

Mayo y junio de 2016; distrito electoral 5 de Oaxaca. En Asuncion Nochixtlán, en medio de bloqueos carreteros por el magisterio disidente, la jornada electoral se tejía en silencio. Oficinas de consejos distritales electorales habían sido tomadas y en algunos casos incendiadas como parte de la presión que la Sección 22 ejercía para empujar sus demandas. A pie, un pequeño ejército de capacitadores y supervisores electorales transportaba boletas, sellos, tinta y actas de manera casi furtiva, ante el temor y la incertidumbre por la tensión social, que días más tarde acabaría en un enfrentamiento tras un desalojo con saldo de ocho muertes. Las elecciones se realizaron, además, como las más concurridas en la historia de la entidad, donde se definieron gubernatura, 570 ayuntamientos y 42 diputaciones locales.

Hoy, dos años después, las dudas respecto al proceso electoral se generan desde otro flanco, desde la posible intromisión electrónica en los resultados y la aparición de fake news. No obstante, la respuesta del Instituto Nacional Electoral (INE) en aquel momento y ahora es la misma: poner la elección en manos de los ciudadanos.

Un ejército de paz

Para el Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, Roberto Heycher Cardiel Soto, más allá de la coordinación interinstitucional, con dependencias de seguridad y gobierno, la alianza principal se da con la ciudadanía, y para desarrollar la elección de 2018 se ha reclutado a 45 mil personas, 39 mil Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) y 6 mil Supervisores Electorales (SE), que visitarán a 11.6 millones de ciudadanos insaculados para conformar las mesas directivas de alrededor de 150 mil casillas en todo el país.

Las figuras de CAE y SE son clave en el proceso. “Entregan todo, son comprometidos, conscientes de su función; atraviesan ríos, recorren montañas y desiertos, andan en mula, en bici, en moto, en lancha, lluvia, calor, frío, nada los detiene y cumplen con su misión”, aun en contextos como el oaxaqueño hace dos años, en el cual no portaban su uniforme, traían sus credenciales guardadas y trasladaron los paquetes de maneras ingeniosas por el temor a represalias. “Llegaron a cada uno de los presidentes y lograron que las casillas se instalaran. Ellos lo hicieron”.

Con conocimiento de campo, Heycher Cardiel, incorporado al quehacer electoral como CAE en el 2000 y hoy parte de la junta federal del INE, refiere que la experiencia de estos funcionarios comienza cuando visitan a los ciudadanos, tocan a sus puertas y encuentran a personas que nunca han visto en su vida para invitarlas a participar en el ejercicio de la democracia.

Muchos de los capacitadores se incorporan por considerarlo empleo temporal, pero otros lo convierten en carrera y repiten cada proceso, refrendando habilidades como la enseñanza didáctica, la empatía, tolerancia a la frustración y labor de equipo.

Empoderados

Del otro lado de la puerta están las personas hasta ese punto ajenas al proceso, los ciudadanos insaculados, que ven la elección como acto de unos minutos en los cuales van a depositar su voto y por la labor de los CAE aceptan ser parte del andamiaje.

“Recuerdo a una señora que nunca había escuchado del tema y función electoral. Aceptó capacitarse con una única condición de hacerlo mientras preparaba los alimentos. Mientras preparaba sopa, ella era la ciudadana que siempre ha sido, con sus intereses particulares y personales, y ahora ponía atención con una faceta distinta”.

Resalta el tránsito de las personas que se convierten en autoridad, que se empoderan y adquieren una responsabilidad importante, pero sobre todo la conciencia de que se forma parte de algo más grande que el propio círculo familiar o laboral. “Ver esa transformación es motivante. Ella pasó de la incertidumbre y la duda a asumir su función como presidenta de casilla, con seriedad y compromiso, y fue capaz de invitar a otros ciudadanos y vecinos”.

Además, de acuerdo con la ley, la única autoridad facultada para decidir que una casilla no se instale es el titular de la misma, y en el caso de 2016 casi la totalidad de ellas fue colocada para mantener intacta la cadena del ejercicio de derechos. En Oaxaca, “sabíamos que la ciudadanía iba a defender la elección porque significaba su libertad para decidir lo que quería para su futuro”.

Los simulacros ya con aquellos que acceden se realizan en patios y cocheras, “funcionarios prestan sillas y llevábamos galletas y agua para generar esquemas de convivencia”. Es cuando uno piensa ´Ojalá estén ahí los funcionarios, que no fallen´. Cuando se llega el día y están presentes es una sensación extraordinaria”.

La función del CAE es temporal y muy relevante, pero no minimiza que debe haber un cuerpo y estructura de profesionales de carrera que soporten a lo largo del país esa tarea, “el soporte más acreditado del planeta”.

Tecnología

La capacitación ha cambiado de la mano de la penetración de nuevas tecnologías. “El INE lo que hace es mucha evaluación, durante y después de los procesos, que nos permite evaluar el desempeño institucional y mejorar materiales y procesos”, como la capacitación virtual que complementa la de campo, por medio de material audiovisual que incluso puede ser compartido entre CAE y funcionarios seleccionados.

“Se ofrece la oportunidad de ingresar a una plataforma al estilo de las universidades, con contenido estructurado basado en videos, acorde con nuevas tendencias educativas, con ejercicios y foros. Un reto para la reconversión de áreas técnicas”.

Además, hoy los capacitadores portan un dispositivo móvil donde registran el trabajo diario, personas capacitadas, notificadas, visitadas, esquema que se vino piloteando en 2016 y 2017 y ahora se implementa.

Los retos

Pero la tecnología también ha planteado obstáculos por superar, pues si hace dos años el reflector estaba puesto en hacer frente a movilizaciones sociales, hoy la mira fue colocada en la seguridad cibernética de la elección en un contexto global de intromisión desde redes sociales, aparición de fake news y manejo de datos personales por corporaciones multinacionales.

“Son los ciudadanos quienes instalan la casilla, reciben a los vecinos, reciben los votos; son ellos y ellas quienes cuentan los votos y al final también los registran. Los resultados están en las actas, no en los sistemas. Los rusos no pueden hackear los resultados, porque son manuales, están en cada acta de las más de 150 mil casillas que se espera instalar. Lo que hay en el sistema es una representación de esos resultados, que están sustentados en las actas, que a su vez están sustentadas en las boletas”, revira Heycher Cardiel.

En ese tenor, insiste en que la participación de los jóvenes, tanto en la parte técnica y de campo, como CAE y SE, como votantes el día de los comicios, será trascendental. “Los jóvenes van a definir la elección si votan, pero si no votan también. Esta será la última elección que definan”.

Con el ánimo de que las campañas sean propositivas, pues ello empuja la participación tanto de funcionarios como de la ciudadanía, además de que el clima de seguridad mejore, asegura que a la fecha se llevan poco más de seis millones de visitas, un millón de personas más que en 2012, por lo que estiman el tendido de la infraestructura de la elección en tiempo y forma.

“Hay agresiones, robos comunes, pero se avanza en los cauces normales. El límite que jamás vamos a cruzar como institución es exponer la integridad de las personas, ni de los funcionarios ni de la ciudadanía. Somos muy precavidos, incorporamos protocolos hace un par de procesos electorales, hoy estamos llevando otros más profundos de continuidad de las operaciones”.

Y aunque reconoce que la satisfacción sobre los resultados de la democracia ha ido decreciendo, insiste en que la participación se ha mantenido.

“El 2 de julio todos vamos a seguir aquí, y también los problemas de este país y las expectativas de solución. La elección es un momento importante pero no se agota ahí. Ahí apenas comenzará esta relación entre ciudadanía y poderes públicos”.

Mayo y junio de 2016; distrito electoral 5 de Oaxaca. En Asuncion Nochixtlán, en medio de bloqueos carreteros por el magisterio disidente, la jornada electoral se tejía en silencio. Oficinas de consejos distritales electorales habían sido tomadas y en algunos casos incendiadas como parte de la presión que la Sección 22 ejercía para empujar sus demandas. A pie, un pequeño ejército de capacitadores y supervisores electorales transportaba boletas, sellos, tinta y actas de manera casi furtiva, ante el temor y la incertidumbre por la tensión social, que días más tarde acabaría en un enfrentamiento tras un desalojo con saldo de ocho muertes. Las elecciones se realizaron, además, como las más concurridas en la historia de la entidad, donde se definieron gubernatura, 570 ayuntamientos y 42 diputaciones locales.

Hoy, dos años después, las dudas respecto al proceso electoral se generan desde otro flanco, desde la posible intromisión electrónica en los resultados y la aparición de fake news. No obstante, la respuesta del Instituto Nacional Electoral (INE) en aquel momento y ahora es la misma: poner la elección en manos de los ciudadanos.

Un ejército de paz

Para el Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, Roberto Heycher Cardiel Soto, más allá de la coordinación interinstitucional, con dependencias de seguridad y gobierno, la alianza principal se da con la ciudadanía, y para desarrollar la elección de 2018 se ha reclutado a 45 mil personas, 39 mil Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) y 6 mil Supervisores Electorales (SE), que visitarán a 11.6 millones de ciudadanos insaculados para conformar las mesas directivas de alrededor de 150 mil casillas en todo el país.

Las figuras de CAE y SE son clave en el proceso. “Entregan todo, son comprometidos, conscientes de su función; atraviesan ríos, recorren montañas y desiertos, andan en mula, en bici, en moto, en lancha, lluvia, calor, frío, nada los detiene y cumplen con su misión”, aun en contextos como el oaxaqueño hace dos años, en el cual no portaban su uniforme, traían sus credenciales guardadas y trasladaron los paquetes de maneras ingeniosas por el temor a represalias. “Llegaron a cada uno de los presidentes y lograron que las casillas se instalaran. Ellos lo hicieron”.

Con conocimiento de campo, Heycher Cardiel, incorporado al quehacer electoral como CAE en el 2000 y hoy parte de la junta federal del INE, refiere que la experiencia de estos funcionarios comienza cuando visitan a los ciudadanos, tocan a sus puertas y encuentran a personas que nunca han visto en su vida para invitarlas a participar en el ejercicio de la democracia.

Muchos de los capacitadores se incorporan por considerarlo empleo temporal, pero otros lo convierten en carrera y repiten cada proceso, refrendando habilidades como la enseñanza didáctica, la empatía, tolerancia a la frustración y labor de equipo.

Empoderados

Del otro lado de la puerta están las personas hasta ese punto ajenas al proceso, los ciudadanos insaculados, que ven la elección como acto de unos minutos en los cuales van a depositar su voto y por la labor de los CAE aceptan ser parte del andamiaje.

“Recuerdo a una señora que nunca había escuchado del tema y función electoral. Aceptó capacitarse con una única condición de hacerlo mientras preparaba los alimentos. Mientras preparaba sopa, ella era la ciudadana que siempre ha sido, con sus intereses particulares y personales, y ahora ponía atención con una faceta distinta”.

Resalta el tránsito de las personas que se convierten en autoridad, que se empoderan y adquieren una responsabilidad importante, pero sobre todo la conciencia de que se forma parte de algo más grande que el propio círculo familiar o laboral. “Ver esa transformación es motivante. Ella pasó de la incertidumbre y la duda a asumir su función como presidenta de casilla, con seriedad y compromiso, y fue capaz de invitar a otros ciudadanos y vecinos”.

Además, de acuerdo con la ley, la única autoridad facultada para decidir que una casilla no se instale es el titular de la misma, y en el caso de 2016 casi la totalidad de ellas fue colocada para mantener intacta la cadena del ejercicio de derechos. En Oaxaca, “sabíamos que la ciudadanía iba a defender la elección porque significaba su libertad para decidir lo que quería para su futuro”.

Los simulacros ya con aquellos que acceden se realizan en patios y cocheras, “funcionarios prestan sillas y llevábamos galletas y agua para generar esquemas de convivencia”. Es cuando uno piensa ´Ojalá estén ahí los funcionarios, que no fallen´. Cuando se llega el día y están presentes es una sensación extraordinaria”.

La función del CAE es temporal y muy relevante, pero no minimiza que debe haber un cuerpo y estructura de profesionales de carrera que soporten a lo largo del país esa tarea, “el soporte más acreditado del planeta”.

Tecnología

La capacitación ha cambiado de la mano de la penetración de nuevas tecnologías. “El INE lo que hace es mucha evaluación, durante y después de los procesos, que nos permite evaluar el desempeño institucional y mejorar materiales y procesos”, como la capacitación virtual que complementa la de campo, por medio de material audiovisual que incluso puede ser compartido entre CAE y funcionarios seleccionados.

“Se ofrece la oportunidad de ingresar a una plataforma al estilo de las universidades, con contenido estructurado basado en videos, acorde con nuevas tendencias educativas, con ejercicios y foros. Un reto para la reconversión de áreas técnicas”.

Además, hoy los capacitadores portan un dispositivo móvil donde registran el trabajo diario, personas capacitadas, notificadas, visitadas, esquema que se vino piloteando en 2016 y 2017 y ahora se implementa.

Los retos

Pero la tecnología también ha planteado obstáculos por superar, pues si hace dos años el reflector estaba puesto en hacer frente a movilizaciones sociales, hoy la mira fue colocada en la seguridad cibernética de la elección en un contexto global de intromisión desde redes sociales, aparición de fake news y manejo de datos personales por corporaciones multinacionales.

“Son los ciudadanos quienes instalan la casilla, reciben a los vecinos, reciben los votos; son ellos y ellas quienes cuentan los votos y al final también los registran. Los resultados están en las actas, no en los sistemas. Los rusos no pueden hackear los resultados, porque son manuales, están en cada acta de las más de 150 mil casillas que se espera instalar. Lo que hay en el sistema es una representación de esos resultados, que están sustentados en las actas, que a su vez están sustentadas en las boletas”, revira Heycher Cardiel.

En ese tenor, insiste en que la participación de los jóvenes, tanto en la parte técnica y de campo, como CAE y SE, como votantes el día de los comicios, será trascendental. “Los jóvenes van a definir la elección si votan, pero si no votan también. Esta será la última elección que definan”.

Con el ánimo de que las campañas sean propositivas, pues ello empuja la participación tanto de funcionarios como de la ciudadanía, además de que el clima de seguridad mejore, asegura que a la fecha se llevan poco más de seis millones de visitas, un millón de personas más que en 2012, por lo que estiman el tendido de la infraestructura de la elección en tiempo y forma.

“Hay agresiones, robos comunes, pero se avanza en los cauces normales. El límite que jamás vamos a cruzar como institución es exponer la integridad de las personas, ni de los funcionarios ni de la ciudadanía. Somos muy precavidos, incorporamos protocolos hace un par de procesos electorales, hoy estamos llevando otros más profundos de continuidad de las operaciones”.

Y aunque reconoce que la satisfacción sobre los resultados de la democracia ha ido decreciendo, insiste en que la participación se ha mantenido.

“El 2 de julio todos vamos a seguir aquí, y también los problemas de este país y las expectativas de solución. La elección es un momento importante pero no se agota ahí. Ahí apenas comenzará esta relación entre ciudadanía y poderes públicos”.

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