l corrido, como se sabe, deriva del romance español, pero delque corresponde a una época tardía, es decir el romance de ciego,el cual forma parte de lo que se conoce como literatura de cordel:conjunto de impresos que los ciegos ambulantes, encargados derecital, salmodiar o cantar distintas clases de composiciones,acostumbraban vender en pliegos desde el siglo XVI y hastaprincipios del siglo XX en España.
Los romances de ciego –también llamados romances vulgares-gozaron de una gran popularidad en la España meridional entre lossiglos XVIII y XIX. Su repertorio es muy amplio y variado, perodentro de los llamados novelescos llama la atención un grupo queda más importancia a la aventura que al tema amoroso (romances querelatan los hechos de hombres bravos, romances sobre mujeresvalientes, sobre contrabandistas, sobre bandidos y sobrecrímenes), por ser el más ligado al temario desarrollado en loscorridos mexicanos.
En el ámbito popular, poco a poco, a partir de las primerasdécadas del siglo XIX, este tipo de romances trascendió suestructura tradicional y adquirió nuevas formas, dando lugar a unnuevo género que estará bien definido hacia mediados del mismosiglo: el corrido mexicano.
Se trata de un género que hereda del romance su forma general(metro octosílabo y rima en versos pares) y su carácternarrativo. Se diferencia de éste por estar estructurado enestrofas, en su mayoría cuarteras romanceadas de rima variable, ypor carecer de diálogo, ya que el corrido es básicamente unanarración de hechos en tercera persona que realiza un testigopresencial o alguien que está bien informado, o bien, aunque menoscomún, en primera persona, cuando es el propio protagonista el quehabla.
Con el tiempo llegan a aparecer ejemplos con estrofas de seis yhasta ocho versos, y en ocasiones el verso puede darse en otrasmedidas diferentes al octosílabo, de arte mayor o menor.