Tres meses antes de su pronóstico, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, verá en las próximas horas llegar los 35 mil fallecidos que estimó para el final de la epidemia de Covid-19 en México, lo cual representa “un error importante en el pronóstico”, producto de la falta de pruebas para detectar al nuevo virus que se tuvo en el arranque, afirmó Alejandro Macías, investigador de la Universidad de Guanajuato y excomisionado Nacional para la Atención de la Influenza en México.
El pasado 4 de junio, en su comparecencia virtual ante diputados federales, el encargado de la estrategia nacional en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir el Covi-19, proyectó el final de la epidemia en el mes de octubre:
"¿Qué cuándo descenderá la curva? Depende de la región del país, pero la curva nacional puede proyectarse hasta octubre, cuando comencemos a ver el descenso de casos... ¿Y que a cuántas muertes se podrá llegar? No hay una sola estimación general, pero preservamos, de manera referencial, la idea de que podría, en este primer ciclo médico, llegar a 30 mil o incluso 35 mil defunciones, todas y cada una lamentables”, dijo en ese momento.
Hoy México está a punto de rebasar esa cifra debido a que hasta este jueves la cifra se ubica por arriba de los 33 mil casos.
En sólo 37 días perdieron la vida 20 mil 981 mexicanos, al pasar de 12 mil 545 casos a 33 mil 526.
“Se está llegando al límite que se estableció en el peor escenario, porque la proyección se hizo sobre la base de determinaciones que eran escasas. Hay que recordar que como se hacían pocas pruebas, esa es la base para tener proyecciones al futuro, y dadas las pocas pruebas, seguramente hay un error importante en el pronóstico”, aseguró el excomisionado Nacional para la Atención de la Influenza durante la epidemia de hace una década.
Según los modelos internacionales para países como México, en donde la entrada de la epidemia ocurrió con “mucha fuerza, habría que esperarse una muerte por cada mil o 2 mil personas y eso significaría que murieran al final del primer embate de la epidemia alrededor de entre 65 mil a 130 mil mexicanos que sería una proyección realista, dada la fuerza con la que estaba entrando la epidemia y la fuerza con la que se podría suponer iba a continuar, dados los primeros embates que ya se tenía”.