Han transcurrido ocho años desde la masacre en Allende, Coahuila, y las heridas siguen abiertas por los pobladores de la región y se habla de que la reconstrucción aún no se da.
Fue en marzo de 2011, cuando el poblado fue atacado por sicarios que llegaron a matar, secuestrar y derrumbar casas y comercios. Oficialmente fueron 42 personas, pero pudieron ser hasta 300.
Tan solo entre el 18 y el 20 de ese mes, 26 personas fueron desaparecidas por un comando armado que irrumpió en el poblado en busca de presuntos traidores de los Zetas.
Abandonados a su suerte durante 30 días, sin ayuda de ninguna autoridad, pobladores (abuelos, padres, mujeres y niños) cruelmente asesinados y desaparecidos por cárteles de la droga. Hoy sus 25 mil habitantes siguen esperando una disculpa pública del Estado mexicano, programada para el próximo viernes.
Eso cuenta el alcalde Antero Alberto Alvarado Saldívar, que con tristeza, no se resigna a aceptar que “pareciera que estamos señalados por la mala suerte”.
El Sol de México lo abordó en la Cámara de Diputados, hasta donde llegó después de recorrer más de mil 200 kilómetros; antes en los primeros días de abril, en su localidad realizó una huelga de hambre de cuatro días para hacer escuchar su voz para que el municipio de Allende se incluya en los beneficios de las localidades fronterizas.
Pide homologación de gasolinas con un ahorro de cinco pesos y tarifas eléctricas con subsidio.
Explica que lo más difícil es la reconstrucción del tejido social, pues los niños de la comunidad crecieron con el chip de ser sicarios, porque eran los que tenía el poder, armas y propiedades. “Hoy estamos en esa transformación, la seguridad ha cambiado radicalmente, estamos muchos más seguros que en el 2011”, asevera el alcalde de Allende.
"Después de ese año son muchas las familias que no regresaron, hoy usamos los espacios públicos como integradores sociales. Hoy estamos en esa transformación, la seguridad ha cambiado radicalmente y estamos muchos más seguros que en el 2011".
El alcalde dijo que es necesaria la coordinación institucional con las autoridades estatales y federales, para garantizar la seguridad. "Es la prioridad número uno y el otro es cuidar el patrimonio de toda la sociedad".
DISCULPA PÚBLICA
El alcalde de Allende reflexiona, en cuanto a su seguridad personal. “No he sido amenazado. La situación cambió radicalmente, es un trabajo de años y no podemos bajar la guardia en el tema”.
Adelanta que el próximo viernes 17 se dará una disculpa pública por parte del Gobierno federal, estatal y municipal. "Pedir disculpas a las familias de personas que no volvimos a ver, de personas que desaparecieron. Familias completas, niños, abuelitos, papás, mamás, se fueron", afirma el funcionario. "Estamos apoyando con psicólogos, becas, despensas y ahí vamos de la mano, pero son heridas que no van a sanar y ahí quedan".