La imagen habla por sí sola: un niño de alrededor de 10 años de edad permanece fijo para la cámara mientras a su lado yace un hombre muerto a balazos. No refleja gesto alguno de espanto o sorpresa, sólo de curiosidad frente a la postal ensangrentada.
A 12 años de guerra entre bandas del crimen organizado y distintos gobiernos mexicanos, la normalización de la violencia es una postal común para los mexicanos, tan es así que los baches, el alumbrado público, el agua y drenaje les preocupan más a la mayoría de las personas en casi todos los estados de la República.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana del INEGI, sólo en Quintana Roo y Tabasco la delincuencia, robos, asaltos, homicidios y secuestros ocupan el primer lugar cuando se les pregunta ¿cuál es la principal problemática a la que se enfrentan en sus ciudades?
En todos los demás estados, los baches en calles y avenidas, el alumbrado público insuficiente y la fallas y fugas en el suministro de agua potable son identificados como la mayor fuente de problemas en sus comunidades.
Por ejemplo, en Guerrero, donde se tomó la fotografía del niño y la escena del crimen, el 83% de la población identifica las fallas en el sistema de aguas como el principal problema de las ciudades de Acapulco, Chilpancingo e Ixtapa, contra el 69% que cree que es la violencia.
También en Tamaulipas, donde un empresario de Matamoros asegura que "los malitos controlan todito", el 68% de la población urbana señala a los baches como su principal problema, contra el 48% que señala a la delincuencia.
Esto se repite a lo largo del país. Sólo en Baja California la Procuraduría General de Justicia del estado reporta 143 homicidios dolosos en lo que lleva octubre. Los hallazgos incluyen cuerpos de hombres, mujeres y partes humanas, entre ellas una cabeza. Sin embargo, la delincuencia es el peor problema según el 76% de la población y para otro 88% son los baches.
En Guanajuato sólo el 64% de la población señala a la violencia, a pesar de ocupar el cuarto lugar nacional en homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, con una tasa de 67.2, y donde además de enero a septiembre han ocurrido mil 586 casos de homicidios, cuando antes el estado era considerado uno de los más seguros para la actividad empresarial en todo México.
La información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática sólo disponible hasta marzo de 2016 no permite observar cambios drásticos en cuanto a las prioridades de los mexicanos para resolver las problemáticas urbanas.
A lo largo de los años diversos especialistas han advertido que la normalización es una de las consecuencias de la impunidad del crimen y la constante exposición en medios de comunicación a la violencia.
Por ejemplo, en su artículo "Las zonas sin ley y la normalización de la violencia en México y Colombia", la académica colombiana Julieta Lemaitre explica que esta normalización implica asume que los homicidios son cotidianos y están de alguna forma justificados por las actividades criminales de sus víctimas.
"Sus muertes (las de hombres jóvenes desde 2006) se han presentado consistentemente, tanto por el gobierno como por la prensa, como el resultado de querellas entre grupos criminales y por lo tanto como un asunto que no debe consternar a la opinión pública", explica sobre los orígenes de la aceptación de la violencia en su investigación.
BACHES, NO BALAS
Según los datos disponibles del INEGI, a nivel nacional el 78% de la población considera que los baches son el principal en sus ciudades, contra el 68% que cree que lo es la delincuencia.
Lo anterior, a pesar de que 2018 es el año más violento del que se tenga registro en los libros del gobierno mexicano y que llegan hasta 1997.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el acumulado a septiembre, 2018 suma 32 mil 562 homicidios. En contraste, de 1997 a 2016 el país promediaba de enero a septiembre 23 mil 500 homicidios.
Presenciar actos delincuenciales es una constante, según el INEGI. El 64% de los mexicanos han presenciado un robo y el 41% una balacera.
Así, pese a que la violencia alcanza niveles históricos, el mal estado de los servicios públicos está ocupando las mayores preocupaciones de los mexicanos, según actores consultados.
El secretario del Consejo Coordinador Empresarial del sur de Veracruz, Esteban Enríquez España, refirió que si bien la delincuencia no ha podido ser contrarrestada en la entidad, la infraestructura urbana se encuentra muy deteriorada pese a obras esporádicas en las zonas conurbadas del estado.
En general, dijo, se han arreglado sólo algunas calles debido a problemas con el drenaje y se debe abrir el concreto para reparar las tuberías.
Por ejemplo, de acuerdo a información municipal, sólo en Puebla capital se reportan al día 917 hoyos en calles y avenidas que deben ser cubiertos de manera urgente, mismos que preocupan más a los poblanos que la inseguridad que se ha detonado en la entidad por el huachicoleo, mientras que en casos como el de un hombre dedicado a la tapicería que fue asesinado a balazos por sujetos armados que iban en una motocicleta el jueves pasado se acumulan.
En el municipio de Veracruz, en tanto, según la diputada local del Partido Acción Nacional (PAN), María Josefina Gamboa Torales, 38 mil luminarias deben reemplazarse, las cuales representan el 85% del total en el municipio.
La alcaldesa de Acapulco, Adela Román, aseguró que la intensa violencia que se vive en el municipio no ha inhibido el deseo de las personas de salir normalmente, y añadió que además de la delincuencia, el puerto también padece de extrema pobreza y falta de oportunidades.
La presidenta municipal refirió que la violencia busca inhibir el trabajo de las autoridades municipales; sin embargo, dijo, se enfocará en atacar los orígenes de la inseguridad.