PUEBLA. "De aquí hasta Veracruz, puros asaltos... Ya no podemos salir de noche, todo de día porque ya en la noche da miedo", aseguró Benedicto Islas, transportista de Tlaxcala que por cuestiones de trabajo debe transitar la zona del Triángulo Rojo de Puebla, famosa porque hasta hace un año era el epicentro del robo de combustible en México.

Apenas en mayo, a Benedicto le robaron su camión en San Martín Texmelucan. Los maleantes le quitaron una unidad cargada de garrafones de agua a unos metros de la salida de la central de abasto de Texmelucan, lo golpearon y lo mantuvieron secuestrado por dos días.

Los caminos entre Puebla y Veracruz se tornaron más inseguros a partir de este año, cuando la estrategia de seguridad del gobierno federal para combatir el huachicoleo comenzó a rendir frutos y a dejar a las bandas de ladrones de combustible sin recursos, por lo que éstas comenzaron a generar ingresos robando camiones de carga, trenes y secuestrando automóviles.

“Viajamos con la voluntad de Dios, precavidos, pero cerramos con seguro (el auto), sin ir enseñando la pulsera o reloj”, dijo Diego Martínez, automovilista poblano que comentó que su trayecto casi siempre lo hace con los vidrios arriba y con otras precauciones como no exponer artículos de valor como relojes o pulseras.

Pese a que Diego señala que hay presencia policiaca en la vía, la percepción de los automovilistas es que la vigilancia de las autoridades es insuficiente tanto en la autopista como en la carretera federal Puebla-Xalapa.

Por eso es necesario tomar precauciones adicionales, como comenta Marco Pineda, otro poblano quien asegura que envía a su familia su ubicación a través del GPS de su celular para que lo rastreen.

Recomendó además, a quienes van a salir en esta temporada, que refuercen su seguridad. “Por la inseguridad hemos decidido irnos en pleno día, porque nos da miedo pararnos en plena carretera, por los robos. Y yo recomiendo que se vayan en caravana con amigos o familia”.

NI CON ARCOS DE SEGURIDAD HACIA CDMX SE ESTÁ SEGURO

Testimonios de jóvenes poblanos narran que en junio de 2017, cuando se dirigían a la Ciudad de México, fueron testigos de un transportista muerto a manos de ladrones sobre la Autopista México-Puebla, a no más de un kilómetro del Arco de Seguridad Huejotzingo.

Cuando se detuvieron a cargar combustible, justo a la altura del Starbucks Puebla Avanza, visualizaron un tráiler encendido, aún con las luces prendidas, y justo a un lado, su chofer acostado sobre una rampa con pasto.

El encargado de una gasolinería les narró que no tenía ni cinco minutos que un grupo de maleantes habían baleado al conductor, el cual fue perseguido durante un tramo antes de bajar del tráiler para buscar refugio en la estación de servicio.

Durante la estancia de los jóvenes en la gasolinería, de alrededor de 10 minutos, ni autoridades estatales, ni policías municipales o federales, hicieron acto de presencia a pesar de que el arco de seguridad estaba a unos metros.