Dictan 11 años más de prisión al secuestrador Andrés N; ya estaba condenado a 293 años

El sentenciado fue detenido en febrero del 2000 en la ciudad de Pinotepa Nacional, Oaxaca

Manrique Gandaria | El Sol de México

  · martes 22 de junio de 2021

Foto Cuartoscuro

Por su responsabilidad penal en los delitos de delincuencia organizada, en la modalidad de secuestro y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, un juez federal dictó sentencia de 11 años de prisión en contra de Andrés N, considerado uno de los plagiarios más violentos y peligrosos en la década de los 90.

El ahora sentenciado quien formó parte de la organización criminal de famoso asaltabancos Alfredo Ríos Galeana, fallecido en prisión en enero de 2020, fue detenido en febrero del 2000 en la ciudad de Pinotepa Nacional, Oaxaca, y desde entonces permanece preso en el penal del Altiplano, en el Estado de México a la espera de varios procesos más procesos más en su contra.

La Fiscalía General de la República (FGR) informó que el trabajo conjunto entre la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), y la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR), en su Delegación en el Estado de México, fue que se obtuvo sentencia condenatoria más en contra de Nicolás N.

El Ministerio Público Federal (MPF), presentó a un Juzgado de Distrito de Procesos Penales Federales, las pruebas suficientes y después de ser valoradas, el Juez dictó sentencia condenatoria de 11 años de prisión en contra de Nicolás Andrés N.

El ahora sentenciado fue detenido febrero del año 2000 en la ciudad de Pinotepa Nacional, Oaxaca, durante un operativo conjunto que realizaron la extinta Policía Federal Preventiva y agentes del entonces denominado Grupo Yaqui (especializado en antisecuestros), así como de la también desaparecida Policía Judicial Federal.

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En los 90´s, la banda encabezada por Andrés perpetró varios secuestros en contra de empresarios del Estado de México, Morelos y el entonces Distrito Federal.

Su detención se derivó de trabajo de inteligencia que establecieron que mantenía comunicación constante con su familia, a través de llamadas telefónicas hechas en casetas públicas de telefonía rural, en los poblados de Rancho Viejo, Mancuernas y La Estancia, en Oaxaca.