De acuerdo a los primeros resultados del Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), determinaron que en México los principales factores de riesgo que llevan los niños a incurrir en esta problemática son el nivel educativo de los padres, si el jefe del hogar está ocupado en el sector agropecuario y si hay hijos adolescentes, así como del sexo masculino, siendo los niños varones quienes se encuentran mayormente en ocupaciones no permitidas.
Señalaron que los factores de protección o que desincentivan el trabajo infantil en México, son el número de adultos que integran la familia, ya que entre mayor sea éste reduce la posibilidad de que los menores tengan la necesidad de laborar; si los niños y adolescentes asisten a la escuela; y el acceso a la seguridad social por parte del jefe de familia.
Dicho Modelo de Identificación ubica que de las 32 entidades federativas, nueve presentan riesgo alto (Chiapas, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla y Zacatecas); 11 riesgo medio (Baja California Sur, Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán); y 12 riesgo bajo de incidencia de trabajo infantil (Aguascalientes, Baja California, Ciudad de México, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Morelos, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz).
Se detalla que dentro de los resultados, el grupo de municipios con alto riesgo se caracteriza por presentar una alta proporción de menores que se dedican a actividades agrícolas; un elevado porcentaje de población de seis a 14 años que no asiste a la escuela; poco acceso a servicios de salud; desatención en comunidades indígenas; el número de personas que perciben hasta dos salarios mínimos.
La OIT y la CEPAL determinaron que los esfuerzos dedicados a la formalización del empleo en el sector primario y la focalización de políticas educativas hacia los grupos con mayor riesgo de trabajo infantil y personas con educación básica inconclusa serán determinantes en una disminución importante, que afecta al 7.5% de personas entre cinco y 17 años. La ocupación infantil no permitida en México ha ido a la baja, pues 11.5% de las niñas, niños y adolescentes de entre cinco y 17 años se encontraban en ocupación no permitida.