La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deberá poner fin al litigio que, por siete años, ha enfrentado el empresario Germán Larrea por la demanda de un fondo de inversión británico que reclama la entrega de 64.9 millones de acciones de Grupo México.
Desde octubre de 2016, la jueza Gabriela Ortiz González resolvió que el fondo Infund LLP no probó la existencia de un contrato de comisión mercantil que obligaba a Larrea a entregarle las acciones serie B de Grupo México. El empresario fue absuelto.
Sin embargo el juicio no llegó a su fin, pues en los últimos tres años la sentencia ha sido revisada por tribunales federales y cuestionada por magistrados especializados en materia civil. Apenas el caso llegó a la Suprema Corte.
Fuentes de alto nivel confirmaron a El Sol de México que el amparo en revisión en el que se impugnan normas del Código de Comercio y el Código Federal de Procedimiento Civiles que afectan a Germán Larrea será discutido en los próximos meses por la Primera Sala del alto tribunal.
El expediente es estudiado por la ministra Norma Piña luego de que un tribunal colegiado considerara que subsiste un problema de constitucionalidad sobre una serie de normas federales, problemática respecto de la cual no hay jurisprudencia definida de la Suprema Corte.
Una vez que la SCJN resuelva estas problemáticas, dentro de la pugna entre Larrea e Infund LLP, el tribunal colegiado resolverá, si se presentaran, los conflictos de legalidad dentro de la demanda y pondrá punto final al litigio.
Historial
Luego de que la jueza Gabriela Ortiz González concluyera en octubre de 2016 que Germán Larrea debía quedar absuelto, se promovió un amparo indirecto contra esta resolución ante un tribunal unitario de la Ciudad de México.
La juzgadora indicó que solamente existió una serie de operaciones financieras ejecutadas en cuestión de minutos el 17 de octubre de 2013, en las que Infund participó, pero sin que esté probado que aportó 75 millones de dólares de sus propios recursos para tener derecho a las acciones.
Incluso se explicó que la participación del fondo de inversión inglés fue la de un vehículo financiero construido por Larrea para que se ejecutara la compra preferente de acciones a la que tenía derecho luego de un aumento de capital de Grupo México.