Las cifras de homicidios en Nayarit no se maquillaron ni se alteraron, se sepultaron y en forma clandestina; los 33 cuerpos en tres fosas podrían ser solo una muestra, tal y como algunas organizaciones no gubernamentales lo denunciaron en la administración de Roberto Sandoval: Bajaron los asesinatos extrañamente en los últimos años, pero crecieron las desapariciones, más de 230 en 2017.
Jóvenes entre 18 y 25 años de edad, vecinos de Tepic, San Blas, Francisco I. Madero y Xalisco, son los que en los últimos meses simplemente desaparecieron.
Se contabilizaron 84 solo entre el 16 de junio y el 20 de agosto, justo antes de que Roberto Sandoval dejara la gubernatura el 18 de septiembre del 2017.
Cifras disfrazadas
El sexenio anterior inició el 19 de septiembre del 2011, Roberto Sandoval llegó para sustituir en el gobierno de Nayarit a su compañero de partido Ney González. Este año terminó el número de homicidios en 456.
Al año siguiente, con Roberto Sandoval al frente y de la mano de su superfiscal Edgar Veytia Camberos -del que se expresaba con elogios innumerables- los homicidios fueron a la baja en forma impresionante hasta sumar solo 244 en todo 2012. Más aún, de los 367 con arma de fuego en 2011, en este mismo año quedaron en 172 por la misma causa.
Entonces cantaban victoria, Nayarit salía del llamado “top ten de la muerte” y para el 2013 informaban de 151 homicidios en todo el año. Uno cada dos días. Se decía que ahí el crimen organizado no se pudo establecer.
Pero llega 2017, en el mes de marzo el fiscal Edgar Veytia Camberos viaja a Estados Unidos solo para ser capturado bajo los cargos de conspiración y narcotráfico, además de que se decreta el embargo de bienes por 250 millones de dólares.
Entonces vino la debacle. Organizaciones no gubernamentales denunciaron no sólo las cifras “maquilladas” de los homicidios en Nayarit, que no coincidían, sino además desapariciones masivas.