Un tribunal federal ordenó a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tomar las medidas necesarias para garantizar los derechos de Carlos Antonio Santamaría, un menor de edad que cursa la carrera de Física Biomédica, quien denunció acoso y difamación por parte de un profesor de esta casa de estudios.
Por unanimidad, magistrados del Séptimo Tribunal Colegiado en materia Administrativa en la Ciudad de México concedieron un amparo a el universitario más joven en la historia de la UNAM, para que la máxima casa de estudios determine en qué medida fue el acoso y la difamación de la que fue víctima por parte de personal académico de la propia institución mientras cursaba el primer semestre, y que permeó en la comunidad universitaria y, a partir de dicho análisis, repare el daño que sufrió.
En su sentencia de amparo, el colegiado ordenó que la directora de la Facultad de Ciencias, Catalina Stern, así como autoridad responsable deberán informar al rector de la UNAM, así como al Consejo Universitario la situación de Carlos para que garanticen la plena inclusión del alumno de 13 años en la comunidad universitaria, en un ambiente libre de todo tipo de violencia considerado, incluso, el perfeccionamiento de la Legislación Universitaria.
Carlos comenzó a ir a la Universidad Nacional a los 8 años para cursar un diplomado sobre química analítica; y otro en bioquímica y biología molecular en la Facultad de Química.
Tres años después hizo historia cuando se matriculó como el universitario más joven de la máxima casa de estudios, luego de aprobar el examen de admisión al responder de manera correcta 105 de un total de 120 reactivos.
No obstante, el menor de edad quien es representado por su padre Fabián Santamaría, denunció haber sido víctima de acoso por parte de un profesor de la UNAM quien lo ha difamado y amenazado con demostrar que “no es justo merecedor de ser alumno de la institución”.
Asimismo, en la Facultad de Ciencias en Ciudad Universitaria, donde Carlos cursa la Carrera de Física Biomédica, otro profesor de la coordinación de Biología Celular lanzó una campaña en redes sociales para cuestionar su capacidad académica y amenazó con realizar acciones para demostrar que no merecería ser alumno de la UNAM.
Ante estas agresiones, su padre Fabián Santamaría, tramito un amparo ante el Séptimo Tribunal Colegiado en materia administrativa, argumentando la omisión de autoridades universitarias para brindar un ambiente adecuado para que su hijo estudiara en la UNAM.
Fue en agosto pasado cuando el tribunal colegiado resolvió que al haberse determinado que Carlos sufrió acoso es imperativo que se evalúen las repercusiones en su entorno sico-social, pues sólo así será posible llegar a una reparación del daño que puede implicar desde terapias sicológicas hasta la disculpa pública cuando se ha afectado la reputación.
Asimismo, crear procedimientos académicos y administrativos para la atención de casos de alumnos menores de edad con talento o competencias “extraordinariamente desarrolladas” y tomar medidas tendientes a capacitar a los profesores y concientizar a los alumnos sobre el tema de acoso escolar.
Hasta ahora, la Facultad de Ciencias sólo ha amonestado al profesor de la coordinación de Biología Celular y emitido una sanción administrativa a la ayudante del profesor de Álgebra.
En su sentencia, el Tribunal Colegiado determinó que, aunque la UNAM brinda educación pública universitaria, por lo que su comunidad está integrada comúnmente por mayores de edad, como institución pública no está exenta de tomar medidas contra el acoso escolar, especialmente en individuos vulnerables.