Se nos va otro año y mis recuerdos entre lo que sucedió en 2020 y 2021 se encuentran entremezclados. En mi caso particular, dado que trabajo para una organización que ofrece oportunidades educativas y profesionales a estudiantes de todo el mundo, la imposibilidad de viajar y las restricciones a la movilidad global han sido un factor de altísima incertidumbre; ¡además, ahora somos una institución 100% virtual! Pero más allá de esto, en términos personales, 2021 fue difícil porque me dio Covid-19 a finales de marzo y pensé que “no la libraba” y es indudable el costo que esta pandemia ha tenido para todos, especialmente para nuestra salud física y mental, sin dejar de tomar en cuenta los aspectos financieros, sociales, políticos, etc.
Sin embargo, 2021 también fue un año de mucho aprendizaje y de valorar la vida, de estar sanos y de darnos cuenta que hay muchas oportunidades por delante. Pude cumplir un sueño de siempre que fue certificarme como experto en vinos y aprender un poco de otros idiomas. Doy gracias por ello. Ahora queda finalmente asumir la nueva realidad del futuro del trabajo y darnos cuenta que las posibilidades de hacerlo desde cualquier lugar del mundo es una ventaja. Les deseo de corazón que el 2022 sea un gran año (mejor que 2020 y 2021) y que sigamos compartiendo columnas y vivencias en El Sol de México. ¡Salud!