@JOPso
En diciembre acumulé mi cuarto semestre consecutivo como profesor de la UNAM en línea. Desde luego que ya había dado otros en esa condición, pero estos que corresponden al modelo presencial, han exigido una encomiable capacidad de adaptación de las alumnas y alumnos.
La prolongada experiencia del confinamiento, a todas luces un privilegio, me permitió hacer lecturas que estaban pendientes desde hace tiempo; familiarizarme con los recursos pedagógicos del internet; encuentros amistosos vía alguna de las plataformas. Incluso, asistir a universidades fuera de México de manera virtual e invitar colegas, de otros países a impartir alguna charla, desde la comodidad del estudio.
En las actividades no profesionales, mantuve mis clases de canto –también virtuales, lo que significó y significa, un apreciado espacio para entrar en contacto con el fantástico mundo de la música. Faltó un poco más de actividad física, pero en verdad, que el trabajo en casa, no conoce de horarios, ni fines de semana o días festivos.
Ojalá que en 2022, superemos este ambiente de incertidumbre y manejos erráticos de la epidemia. Que logremos apaciguar, aunque sea un poco, la animadversión que se percibe en varios ámbitos de la sociedad. Que disminuya sensiblemente la violencia machista. Por lo que hace a las corrosivas actividades de la delincuencia común y organizada, deseo que encontremos las medidas y prácticas, de gobiernos y ciudadanía, para superar este ya dilatado período de violencia. Muchas gracias por el espacio a El Sol de México.