José Luis de la Cruz Gallegos, Columnista económico. Autor de la columna Economía 4.0
El 2021 presentó enormes retos y una nueva oportunidad, la de vivir y sentir el afecto de familiares y amigos.
El Covid-19 me atrapó y con ello mi vida cambió. La oportuna intervención de mi familia y doctores, así como el soporte de la empresa para la que laboro abrieron la posibilidad de tener una segunda etapa en la vida.
El estudio de la economía mexicana, de sus desafíos y necesidad de desarrollo social sigue siendo mi pasión. De igual forma participar en un diálogo público que considero es cada vez más necesario.
La pandemia nos ha llevado a una nueva realidad personal y social, una que sólo se puede superar entendiendo el cambio estructural que nos toca vivir y que va más allá del entorno nacional pero que comienza valorando lo más cercano.
El Covid-19 no se marchará, llegó para exacerbar los desequilibrios preexistentes y para calibrar nuestras fortalezas, enfrentarlo requiere lo mejor de todos. Sin unidad la probabilidad de éxito disminuye, es algo válido tanto a nivel familiar como nacional.
Garantizar una segunda oportunidad para todos requiere de un liderazgo incluyente que rompa con la fragmentación social que el Covid-19 llevó a un extremo. El aumento de la pobreza y la precariedad laboral atentan contra el desarrollo social.
Aún enfrento problemas para caminar, comer y respirar, como muchos mexicanos afectados por la enfermedad. No obstante, el 2022 será testigo de la lección aprendida.