/ viernes 29 de noviembre de 2024

Lucio Cabañas, “El Chivo”: su paso de estudiante normalista de Ayotzinapa a luchador social

Lucio Cabañas fue seguidor de los ideales y principios de El Che Guevara, buscaba información de él, y tomó mucha de la ideología de igualdad en la sociedad

“Sabíamos que podíamos morir, que todo el tiempo estábamos en riesgo, pero había una ideología que buscaba derrocar al gobierno para instaurar uno nuevo que surgiera del pueblo y priorizara las causas sociales”, así recuerda Arturo Miranda su participación en el movimiento subversivo que encabezó Lucio Cabañas entre las décadas de los 60 y 70.

Arturo Miranda actualmente es docente de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Guerrero, en su preparación académica cuenta con dos doctorados y constantemente se sigue preparando. Sus inicios educativos fueron en la normal de Ayotzinapa, donde su butaca estaba junto a la del legendario guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, quien recuerda fue un líder natural desde muy joven.

“En esos años, la normal de Ayotzinapa se cursaba en seis años, se ingresaba al terminar la primaria, tres años correspondían a la secundaria y tres de la normal, entonces no había preparatoria”.

Arturo cursó la primaria en su natal pueblo de Balsas, una comunidad que fue inundada con la construcción de la presa de El Caracol, su familia era de muy escasos recursos y por eso lo enviaron a estudiar a Ayotzinapa, que era la única opción viable para su economía.

Ahí conocí a Lucio y desde los primeros días vi que a él todos lo conocían, le decían El Chivo, entonces, aunque habíamos entrado juntos a la Normal, a mí casi nadie me hablaba, nadie me conocía, supe que él provenía del internado Adolfo Cienfuegos y Camus, donde había sido compañero de la mayoría de los inscritos en la Normal, por eso él ya era muy conocido, el apodo de El Chivo es porque así les dicen a quienes estudian en el internado 21”.

El maestro toma un tiempo, jala algo de aire que parece un suspiro y señala que, “la historia que yo conozco de Lucio es de que desde entonces él era ya muy inquieto un estudiante muy callado, muy tranquilo, no era agresivo, era estudioso, no solamente estudiaba los apuntes que nos daban nuestros maestros”.

Arturo Miranda recuerda que en su grupo había otro compañero importante con quien hicieron equipo. “Él se llamaba Benito García no me acuerdo el otro apellido, juntos empezaron a diseñar un proyecto de orden interno, primero de nuestro grupo, para que hubiera más orden, más estudios, más dedicados a la escuela y posteriormente esa iniciativa no solamente la promovió en el grupo de secundaria, sino también a los demás grupos y ello ocasionó que se les conociera como los nuevos dirigentes de la Reforma, es decir, que ya los comparábamos con la reforma de Juárez y le decíamos los reformistas”.

En sus primeros años en la Normal, cuando cursaba el nivel de secundaria Lucio se postuló para dirigir el comité estudiantil, compitió contra la planilla de los alumnos del nivel superior y a pesar de ser muy joven ganó de forma arrolladora, convirtiéndose así en el dirigente estudiantil más joven que haya tenido la escuela.

Arturo Miranda relata que ese movimiento provocó la unión de dos grandes hombres Lucio y Genaro que a la postre fueron los únicos dirigentes. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

Meses después vino la convocatoria para elegir al comité directivo de la Fecsum, (La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México) y Lucio, al ser dirigente estudiantil de Ayotzinapa, acudió a esa elección con la representación de la Normal rural. En esa elección Lucio fue designado dirigente, de tal manera que se convirtió en el líder de todos los estudiantes de normales rurales del país, que en ese momento eran 29 planteles en casi todos los estados.

En 1960, jóvenes dirigentes estudiantiles que luchaban por la autonomía de la Universidad de Guerrero acudieron a la Normal y entregaron un documento en el que se solicitó el apoyo de la base estudiantil para respaldar el movimiento en Chilpancingo, se realizó una asamblea y por unanimidad se determinó sumarse a este movimiento estudiantil y popular.

En este movimiento Lucio tuvo un papel importante tanto en la parte que correspondía a hacer guardias con los estudiantes, pero también en las brigadas de concientización que salían a realizar para conseguir apoyo en todo el estado. “En algunos lados nos trataban bien, en otro lugar nos corrían a fregadazos”.

En ese momento apareció en la escena también una asociación que había venido haciendo trabajo en las comunidades, la Asociación Cívica Guerrerense, fundada por Género Vázquez Rojas. “Entonces paralelamente venían desarrollándose dos movimientos, el de la Universidad, apoyada por la Normal que fueron sumando organizaciones sindicales y comunidades de la Costa Grande, Chica, Montaña y Tierra Caliente”.

Luego de que el gobierno de Caballero Aburto decidiera desalojar al movimiento de Genaro, que se encontraba atrincherado en el quiosco de la ciudad se replegaron hasta la alameda y así se unieron los dos movimientos y entonces ya esta lucha ya tenía dos elementos, por un lado el tema educativo y por el otro la demanda social.

Arturo Miranda relata que ese movimiento provocó la unión de dos grandes hombres Lucio y Genaro que a la postre fueron los únicos dirigentes que no obtuvieron ningún beneficio de la lucha, Jesús Araujo, que era el dirigente del movimiento estudiantil llegó a ser magistrado, mientras que Lucio y Genaro se mantuvieron en la exigencia de una igualdad social.

Arturo Miranda por su simpatía y participación en el movimiento de Lucio Cabañas estuvo dos veces preso en el campo militar número 1 y en la cárcel de Chilpancingo. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

Recordó que antes de la masacre de 1960, el gobernador ofreció tener un diálogo al que fueron los dirigentes y su ofrecimiento fue la autonomía de la Universidad, pero debido a que ya había un acuerdo de unir los movimientos e ir juntos hasta el final, se rechazó la oferta y se mantuvo la exigencia de desaparición de poderes en el estado.

Las demandas populares que enarbolaba Genaro Vázquez ya no eran solamente la autonomía sino la desaparición de poderes por tantos crímenes, por tanta represión, despojo a campesinos, etcétera

continuó Arturo Miranda.

El 30 de diciembre se gestó a manos del Ejército la masacre de decenas de personas que luchaban por tener una universidad en la que pudieran estudiar los pobres y un gobierno socialmente más justo.

“La represión dejó muchos muertos de los que sus féretros se colocaron al otro día en la catedral, otros heridos y muchos que venían de comunidades a los que se llevaron a sepultar en sus pueblos. “Era conmovedor, no se me quita esa imagen y eso me motivó también para entrar al riesgo de la guerrilla, porque decía: si este gobierno con palabras nunca te atiende, al contrario, te masacra, pues no queda otro recurso que agarrar el fierro”.

Lucio terminó la Normal y se fue a dar clases en la sierra de Atoyac, siempre busco generar la organización de las comunidades de los padres de familia de las escuelas y pugnar por mejores condiciones de vida, su primer asignación docente fue en la comunidad de Mexcaltepec, después ya se pudo acercar a la cabecera municipal de Atoyac.

Lucio fue egresado de Ayotzinapa, mientras que Genaro provenía de la Nacional de Maestros, ambos compartían la misma ideología de igualdad social. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

El 18 de mayo de 1967, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan N. Álvarez, de Atoyac, realiza un mitin en el que se pide la destitución de la directora ahí fungió como orador Lucio Cabañas, aunque no era parte de esta escuela, él trabajaba en la Modesto Alarcón.

Para ese momento ya era perseguido, en el evento es atacado a balazos por elementos de la policía motorizada, la más terrorífica que se conocía en ese momento, mueren 11 de los asistentes, la persecución de Lucio se agudiza y él se refugia en la sierra en las comunidades donde tenía mucha familia y seguidores de su ideología.

Los ideales

El ideal era en primer lugar tomar el poder para construir un poder distinto al existente, donde el pueblo tuviera real participación en la conformación del nuevo gobierno, donde el gobierno se orientará por el interés del pueblo, no de los caciques.

Lucio fue egresado de Ayotzinapa, mientras que Genaro provenía de la Nacional de Maestros, ambos compartían la misma ideología de igualdad social y de la necesidad de que el pueblo influyera en las decisiones de gobierno.

Genaro muere en lo que aparentemente fue un accidente de automóvil en Michoacán, entonces Lucio se queda con toda la responsabilidad del movimiento social en el sur del país, él buscó tener un acercamiento con el partido comunista de México y planteó que juntos trabajaran por un país socialista.

"Pero lo tiraron de loco porque ellos señalaron que no buscaban un país socialista, sino un país democrático de Unidad Nacional, por eso él nunca llevó una buena relación con el partido comunista" contó.

El secuestro de Figueroa

El secuestro del que en ese momento era candidato al gobierno de Guerrero Rubén Figueroa Figueroa en sus discursos menospreciaba la lucha de Lucio, y enaltecía a Genaro Vázquez que ya había muerto.

Era arrogante, pedante, que se sentía dueño del mundo constantemente decía como Genaro sí fue un verdadero revolucionario, sí fue un verdadero guerrillero, pero este pendejo de Lucio, ese es un farsantes a mí me gustaría que me secuestrara a ver si de veras

expresó Miranda.

Lucio y sus compañeros decidieron tomarle la palabra para entonces ya se habían sumado muchos otros al movimiento, de otras organizaciones hermanas entre ellos la Liga 23 de septiembre y se había creado la Brigada Campesina de Ajusticiamiento.

Él se sentía bien protegido por el Ejército y fue así como empezó después de que lo nominaron como candidato a gobernador que era su sueño dorado y cambió de discurso, llamaba a Lucio a que dejara las armas que le iba a patrocinar su partido político.

Lo llamaba a que dialogarán, él siempre dijo que era macho por los cuatro costados y que si Lucio lo llamaba iría hasta donde estuviera porque no le tenía miedo y si fue como lo hicieron ir a su territorio

continuó Arturo Miranda.

En la sierra no hubo acuerdo con las demandas que planteaban, y le señalaron que no había opción de dejar las armas, Figueroa lo quiso regañar y se queda usted detenido con todo y sus colaboradores que le acompañan, que era su sobrino, su secretaria y más.

Arturo Miranda resaltó que en ese momento Lucio no tenía interés por el dinero, y en la comisión se designó a Félix Bautista Matías para que fuera a recogerlo, 40 millones se pactaron por su liberación, la primer parte llegó a la sierra los 25 restantes Félix se los entregó al partido Comunista “y estos, no pendejos, se hicieron de recurso, se compraron un buen edificio para su sede de su partido con ese dinero, lo demás quién sabe dónde quedó”.

De acuerdo con el entrevistado, en su momento Lucio no aceptó tener tratos con dos organizaciones la Liga 23 de Septiembre y a la UP Unión del Pueblo de Oaxaca porque ellos estaban priorizando acciones terroristas como medio de hacer crecer su organización y él estableció que por la lucha era al contrario era evitar el terror y miedo entre la población.

Se sumaría nuevamente a la lucha armada

Cuestionado sin con los ideales de Lucio se volvería sumar a un movimiento armado, el profesor Arturo indicó que los movimientos como ese no surgen por voluntad de Pedro, Juan o Jesús, “son producto de la inconformidad social, si tienen su razón de ser a partir de ahí, porque no es como decir me dejó mi mujer, estoy decepcionado y por eso me voy a la Guerrilla, no es así, tiene que haber una base social, una base política, una organización con dirección centralizada, pero con mucha discreción”.

Además de que no cualquiera hijo de familia va a estar en la guerrilla, tiene que ver una selección rigurosa para impedir la filtración de espías y aún así es peligroso “pero cuando hay un pueblo que te reclama justicia en contra de arbitrariedades, pues ahí decides sumarte”.

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Quise mejor morir

Arturo Miranda por su simpatía y participación en el movimiento de Lucio Cabañas estuvo dos veces preso en el campo militar número 1 y en la cárcel de Chilpancingo, “obviamente que la segunda vez me fue como en feria en el Campo Militar Número Uno a tal grado de que cuando me torturaban llegué a desear mejor la muerte, porque la muerte a pausas es desesperante”.

“Dije mejor me muero más rápido y cada vez de que me lanzaban en el fondo de un estanque de agua atado como momia de Egipto, en una tabla con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo, yo en lugar de aguantar la respiración trataba de tragar agua más rápido, pero ahí descubrí que el ser humano no puede ingerir más agua que lo que su mismo sistema corporal le permite”.

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Afortunadamente el día que lo detuvieron estaba acompañado de tres maestras que empezaron a mandar mensajes para avisar a la familia y conocidos, empezaron a denunciar inmediatamente y la propia rectoría de la Universidad denunció ante medios nacionales e internacionales que el gobierno mexicano no respetaba la amnistía que recientemente le habían otorgado a los presos políticos.

Lucio fue un seguidor de los ideales y principios de El Che Guevara cada que se podía buscaba información de él, le gustaban leer, de ahí tomó mucha de la ideología de igualdad en la sociedad que lo motivó a organizar a las comunidades porque a las armas tuvo que ir por la represión, por la propia intransigencia del gobierno que lo perseguía.

“Sabíamos que podíamos morir, que todo el tiempo estábamos en riesgo, pero había una ideología que buscaba derrocar al gobierno para instaurar uno nuevo que surgiera del pueblo y priorizara las causas sociales”, así recuerda Arturo Miranda su participación en el movimiento subversivo que encabezó Lucio Cabañas entre las décadas de los 60 y 70.

Arturo Miranda actualmente es docente de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Guerrero, en su preparación académica cuenta con dos doctorados y constantemente se sigue preparando. Sus inicios educativos fueron en la normal de Ayotzinapa, donde su butaca estaba junto a la del legendario guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, quien recuerda fue un líder natural desde muy joven.

“En esos años, la normal de Ayotzinapa se cursaba en seis años, se ingresaba al terminar la primaria, tres años correspondían a la secundaria y tres de la normal, entonces no había preparatoria”.

Arturo cursó la primaria en su natal pueblo de Balsas, una comunidad que fue inundada con la construcción de la presa de El Caracol, su familia era de muy escasos recursos y por eso lo enviaron a estudiar a Ayotzinapa, que era la única opción viable para su economía.

Ahí conocí a Lucio y desde los primeros días vi que a él todos lo conocían, le decían El Chivo, entonces, aunque habíamos entrado juntos a la Normal, a mí casi nadie me hablaba, nadie me conocía, supe que él provenía del internado Adolfo Cienfuegos y Camus, donde había sido compañero de la mayoría de los inscritos en la Normal, por eso él ya era muy conocido, el apodo de El Chivo es porque así les dicen a quienes estudian en el internado 21”.

El maestro toma un tiempo, jala algo de aire que parece un suspiro y señala que, “la historia que yo conozco de Lucio es de que desde entonces él era ya muy inquieto un estudiante muy callado, muy tranquilo, no era agresivo, era estudioso, no solamente estudiaba los apuntes que nos daban nuestros maestros”.

Arturo Miranda recuerda que en su grupo había otro compañero importante con quien hicieron equipo. “Él se llamaba Benito García no me acuerdo el otro apellido, juntos empezaron a diseñar un proyecto de orden interno, primero de nuestro grupo, para que hubiera más orden, más estudios, más dedicados a la escuela y posteriormente esa iniciativa no solamente la promovió en el grupo de secundaria, sino también a los demás grupos y ello ocasionó que se les conociera como los nuevos dirigentes de la Reforma, es decir, que ya los comparábamos con la reforma de Juárez y le decíamos los reformistas”.

En sus primeros años en la Normal, cuando cursaba el nivel de secundaria Lucio se postuló para dirigir el comité estudiantil, compitió contra la planilla de los alumnos del nivel superior y a pesar de ser muy joven ganó de forma arrolladora, convirtiéndose así en el dirigente estudiantil más joven que haya tenido la escuela.

Arturo Miranda relata que ese movimiento provocó la unión de dos grandes hombres Lucio y Genaro que a la postre fueron los únicos dirigentes. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

Meses después vino la convocatoria para elegir al comité directivo de la Fecsum, (La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México) y Lucio, al ser dirigente estudiantil de Ayotzinapa, acudió a esa elección con la representación de la Normal rural. En esa elección Lucio fue designado dirigente, de tal manera que se convirtió en el líder de todos los estudiantes de normales rurales del país, que en ese momento eran 29 planteles en casi todos los estados.

En 1960, jóvenes dirigentes estudiantiles que luchaban por la autonomía de la Universidad de Guerrero acudieron a la Normal y entregaron un documento en el que se solicitó el apoyo de la base estudiantil para respaldar el movimiento en Chilpancingo, se realizó una asamblea y por unanimidad se determinó sumarse a este movimiento estudiantil y popular.

En este movimiento Lucio tuvo un papel importante tanto en la parte que correspondía a hacer guardias con los estudiantes, pero también en las brigadas de concientización que salían a realizar para conseguir apoyo en todo el estado. “En algunos lados nos trataban bien, en otro lugar nos corrían a fregadazos”.

En ese momento apareció en la escena también una asociación que había venido haciendo trabajo en las comunidades, la Asociación Cívica Guerrerense, fundada por Género Vázquez Rojas. “Entonces paralelamente venían desarrollándose dos movimientos, el de la Universidad, apoyada por la Normal que fueron sumando organizaciones sindicales y comunidades de la Costa Grande, Chica, Montaña y Tierra Caliente”.

Luego de que el gobierno de Caballero Aburto decidiera desalojar al movimiento de Genaro, que se encontraba atrincherado en el quiosco de la ciudad se replegaron hasta la alameda y así se unieron los dos movimientos y entonces ya esta lucha ya tenía dos elementos, por un lado el tema educativo y por el otro la demanda social.

Arturo Miranda relata que ese movimiento provocó la unión de dos grandes hombres Lucio y Genaro que a la postre fueron los únicos dirigentes que no obtuvieron ningún beneficio de la lucha, Jesús Araujo, que era el dirigente del movimiento estudiantil llegó a ser magistrado, mientras que Lucio y Genaro se mantuvieron en la exigencia de una igualdad social.

Arturo Miranda por su simpatía y participación en el movimiento de Lucio Cabañas estuvo dos veces preso en el campo militar número 1 y en la cárcel de Chilpancingo. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

Recordó que antes de la masacre de 1960, el gobernador ofreció tener un diálogo al que fueron los dirigentes y su ofrecimiento fue la autonomía de la Universidad, pero debido a que ya había un acuerdo de unir los movimientos e ir juntos hasta el final, se rechazó la oferta y se mantuvo la exigencia de desaparición de poderes en el estado.

Las demandas populares que enarbolaba Genaro Vázquez ya no eran solamente la autonomía sino la desaparición de poderes por tantos crímenes, por tanta represión, despojo a campesinos, etcétera

continuó Arturo Miranda.

El 30 de diciembre se gestó a manos del Ejército la masacre de decenas de personas que luchaban por tener una universidad en la que pudieran estudiar los pobres y un gobierno socialmente más justo.

“La represión dejó muchos muertos de los que sus féretros se colocaron al otro día en la catedral, otros heridos y muchos que venían de comunidades a los que se llevaron a sepultar en sus pueblos. “Era conmovedor, no se me quita esa imagen y eso me motivó también para entrar al riesgo de la guerrilla, porque decía: si este gobierno con palabras nunca te atiende, al contrario, te masacra, pues no queda otro recurso que agarrar el fierro”.

Lucio terminó la Normal y se fue a dar clases en la sierra de Atoyac, siempre busco generar la organización de las comunidades de los padres de familia de las escuelas y pugnar por mejores condiciones de vida, su primer asignación docente fue en la comunidad de Mexcaltepec, después ya se pudo acercar a la cabecera municipal de Atoyac.

Lucio fue egresado de Ayotzinapa, mientras que Genaro provenía de la Nacional de Maestros, ambos compartían la misma ideología de igualdad social. Foto: Abel Miranda / El Sol de Acapulco

El 18 de mayo de 1967, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan N. Álvarez, de Atoyac, realiza un mitin en el que se pide la destitución de la directora ahí fungió como orador Lucio Cabañas, aunque no era parte de esta escuela, él trabajaba en la Modesto Alarcón.

Para ese momento ya era perseguido, en el evento es atacado a balazos por elementos de la policía motorizada, la más terrorífica que se conocía en ese momento, mueren 11 de los asistentes, la persecución de Lucio se agudiza y él se refugia en la sierra en las comunidades donde tenía mucha familia y seguidores de su ideología.

Los ideales

El ideal era en primer lugar tomar el poder para construir un poder distinto al existente, donde el pueblo tuviera real participación en la conformación del nuevo gobierno, donde el gobierno se orientará por el interés del pueblo, no de los caciques.

Lucio fue egresado de Ayotzinapa, mientras que Genaro provenía de la Nacional de Maestros, ambos compartían la misma ideología de igualdad social y de la necesidad de que el pueblo influyera en las decisiones de gobierno.

Genaro muere en lo que aparentemente fue un accidente de automóvil en Michoacán, entonces Lucio se queda con toda la responsabilidad del movimiento social en el sur del país, él buscó tener un acercamiento con el partido comunista de México y planteó que juntos trabajaran por un país socialista.

"Pero lo tiraron de loco porque ellos señalaron que no buscaban un país socialista, sino un país democrático de Unidad Nacional, por eso él nunca llevó una buena relación con el partido comunista" contó.

El secuestro de Figueroa

El secuestro del que en ese momento era candidato al gobierno de Guerrero Rubén Figueroa Figueroa en sus discursos menospreciaba la lucha de Lucio, y enaltecía a Genaro Vázquez que ya había muerto.

Era arrogante, pedante, que se sentía dueño del mundo constantemente decía como Genaro sí fue un verdadero revolucionario, sí fue un verdadero guerrillero, pero este pendejo de Lucio, ese es un farsantes a mí me gustaría que me secuestrara a ver si de veras

expresó Miranda.

Lucio y sus compañeros decidieron tomarle la palabra para entonces ya se habían sumado muchos otros al movimiento, de otras organizaciones hermanas entre ellos la Liga 23 de septiembre y se había creado la Brigada Campesina de Ajusticiamiento.

Él se sentía bien protegido por el Ejército y fue así como empezó después de que lo nominaron como candidato a gobernador que era su sueño dorado y cambió de discurso, llamaba a Lucio a que dejara las armas que le iba a patrocinar su partido político.

Lo llamaba a que dialogarán, él siempre dijo que era macho por los cuatro costados y que si Lucio lo llamaba iría hasta donde estuviera porque no le tenía miedo y si fue como lo hicieron ir a su territorio

continuó Arturo Miranda.

En la sierra no hubo acuerdo con las demandas que planteaban, y le señalaron que no había opción de dejar las armas, Figueroa lo quiso regañar y se queda usted detenido con todo y sus colaboradores que le acompañan, que era su sobrino, su secretaria y más.

Arturo Miranda resaltó que en ese momento Lucio no tenía interés por el dinero, y en la comisión se designó a Félix Bautista Matías para que fuera a recogerlo, 40 millones se pactaron por su liberación, la primer parte llegó a la sierra los 25 restantes Félix se los entregó al partido Comunista “y estos, no pendejos, se hicieron de recurso, se compraron un buen edificio para su sede de su partido con ese dinero, lo demás quién sabe dónde quedó”.

De acuerdo con el entrevistado, en su momento Lucio no aceptó tener tratos con dos organizaciones la Liga 23 de Septiembre y a la UP Unión del Pueblo de Oaxaca porque ellos estaban priorizando acciones terroristas como medio de hacer crecer su organización y él estableció que por la lucha era al contrario era evitar el terror y miedo entre la población.

Se sumaría nuevamente a la lucha armada

Cuestionado sin con los ideales de Lucio se volvería sumar a un movimiento armado, el profesor Arturo indicó que los movimientos como ese no surgen por voluntad de Pedro, Juan o Jesús, “son producto de la inconformidad social, si tienen su razón de ser a partir de ahí, porque no es como decir me dejó mi mujer, estoy decepcionado y por eso me voy a la Guerrilla, no es así, tiene que haber una base social, una base política, una organización con dirección centralizada, pero con mucha discreción”.

Además de que no cualquiera hijo de familia va a estar en la guerrilla, tiene que ver una selección rigurosa para impedir la filtración de espías y aún así es peligroso “pero cuando hay un pueblo que te reclama justicia en contra de arbitrariedades, pues ahí decides sumarte”.

➡️ Estamos en canales de Whatsapp. Comienza a recibir las historias de México y el mundo ahora

Quise mejor morir

Arturo Miranda por su simpatía y participación en el movimiento de Lucio Cabañas estuvo dos veces preso en el campo militar número 1 y en la cárcel de Chilpancingo, “obviamente que la segunda vez me fue como en feria en el Campo Militar Número Uno a tal grado de que cuando me torturaban llegué a desear mejor la muerte, porque la muerte a pausas es desesperante”.

“Dije mejor me muero más rápido y cada vez de que me lanzaban en el fondo de un estanque de agua atado como momia de Egipto, en una tabla con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo, yo en lugar de aguantar la respiración trataba de tragar agua más rápido, pero ahí descubrí que el ser humano no puede ingerir más agua que lo que su mismo sistema corporal le permite”.

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Afortunadamente el día que lo detuvieron estaba acompañado de tres maestras que empezaron a mandar mensajes para avisar a la familia y conocidos, empezaron a denunciar inmediatamente y la propia rectoría de la Universidad denunció ante medios nacionales e internacionales que el gobierno mexicano no respetaba la amnistía que recientemente le habían otorgado a los presos políticos.

Lucio fue un seguidor de los ideales y principios de El Che Guevara cada que se podía buscaba información de él, le gustaban leer, de ahí tomó mucha de la ideología de igualdad en la sociedad que lo motivó a organizar a las comunidades porque a las armas tuvo que ir por la represión, por la propia intransigencia del gobierno que lo perseguía.

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